El avión aterrizo en Seattle a las 9am. Después de buscar mis maletas, fui a por un café en una cafetería del aeropuerto.
Como es de costumbre fuera de todos los aeropuertos hay taxis. Pido uno y 5 minutos después estoy dentro del auto.
-¿Donde la llevo, señorita?-pregunta amablemente el chófer.
-C.Court Apartaments-leo en mi celular el nombre del lugar-por favor.
Después de una hora viajando llegamos al lugar. El señor me ayuda a bajar mi equipaje. Camino hacia la entrada donde un chico de no mas de 25 años me recibe.
-Bienvenida a C.Court Apartaments, señorita. ¿Tiene alguna recerba?-me recibe con una sonrisa.
-Gracias-le sonrió- Eh, sí. Tengo los papeles por aquí- busco en mi mochila la impresion de la recerba- Acá esta-Toma el papel mientras busca algo en su computadora.
-Su habitación es la numero 3. Si necesita algo no dude en llamarme-me devuelve el papel y le hace un gesto con la mano a un hombre- Acompaña a la señorita...-me mira esperando que le diga mi nombre.
-Lucia, Lucy Diaz-corrijo.
-Acompaña a la señorita Lucia, Lucy Diaz al piso 3, por favor- me mira fijo hasta que me voy.
El apartamento es muy acogedor para una sola persona. Entre tantos lugares me decidí por este. No esta ni muy lejos ni tan cerca de la universidad y hay un parque a unos minutos.
Decidí venir una semana antes de comiencen las clases, así podía acomodarme mejor y tener tiempo para ir a buscar mis horarios.
Pasó una hora y media desde que llegue así que decidí ir a pon un almuerzo de bienvenida fuera. Me despido del recepcionista, que de hecho es bastante atractivo.
Tiene el cabello negro donde se le arman pequeños rulos. La camisa blanca que lleva hace resaltar su piel morena y sus ojos son de un marrón claro, casi verdes. Se ve que tiene barba de hace unos días pero para nada le queda mal.
Salgo y camino por el pequeño patio del lugar que también tiene un pequeño árbol en el medio.
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Camino en busca de algún local y a dos cuadras encuentro uno. Me pido un jugo y dos tostados de jamón y queso y me siento en una mesa junto a la ventana. A los pocos minutos me entra una llamada de mi madre.
-Mamá.
-Mija,hola ¿como estas?-saluda- ¿Llegaste?
-Sí, llegue hace unas horas. Estoy desayunando en una cafetería cerca del apartamento.
-Muy bien. Solo quería saber si llegaste bien-avisa-. Estoy trabajando, apenas termine y este en casa con papá te llamo, okey?
-Ok, mamá. No te preocupes, llama luego. Adiós-sonrío aunque se que no puede verme.
-Chau, Lucy. Te quiero.
-También yo, mamá.
Después de la corta conversación con mamá me pongo a pensar en lo rápido que paso mi vida. En que todos mis estudios estuvieron centrados en poder llegar a la universidad donde toda mi familia estudio, en que trabaje desde los 16 hasta poder juntar el dinero necesario para estar aunque sea un tiempo hasta poder conseguir un nuevo trabajo en Seattle. En como mi vida recién comenzaba a tener color.
