Believer

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Quiero agradecer a NICEKAMI  por ser mi beta 💕



Soltó un gemido de dolor cuando el cinturón de cuero amarrado a sus muñecas fue jalado hacia arriba con brusquedad, logrando que quedara suspendido en el aire. Ji Hoon arrugó el rostro rojo de furia cuando estuvo cara a cara con Seung Cheol, quien sonreía ladinamente mientras deleitaba su vista con el pequeño y bonito cuerpo del rubio frente a él.

Oh, Seung Cheol agradecía haber aceptado ser director de aquel hospital, cuanto lo agradecía, en especial tener a Ji Hoon como su pequeño pasante de cardiología, aquel enano con un genio maldito que lo había cautivado, siendo siempre tan altanero con su jefe, pero ahora Seung Cheol se las estaba cobrando muy bien, realmente le encantaba tenerlo en una pose tan sumisa y a su completa merced. Levantó su zurda, aprovechando que con la diestra sujetaba el cinturón que mantenía de puntitas a Ji Hoon, para acariciar la roja y tersa mejilla del otro.

—¿Por qué tan enojado, Ji? —Preguntó Seung Cheol, bajando la mano lenta y tortuosamente hacia el cuello del menor, sintiendo la yugular del chico palpitar contra su mano, gimiendo al poder escuchar como la sangre corría con rapidez por las venas del otro muchacho, demostrando como su pulso subía a causa de la furia del menor.

O excitación.

—No me llames así, idiota— Gruñó furioso y soltando un jadeo al no poder sostenerse más en puntitas, provocando que todo el peso se lo llevaran sus pobres muñecas: — Déjame ir o juro que... —

—¿Qué juras? ¿Me golpearás? — Dijo con burla el alto, dejando caer al muchacho contra el suelo, causando un ruido seco por el golpe y un quejido de dolor por parte del menor: — Tú no puedes golpearme, ni siquiera hacerme un rasguño —Dijo ahora con enojo, provocando que el carmín llenaran los grandes ojos del mayor, haciéndolo ver amenazante: — Soy casi un ser divino, algo intocable para los homosapiens* como tú, pequeño engendro—Gruñó provocando que el muchacho pusiera una expresión de terror, cambiándola en un santiamén por una sonrisa que atrajo las carcajadas.

—¿Y tú crees que me asustas? Si yo soy el engendro, ¿Qué eres tú, ojos locos? —Comentó burlón intentando levantarse con ayuda del sofá que había en la oficina, quedando de pie para caminar enfrente del alto: — Tú problema conmigo no es porque me odies o solo me desees, tu problema conmigo viene desde que nos conocimos hace muchos años, cuando solo era una pobre cortesana que había caído ante tus encantos... —Dijo travieso para acomodarse en el sofá, sentándose de piernas cruzadas para cubrir su intimidad.

—De...¿De qué hablas? —Preguntó pasmado.

—Oh, ¿De qué hablo? Bueno... —Rió con burla: —Luego de que cierta perra te dijera que te había engañado, decidiste acabar conmigo, jurando hacerme sufrir cada vez que me volvieras a ver...Oh, inocente de mi en ese entonces al no recordar mis vidas pasadas, pero lo bueno de haber nacido con ciertos...Dones, fue que pude saber todo—

—Ji Hoon, no... —

—¿No? Yo recuerdo muy bien como me seducías, los besos en el cuello que me dabas, te encantaba ver cómo me colocaba, o quizás, cuando tus manos se colaban...Justo aquí —Abrió las piernas para comenzar a bajar sus manos hacia su intimidad, demostrando de lo que hablaba: — Bueno, antes era una chica, siempre volvía como una hasta esta vida, ¿No es genial? —

Con enojo, el alto se acercó rápidamente hasta empotrar al menor contra la pared, logrando que se escuchara el sonido de su espalda chocando contra este y cubriendo la boca del menor: — Cállate mierda, solo cállate—Dijo furioso viendo como los ojos del menor desaparecían a causa de una sonrisa y el sonido de la risa quedaba amortiguado por su palma, logrando desesperar al pelinegro, pero la húmeda lengua del otro lo hizo alejar la mano.

Red Winter - JicheolWhere stories live. Discover now