Jimin, ¡Tienes un WhatsApp! - [Yoonmin]

¿Dónde estás?

Jimin esperaba haciendo cola en una de las taquillas del cine. Taehyung se retrasaba; no era extraño en él. Dos personas más y sería su turno. 

Empezaba a impacientarse , tamborileando con los dedos de su pequeño bolso de colores mirando alrededor. Dejo pasar a la pareja que iba detrás, un padre y un hijo, ambos con la misma gorra. Pensó que era la típica estampa de padre divorciado a quien le toca el hijo el fin de semana. 

su amigo no daba señales de vida. Miraba nervioso hacía atrás, mientras todos los ojos estaban clavados hacía el frente, en la gran escalinata y el cartel enorme de la película.

Dejó pasar a un pareja de enamorados; no debían de tener mas edad que él, y ocupaba muy poco espacio de tan pegados como caminaban. De repente pensó que en la cola casi todo eran parejas de un tipo o de otro. El también debería estar esperando a su mejor amigo, en realidad él único, si no fuera porque era un impresentable.

Se oyó un silbido que le avisaba que tenía un WhatsApp. No podía ser otro que Taehyung.         

 << La he liado y mis padres se han vuelto locos. No puedo salir. Lo siento.>>,                   

y una carita triste.

Jimin se quedó boquiabierto sin saber que responder.

<<¡¡¡¿¿¿Quéééé???!!!>>.

Escribió, pero no esperó respuesta. Conociendo  a su amigo, seguro que la había liado mucho. Lo hacía siempre, estaba como el perro y el gato con sus padres y al final siempre acababa castigado.

¡No podía ser! En realidad, él no tenía ninguna intención de ver esa película; todo era cosa de su amigo. No podía perder aquella tarde de domingo; aún no había terminado el trabajo de literatura y era para el lunes.

 Y ahora se encontraba abandonado en la puerta del cine y no sabía que hacer. La chica del uniforme de detrás del cristal la apremiaba; los de la cola, también. 

Pidió un poco de paciencia. Tenía que valorar muchas cosas antes de toma una decisión como esa. No había ido nunca al cine solo. Era un poco triste. Siempre lo había hecho con su abuela, con el instituto o con su mejor amigo.

-¡Venga!- dijo una voz de la cola.

-Siempre hay una primera vez- exclamó para si mismo.

Compró la entrada y subió la gran escalinata, solitario, acompañado de una multitud que nunca había visto,sin apartar sus ojos del cartel de la película. Entregó la entrada a un chico uniformado y de repente lo envolvió un aroma irresistible de palomitas. Miró atentamente la lista de precios prohibitivos.

¡Esto es un robo! - exclamó enseguida reparó en que había formulado su pensamiento en voz alta.

Le pasaba constantemente: las palabras huían de su pensamiento y se instalaba en sus labios sin poder pararlos. A su amigo Tae le sucedía lo mismo, pero sin que las palabras le pasaran por el pensamiento.

Revolvió su pequeño bolso de color negro que cruzaba su cuerpo. Dentro, en uno de sus bolsillos cerrado con una cremallera, llevaba el dinero, justo para un cubo de palomitas y un refresco. Eso sí, se quedaba sin paga y aún era domingo.