Aquí estoy, delante de mi nuevo instituto. Espero hacer amigos pronto o me sentiré muy sola. Acabo de mudarme con mis padres a una nueva ciudad y estoy muy nerviosa. No conozco a nadie en mi nuevo instituto y todavía no sé dónde tengo que ir, así que entro y pregunto a la primera persona que veo. Es un chico alto, con el pelo rojo intenso y los ojos grises. No tiene muy buena cara, pero aún así pongo mi mejor sonrisa
-Pe-perdona. Soy nueva, ¿sabes dónde está el director?
-¿Tengo cara de saber donde está?
-¿Son todos tan amables como tú?
La primera en la frente. No sé por qué ese chico ha sido tan desagradable conmigo, pero será mejor que deje de pensar en eso y pregunte a otra persona. Así que me dirijo hacia dentro del edificio grande que hay delante de la puerta principal y entro. Veo a un chico. Voy a preguntarle, solo espero que este sea un poco más amable.
-Perdona, soy nueva aquí y no conozco nada ni a nadie, ¿sabes dónde está el director?
De repente se gira un chico rubio con los ojos color miel, podría perderme durante horas en ellos. Noto como se me para el corazón. No había visto a un chico tan guapo en mi vida.
-Hola, encantado - me dice el chico con una amplia sonrisa -, soy Nathaniel. Soy el delegado de los alumnos y llevo el tema del papeleo, así que, si eres nueva, no estás buscando al director sino a mí. Tú debes ser Sara, ¿no?
-Su-supongo.
-Ja ja ja, ¿supones?
-Perdón, sí, soy Sara.
-Perfecto, pues acompáñame porque tienes que rellenar algunos papeles antes de poder entrar en clase.
No sé ni hacia dónde vamos. Solamente puedo pensar en esos ojos azules. Finalmente llegamos a una sala pequeña con una mesa de escritorio al medio llena de papeles muy bien ordenados y un par de sillas. Nathaniel se sienta en la que está detrás de la mesa y me dice que ocupe la que está delante. Me entrega unos formularios que tengo que rellenar. Una vez está todo listo se los devuelvo a Nathaniel. Entonces él me entrega una hoja con mis datos personales.
-Este es tu carnet provisional. Te hará falta para sacar libros de la biblioteca, hacer fotocopias y otras cosas que irás aprendiendo. Te agradecería que me trajeses una foto tamaño DNI para hacerte el bueno lo antes posible. Espero que pases un buen día y muchas gracias.
-Pe-pero no sé dónde está mi clase.
-Mmm... ¿Qué clase tienes ahora?
-Inglés de cuarto.
-Entonces - dice Nathaniel otra vez con una sonrisa - estás de suerte porque tenemos la misma clase si quieres podemos ir juntos.
-Eso sería genial.
Ambos nos dirigimos a clase en silencio, pero no me siento para nada incómoda con él. Al llegar a la puerta, Nathaniel llama y pregunta si pueden entrar en clase. El profesor levanta la mirada con mala cara, pero al ver de quién se trata cambia el rostro en seguida y nos deja pasar. Eso de ser delegado parece que tiene sus ventajas. Nos dirigimos hacia las sillas vacías que hay en segunda fila y nos sentamos. Todos están en silencio mirándonos. Entonces el profesor añade:
-Parece que hoy no viene solo, señor Márquez, ¿puede presentarnos a su "amiguita"?
En realidad lo que el profesor quiere es que me presente yo sola. No quiero hacerlo porque me pongo muy nerviosa, pero al parecer no tengo otra opción, así que me dispongo a ello. En ese momento el profesor me corta y me dice:
-Pero no lo haga desde ahí abajo, mujer. Venga aquí a mi lado, que no muerdo.
No tengo eso tan claro. No llego a subir al encerado, simplemente me pongo delante de su mesa.
