PRÓLOGO

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Viajar a una ciudad desconocida se me hacia fascinante. Poder conocer personas nuevas, lugares desconocidos, culturas diferentes, me parecía fabuloso.

Aunque me dolía el hecho de saber que tenia que dejar todo atrás; amigos, primos, lugares, la cafetería preferida de mamá, mi familia.

Desde chica aprendí a ser una persona independiente. Me enseñaron que no siempre voy a tener que depender de alguien para cumplir mis sueños. Y acá estoy, en el aeropuerto de Madrid esperando a cumplir mi primer meta.

Estudiar en la Universidad de Seattle fue una de mis primeras metas en la vida. Sabia que era la primer nieta del abuelo Martín Carlos Diaz y seria la primer heredera de la empresa. Por lo tanto debía estudiar para poder ganar mi primer puesto de trabajo para toda la vida. No me disgustaba trabajar en la empresa y mucho menos ser la primer nieta en hacerlo. Era independiente, sí, pero no podía deshonrar a mi persona favorita en el mundo.

Era una especie de tradición que tenían los Diaz para trabajar en la apreciada empresa. Mi padre y cada uno de mis tíos estudiaron en la univerdidad de Seattle. . Todos estudiaron para poder estar allí ahora. No es que mi abuelo les dio porque sí el trabajo, como todos los demás tenían que ganarlo. Cada quien podía elegir su carrera o simplemente seguir el camino del abuelo Carlos. Obviamente que quería cumplir este sueño y poder hacer algún curso de lo que realmente me gusta. La cocina.

-El vuelo a Seattle, Washinton sale en 20 minutos. Por favor todos los pasajeros al destino abordar por la puerta 13- La voz de una señora me saca de mis pensamientos.

Me doy la vuelta para despedirme de mis padres y mis familiares.

-Llámame apenas llegues. No dudes en llamar si necesitas algo- dice mamá-. Sabes que te amamos y estamos muy, pero muy orgullosos de ti- solloza mientras me abraza y llena de besos por toda la cara-Te amo.

-También te amo, mamá-cierro fuerte los ojos para no romper en llanto.

Cuando me separo abrazo a mi primo favorito, Tomás quien se despide diciendo lo mucho que me quiere y se aleja empujándome y removiendo mi pelo.

-Adiós, pequeña-papá trata de ocultar su tristeza con su semblante serio, pero no aguanta y rompe en llanto- Te amo mucho. No olvides en llamar y prestar atención en tus clases.

-Sí, papá.

Me despido de ellos y me adentro al pasillo donde una señora me pide mi pasaporte amablemente. Se lo doy y luego me dirijo a mi destino.

Seattle, sorprenderme.

SECRETSWhere stories live. Discover now