Capitulo 2

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Lo seguí, sin embargo me perdía en medio de lo que podía ver dentro de aquella casa, era muy normal, nada fuera de lo común, obviamente mi imaginación había volado demasiado alto.
Dejé escapar un suspiro, cuando de pronto sin notarlo choqué con algo demasiado suave, parpadeé un par de veces antes de alzar la vista.
Una mujer. . . ¿Era la que antes había gritado? . . . ¡¿Estoy en sus pechos?!
—¡AH! ¡L-lo siento!— Grité alterado a la par que me apartaba de ella, mi rostro estaba rojo, mucho más que mi cabello, o eso sentía.
Ella me miró a la par que alzaba una ceja, parecía intrigada en mi, juzgándome, analizándome.
—. . . Katsuki, ¿No me vas a presentar a tu amigo?— Preguntó ella, ignorando por completo mis disculpas.
—Déjalo en paz, bruja, no te metas en mis asuntos.— Respondió el rubio apenas volteando su rostro, para vernos a mí y a la mujer que tenía en frente, de reojo.
—Soy tu madre, no deberías tratarme así frente a tus compañeros.— Se quejó ella.

¿La mamá de Bakugō? ¿Cómo era que podía referirse a ella como '' bruja ''?
Aunque eso era algo de lo que me esperaba, me sorprendería más que fuese cariñoso con ella.
—Soy Kirishima, es un placer conocerla.— Decidí presentarme haciendo una ligera reverencia, a lo que ella continuó mirándome, de la misma forma mostrando su superioridad.
Sin duda ya sabía a quién le sacó Bakugō su actitud. . .

—Ven, Kirishima, ya no tengo más familiares sorpresa, será la última vez que nos molesten.— Insistió Katsuki tratando de salvarme de la situación, asentí y volví a seguirle, despidiéndome de la mujer con un sutil '' gracias '' y agitando mi mano en son de despedida.

—¿A donde vamos?— Pregunté.
—A mi cuarto, allí podremos estar en paz.— Me imaginé en ese momento que Bakugō era de esos jóvenes que preferían estar encerrados en su cuarto, entrenando o distrayéndose, en vez de querer compartir con su familia, esa idea me deprimió un poco, pero me llevó a querer visitarlo más seguido, sin duda lo haría.

Guardamos silencio hasta que llegamos a su habitación, y cuando entré no vi nada que me sorprendiera.
Había pesas, un saco de boxeo, repuestos de su traje de héroe, un armario, papeles tirados, una ventana, mucho espacio sin ocupar y por supuesto, una cama.
Si antes sentía que Katsuki desprendía un aroma especial, ahora se había vuelto mucho más fuerte que antes, y no era un hedor malo o algo parecido, sentía olor masculino, uno parecido al mío, probablemente.

—¿Por qué decidiste venir?— Me preguntó, yo me quedé pensativo por unos momentos y me acerqué al saco de boxeo para probarlo, un golpe tras otro, sin hacer uso de mi Quirk.
—Me dijiste que podía hacerlo, ¿Estuvo mal?— Volví a preguntar, sonriendo.
Él se sentó sobre la cama, desde allí podía mirarme en cada golpe que daba, y no procuró detenerme.
—Claro que no, cabeza de pinchos, si estuviese mal ni siquiera te hubiese dejado entrar.

[BnHA] Estoy loco por ti. ¡Bakugō x Kirishima!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora