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Esto era un cura que en los últimos meses notó que tenia la barriga cada vez más hinchada, así que se fue al médico a pedir consejo. Una vez en el hospital los médicos vieron que eran gases, nada grave y quisieron gastarle una broma, lo anestesiaron, le sacaron los gases y le pusieron a un bebé huérfano al lado, al despertar el médico le dijo:
- Le hemos sacado de la barriga este niño.
El cura preocupado se fue para su casa y allí les dijo a sus amigos y conocidos que el bebé era un sobrino suyo que se había quedado huérfano. 
Pasaron los años y el cura se hizo mayor, y ya en su lecho de muerte llamó a su sobrino:
- José, tengo que contarte una cosa muy importante antes de morir.
- No se preocupe, siempre he sospechado que usted era mi padre.
- No, no soy tu padre hijo, soy tu madre, tu padre es el Obispo

chistes verdesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora