Nace El Primer Demonio - Kuroshitsuji / Sebastian Michaelis

"Nace el Primer Demonio"

-¿Cómo nace un demonio?

Aquella pregunta resonaba con fuerza en la cabeza del pequeño Conde Phantomhive.

Ciertamente Sebastian había renacido una vez más como mayordomo pero la duda de Ciel era algo mas profundo: ¿Cómo nace un demonio?

-Joven amo, le he traído una taza de café, el trabajo a estas horas de la noche le debe tener agotado. -Dijo el mayordomo con aquella voz suave que tanto tranquilizaba al pequeño. -Mañana será un largo día para usted así que será mejor que se apresure para ir a descansar... ¿Señorito?

Ciel reaccionó después de unos segundos.

-¿Café? que poco refinado eres sebastian, sabes que prefiero té. Además te ordene que me trajeras leche tibia y algo dulce.

-Si toma leche tibia le dará sueño y si se duerme no terminará el trabajo que la reina le ordenó entregarle mañana.

Con un gesto de enojo Ciel bebió de la taza de café mientras leía unos papeles en su escritorio. Se notaba cansado.

-Joven amo, si es necesario lo acompañare de pie toda la noche hasta que usted pueda descansar.
-Sonrió lo que atrajo la atención del chico.

-Sebastian... -Dijo el Conde dejando los papeles a un lado- hemos estado juntos durante años, pero hay algo que nunca he tenido el valor de preguntar.

Con la voz un poco temblorosa y las manos inquietas, el conde al fin, dijo al mayordomo

-¿Como nace un demonio?

Sebastián sonrió con aquel gesto malicioso que lo caracterizaba. Con total tranquilidad cerró los ojos y comenzó a recordar todo su oscuro pero nostálgico pasado.

-Renací con este contrato en la mano izquierda, con esta forma física. Desde que usted me invocó comencé a existir. Pero realmente, esta en lo cierto, tuve un primer nacimiento como todo ser en la tierra.

Ciel sorprendido y boquiabierto no dejaba de mirar a sebastian quien poco a poco se había acercado al rostro de su amo, se relamió al sentir el aroma de su frágil presa, mientras con el dedo en el mentón del pequeño Conde, le levantaba el rostro para mirar el sello en su ojo derecho.

-Le contaré una historia antes de dormir, mi señor. Él café le permitirá escucharla de principio a fin.

Los libros que el conde tenía en el escritorio, de repente fueron totalmente ignorados. Ahora sólo importaba aquel demonio de bello aspecto que estaba justo delante de él.

El demonio tomó asiento delante del chico, se quitó los guantes y el frac.

-Bueno, por estos minutos, olvidemos las formalidades... Ciel.

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"La luz y la oscuridad, el día y la noche, el negro y el blanco, lo bueno y lo malo, nada de todo lo que usted conoce ha existido desde siempre señorito, a excepción de Dios quien nunca ha tenido principio y para desgracia de los demonios, nunca tendra fin.

Él le dio vida a Lucifer.

Pues verá... Por increíble que parezca, un día todos los demonios fuimos Ángeles..."

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Ciel no hacia ningún sonido, estaba totalmente concentrado en lo que decía Sebastian.

¿Un demonio primero fue un ángel?

No podía entender el porqué un ser de luz, se convertiría en una bestia que habita en total oscuridad.