Prólogo。

2.6K 345 110
                                    

金德 — Kínder

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

金德 — Kínder

––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––

Era el primer día de clases de los pequeños que ahora se despedían de sus padres, listos para enfrentar una nueva aventura por sí mismos. La mayoría se veían emocionados, saltando de aquí para allá y no esperando un solo segundo para correr hacia el primer niño que se les cruzara y hacerse amigos en poco tiempo. La parte restante lloraba escandalosamente, no queriéndose separar de los brazos de sus progenitores, lanzando golpes y patadas indoloras a aquel que intentaba apartarlos para que entraran al salón.

Hace un tiempo que varios padres se retiraron, ahora los más pequeños estaban en el jardín, casi todos disfrutando de su receso amenamente, conversando unos con otros o jugando con los muñecos que les permitieron llevar en su mochila. Casi siendo una palabra clave. Un niño de piel tan pálida como la misma nieve caminaba despreocupado por los pasillos, se había aburrido de ver a los niños jugar entre sí, así que tan pronto como terminó su almuerzo corrió hacia el pasillo más cercano, dispuesto a explorar su nuevo kínder.

Todo estaba normal, nada fuera de lo común para ser un colegio para niños pequeños, aunque, la cantidad de colores brillantes hacía que los ojos le dolieran, le disgustaba el uso exagerado de colores alegres, prefería los tonos grises y el negro, colores neutros que no dañen la vista de las personas. Bufando con algo de fastidio continuó caminando, las luces estaban apagadas debido a que todos estaban afuera y no tenía caso alguno que se gastase luz a lo estúpido, tenía que admitir que mientras más se adentraba en los pasillos más temeroso se sentía. Apenas en lo que llevaba de la mañana ya había escuchado como trece relatos de terror sobre niños muertos en los pasillos por los que el caminaba, ¿para qué negar? Se sentía aterrado.

Su miedo aumentó cuando agudos sollozos lastimeros se escucharon unos metros más adelante, justo donde la pequeña figura de un niño hecho un ovillo se encontraba debajo de un lugar extrañamente más oscuro que los otros. Tembló al pensar que tal vez era el fantasma del niño que había muerto a manos del conserje maniático.

— H-Hyung —la voz del niño apenas se escuchó como un susurro. Llamaba desesperadamente a su hermano mayor mientras cubría su rostro con sus pequeñas manos, su cuerpo preso de los espasmos del hipo por haber llorado tanto. Su rota voz invito al mayor a acercarse, percatándose de que aquel chico no era un fantasma, sino un niño ¡uno de verdad! De carne y hueso, aunque de complexión pequeña y delgada, tal vez más bajito que él.

— Hey ¿Porqué lloras, niño? —preguntó, poniéndose de cuclillas para estar a la altura del pelinegro. El más joven levantó la mirada de inmediato, sorprendido ante la presencia del niño.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 05, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Twelve Sweet Kisses · γοοηκοοκ。Donde viven las historias. Descúbrelo ahora