"¡Auch! ¡Eso duele Whis!"
"Le dolerá más si no
se queda quieto"
"¡Auch! ¡Ya basta!"
"Señor, deje de moverse,
por favor"
"¡Arde! ¿Por qué no usas el báculo? ¡Me dolería menos!"
"Primero hay que restañar
las heridas"
"¡¿Y por qué?!"
"Porque cierto dios destructor prefirió comer en lugar de dejarse sanar las heridas"
"¡Tks!"
"Además, si usted no hubiese discutido y reñido a golpes
con el Dios destructor del
sexto universo, no estaría pasando por esto"
"¡Cállate y hazlo rápido!... ¡Auch!"
"Me daría prisa, si usted
dejará de moverse tanto"
Con sutileza, Whis volvió a ejercer presión sobre un
raspón en la mejilla de Bills, haciendo uso de una bolita
de algodón
"¡Ay!"
"Resista sólo un poco más,
señor"
Bills tenía una serie de raspaduras y hematomas impartidos por todo su rostro, los nudillos de las manos tenían un tinte obscuro que contrastaba con su piel además de estar levemente hinchados.
"¡Auch!"
Las heridas no eran nada. Insignificantes. Sin
importancia para alguien
como Bills, después de todo
es un Dios. Sin embargo una disputa a puño limpio entre Dioses destructores puede
que dejé alguna que otra
marca.
"¡Arg! ¡Whis!"
"Bien, terminé." Whis se enderezó y dejó de lado el algodón para invocar su báculo. Una vez en su poder, la joya negra de éste comenzó a emitir una suave luz de color verde-azul sobre el rostro de la golpeada deidad, haciendo que las evidencias de una pelea se esfumasen por completo.
"Ya era hora, te tardaste demasiado." Dijo, frotándose
un raspón invisible en la
mejilla.
"Habría acabado horas
antes, si usted se hubiese quedado quieto"
"¡Ay, ya cállate!"
Whis rodó los ojos. A veces
el dios era demasiado
arrogante.
"Whis". Hablo después de haberse calmado.
"¿Sí, señor?"
"Ahora que recuerdo, el idiota
de Gokú te dio algo antes de irnos de la tierra ¿Qué era?"
Por un momento no sabía a
que se refería. Ladeó la
cabeza hacía un lado con
la mirada perdida en el aire,
su anillo saturnal giro en la inclinación de peso mientras hacia remembranza del día anterior, más específicamente
en cualquier cosa que se le
haya otorgado.
"¿Y bien?" Bills preguntó
con su característica
impaciencia inquisitiva.
Tenía los brazos cruzados y
el ceño fruncido sobre la
cama en espera de una respuesta.
Pasaron sólo unos segundos de meditación y las comisuras
de la boca de Whis se alzaron
en una sonrisa."¡Oh!, ¿Cómo pude olvidar eso?." Soltó una risita para después aclarar su garganta."Señor, le pido de
favor, que me acompañe".
Era más una orden que un
favor, pero Bills no le tomó importancia.
Whis liberó su báculo, el cual desapareció en el aire al
instante en que dejó de estar
en contacto con su mano.
Se puso en pie de la cama redonda del Dios y se dispuso
a bajar de la roca flotante
que la mantenía.
