Soñar despierto

Donde sueñas despierto

 Esta historia es el regalo de intercambio para Leo.
Falta la segunda parte, la publicaré entre hoy y mañana.
Perdona la espera, y disfruta. Lo hice con cariño.

Cinco de mayo.
Tal vez, años anteriores, hubiese optado por mantenerse en casa celebrando su cumpleaños con sus compañeros de curso y, si tenia suerte, con sus padres, pero esta vez era diferente. Se sentía diferente. Se sentía el rey del mundo.

Sonrió a su reflejo, esa noche vestía de la forma mas galante que su closet le permitió, había tomado una ducha innecesariamente larga y su cabello estaba, por demás, arreglado, y ni hablar de su perfume. Sonrió una vez más, estaba por hacer una de las tantas locuras que por su cabeza habían pasado y no podía sentirse mas emocionado y extasiado. Hoy, por fin, visitaría la zona más noctívaga de Yokohama: la zona de neón. Dicha zona estaba conformada por 10 manzanas a lo largo de una calle principal llamada el camino de neón, nombre alusivo a su nocturna actividad. Se sentó en su cama y se recostó con cuidado sobre ella, miró profundamente al techo sin borrar su sonrisa. Estaba esperando a su prima Izumi, quien fuera la causante de sembrar la curiosidad dentro de la cabeza de Atsushi. Aun no sabía como le haría su prima para hacerlo pasar a uno de esos antros o bares, era menor de edad aun, pero la diversión de ir seguía ahí. Tomó su telefono y preguntó por la hora, faltaban cinco minutos para las once de la noche, la hora acordada. Se levantó y se dirigió al primer piso, tomó su chaqueta y abrió la puerta para salir de allí y encontrarse con su prima afuera de su casa. Llevaba solo su telefono, dinero escondido en su zapato para emergencia y su billetera con no más de lo necesario, caminó hasta la calle y divisó el auto de su prima, sin esperar que aparcara bien, se subió y le dedicó una de tantas grandes sonrisas de la noche.

El camino se compuso de música alta de la radio y un silencio cómodo por parte de los chicos, Atsushi observaba con atención el exterior y, cuando aparcaron cerca del lugar, le dedicó una mirada complacida a su prima. Ambos bajaron y caminaron hasta llegar al principio de una calle totalmente iluminada con farolas a cada costado, el inicio de la zona de neón estaba adornada con un arco del cual sobresalía un letrero sencillo y luminoso que decía: donde sueñas despierto.Quería preguntarle a su prima por el significado de dicha frase, pero cuando volteó a verla ella ya estaba haciendo camino a su primer parada: un club de jazz.

Caminaron diez minutos, gente de distinta edad, en su mayoría jóvenes, caminaban riendo o bailaban al ritmo de las canciones que se colaban de sus respectivos locales, otros platicaban y otros se besaban indecorosamente. Apenas, habiendo recorrido una cuadra, llegaron al club del que tanto hablaba su prima, entraron y lo primero que Atsushi notó fue el olor a café y una agradable ambiente acompasado con música lenta y profunda.

Pasaron un buen rato sentados tomando café, más tarde, los amigo de Izumi llegaron por coincidencia y los acompañaron. En total, en la mesa, eran siete personas, Izumi mantenía una charla amena con la mayoría, mientras que Atsushi platicaba con Akira, un compañero de trabajo de su prima. Así dieron las dos de la madrugada, el grupo salió del club de jazz tres de ellos se dirigieron hacia un cine que cerca se encontraba mientras que Izumi tomó la mano de su primo.

— ¿Que quieres hacer hacer ahora? — dijo sonriente.

— ¿Porque no lo llevas al Discord ? — comentó Akira sacando su celular. — A esta hora el ambiente es bueno.

— No lo sé — contestó Charlotte, la amiga de Akira. — ¿No es mucho para él?

Atsushi, no sabiendo si tomar por bueno o por malo el comentario de Charlotte, miró a su prima y le dio un asentimiento para confirmar su respuesta.