Adaptarse nunca es facil

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-Erick baja a desayunar!- la voz de su abuelo se escucho por toda la casa.

- ya bajo abuelo- la infantil voz de un niño de 6 años resono por el lugar.

Ya habian pasado casi 2 años, desde el dia que salieron del hospital y, no todo habia sido de color de rosa para la nueva familia.

- te quiero abuelo, no te separes de mi.

- no lo hare Erick, mientras yo tenga vida jamas lo hare

-te quiero abuelo- dijo Erick al borde del llanto.

- me llamo Abraham, pero tu me puedes decir como tu quieras pequeño Erick.- dijo amablemente el mayor mientras sostenia a su nueva familia es sus brazos.

Luego de que le hicieron las revisiones correspondientes, se pudo constatar que el niño tenia 2 costillas rotas, y que tuvo suerte de que no perforara ninguno de sus organos internos.

Paso mas de 2 semanas en observaciones, pero cada vez que un medico se acercaba ya fuese a tomarle los signos vitales o a revisar si sus huesos ya iban sanando, el niño se ponia a la defensiva, uno que otro medico llegaba a ganarse un golde o patada por parte del menor, solo bastaba que su abuelo estuviese presente para que el pudiese tranquilizarse, solo ese hombre podia quitarle aquel miedo que habia adquirido hacia las personas.

Cuando por fin llego el alta y pudieron salir del hospital, ambos se fueron a un pequeño auto que pertenecia al anciano.

El viaje fue callado, Erick se habia quedado dormido al subirse al auto, ya que pocas veces podia dormir, unas pesadillas atormentaban los sueños de aquel niño, muchas veces en la estancia en el.hospital, se levanto sudando y con lagrimas en sus ojos, cada vez que sucedia su abuelo siempre estaba ahi, a su lado, cuidandolo de sus temores, el mayor solo necesitaba colocar una mano en la cabeza del menor y este podia reconocer de quien se trataba y lograba volver a consiliar el sueño que en poco tiempo despues este volvia a ser interrumpido por las mismas pesadillas.

Cada vez avanzaban mas hacia su destino, el cual era las afueras se la cuidad de Almaty, la que alguna vez fue la capital del pais kazajo.

Era un lugar rodeado de vegetacion, esta consistia en grandes arboles, verdes prados, pequeños riachuelos, algunas lagunas y una que otra colina o montaña.

El auto se detuvo por fin, el mayor se bajo del auto, luego lo rodeo y se posiciono para poder sacarlo del auto y llevarlo dentro del cual seria su nuevo hogar.

El lugar era lo mas hermoso que cualquiera se pudiera imaginar, constaba en una casa mediana de 2 pisos, el lugar de miraba moderno en comparacion a sus alrededores, la casa era rodeada por un pequeño prado y arboles, a las distancia se miraba un pequeño rio, el cual brillaba cual espejo con los rayos del sol, parecia un lugar de cuentos de hadas.

-Erick, despierta, ya llegamos.- el mayor le hablaba en voz baja al menor mientras lo sacudia con una mano.

-ummm- hizo un sonido disconforme mientras abria los ojos.

Cuando su vista se poso en aquel paisaje, solo pudo abrir su boca en forma de asosmbro, jamas habia visto algo parecido en su vida, sin duda las afueras de la ciudad de almaty era hermoso.

-Abuelo...- solto casi en un suspiro el menor.

-que sucede Erick?- el mayor ya habia observado el rostro pasmado que tenia su nieto, pero prefirio esperar a escuchar lo que iba a decir.

- esto es increible- dijo el pequeño kazajo mientras tenia su mirada iluminada y repuesta.

Luego de la llegada, el resto fue normal, las pocas cosas que tenia el menor fueron acomodadas en una habitacion la cual ya se le habia designado, la habitacion estaba completamente vacia y las paredes permanecian sin pintar, ya que el mayor nunca espero tener compañia en ese lugar.

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