Gotta Be You

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 Caminaba a su casa, abatido... mientras en mi mente se repetían muchos flashback...

- ¿Cómo lo haces para tomar fotos tan lindas? – miraba sorprendido cada una de las capturas que había hecho con su cámara fotográfica.

- ¿te gustan? – sonrió ampliamente.

- me encantan – le respondí la sonrisa, mirándola a los ojos.

- Me gustaría ser fotógrafa – me quitó la cámara y me enfocó – aunque aquí no haya mucho futuro... podría viajar a otro país – El flash de la cámara me hizo ver estrellas.

- no me tomes fotos de improviso – miré a otro lado pero seguía viendo el flash.

- ¿por qué no? Saliste bien – me dijo mirando la foto en la cámara.

- ¿en serio? – me acerque a ella y la abracé por la espalda, pasando las manos por su cintura y acomodando mi mentón sobre su hombro.

- a mi me gusta como saliste – sonrió girando un poco su rostro para mirarme.

- si tu lo dices entonces tengo que creerte.

- no tienes otra opción, Malik... porque no la pienso borrar – rió, pero pare su risa con un beso que no pude contener.

Pateé una piedra que se cruzó en mi camino.

- ¿Qué haces? – sentí su risa y sonreí buscándola con la mirada.

- Estaba modelándome – reí y me alejé un poco del espejo – ¿Cómo me veo?

- lindo – se acercó y me dio un beso corto.

- lo se – hablé con tono altanero y ella continuó riéndose.

- ¿Cuándo vas a bajar ese ego? Lo tienes por las nubes, Malik.

- pero si no digo nada que no sea cierto – volví a girarme hacia el espejo y me acomodé la casaca nueva que me había comprado.

- creo que te miras más a ti en ese espejo que a mí.

- quería mía... ¿estás celosa de mi reflejo? – me acerqué y la tomé de la cintura.

- creo que te amas a ti mismo más que a nadie – seguía riendo.

- tontita – aparté un mechón de su cara y lo acomodé tras su oreja – a quien más me gusta mirar es a ti – le dí un beso corto.

- no estaría tan segura...

- lo juroooooooo – puse cara de niño bueno – me gusta mirarte y mirarte – reí – sobre todo tus pequitas que tanto me encantan.

La temperatura de sus mejillas aumentó considerablemente y escapó de mi mirada, sonriendo avergonzada.

Cada momento con ella había sido perfecto, desde el comienzo hasta... hasta aquel momento en el que me comporté como un verdadero estúpido.

- mi morenito lindo! – sentí su abrazo repentino y mantuve el equilibro para no caer.

Sentí la risa de mis amigos y me giré, mirándola de frente.

- Hola, Sol... ¿en que andas?

Me miró extrañada.

- íbamos a salir hoy.

- ah, si... lo había olvidado.

Las risas de mis amigos se volvieron a hacer presente y sonreí de lado.

- ¿lo habías olvidado?

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