II

3.2K 232 254
                                    


Katsuki y Mitsuki sostuvieron una larga pelea sobre el nuevo curso en el que el menor había terminado inscrito en menos de un parpadeo. Primero que todo no quería pasar una hora con un montón de mujeres mayores haciendo zumba, segundo de eso socializar con un montón de bufones ridículos no aparecía en su lista de deseos.

– ¿¡Puedo por lo menos decidir que mierda quiero hacer!?

Mitsuki le atravesó con la mirada mientras organizaba rápidamente palabras en su cabeza – No decides nada. Curso entre semana y zumba los sábados, puedes manejar perfectamente ese horario.

El chico quiso gritar que un solo día libre de aquel infierno no era suficiente, pero algo en su interior le decía que si volvía a contradecir a su señora madre saldría de allí directo a un hospital para que le sacaran unas cuantas muelas.


Katsuki fue ayudado por la señorita Kayama que lo dejo en el salón al que antes había dirigido al grupo de chicos. Era espacioso y pulido, se notaba que le ponían empeño al aseo de esa habitación.

Paso rápidamente su mirada por el grupo visualizando nuevamente al montón de señoritas fastidiosas parloteando mientras hacían estiramiento, ninguna pareció notar su presencia así que Bakugou se centró en el grupo de chicos que estaba un poco lejos del de las niñas.

Había un montón de tarados que no calificaban en el cerebro de Katsuki como posibles amistades fingidas, todos tenían algo que le disgustaba... Pero cualquier defecto que hubiera podido encontrarles al montón de perdedores se vio muy insignificante al lado del disgusto que le producía la persona con la que entablaba miradas ahora mismo.

– ¿¡Deku!? – El odio impregnado en su pregunta consiguió que todos los presentes se giraran a mirarle con cierta sorpresa.

Izuku por su parte quiso doblarse sobre sí mismo hasta desaparecer de la faz del universo, no podía creer que su suerte fuera realmente tan mala ¡Encontrarse con Bakugou en la academia de baile! ¡Genial! ¿Qué seguía? ¿Terminar de parejas de baile en el concurso? ¡Por todos los cielos! Todo menos eso.

Bakugou dio dos pasos amenazadores dispuesto a encarar a la rata que producía la mayor parte de sus desgracias actuales cuando, así de la nada, la chica con cara redonda se paró delante de él reteniendo su avance. Un chico de cabello bicolor agarro a Midoriya de la camisa y lo jalo hacía atrás permitiendo que un altote de lentes le sirviera de escudo.

– Quítate –. Amenazo Bakugou a la chica de sudadera rosa, pero ella siguió con su ceño fruncido sin inmutarse.

– No pienses convertir esto en un ring de boxeo – La voz de la cara redonda resultó más fastidiosa para Katsuki que su risita de esa mañana.

Bakugou estuvo a punto de gritarle algún insulto a la chica cuando el tipo bicolor se paró al lado de ella y la empujo suavemente hacía atrás de modo que ahora él era el único que encaraba a Katsuki – Los problemas externos se solucionan fuera de la academia.

– ¡De lo contrario serás expulsado! – El alto de lentes tenía una voz potente.

Katsuki pensó golpearlos a todos, especialmente a Deku y a sus defensores, para luego salir de ahí despotricando que todos eran una mierda inservible que debería dejar de robar oxígeno, pero muy extrañamente termino pensando en su madre y en lo decepcionada que estaría de él si llegaba a hacer algo así.

A Bakugou no le importaba la opinión de absolutamente nadie que no fuera él mismo, pero no se veía capaz de continuar con su vida así como si nada si tenía que soportar nuevamente aquella expresión de culpa que embargo a su madre cuando salió de la oficina del director unos días atrás... Ella no tenía por qué sentirse culpable de su comportamiento, y cuando lo hacía Bakugou se sentía más molesto que nunca.

Consigo mismo.

El chico bicolor continuaba mirando a Katsuki con una inexpresividad capaz de sacar al rubio de sus pensamientos y sentimientos encontrados, resultaba algo inquietante que aquel chico no pareciera demostrar nada aparte de... ¿Nada? En su expresión facial.

El raro silencio que se había formado en la sala se vio interrumpido por el ingreso de dos adultos de cabellera rubia que venían sonriendo como si la vida fuera puro amor y paz. El hombre, mucho mayor que la chica, saludo energéticamente a todos los presentes restaurando las buenas vibras que Bakugou había roto al ver a Midoriya. La chica, apenas una mujer, pestañeaba coquetamente mientras los analizaba a todos visualmente.

– Para los que no me conozcan yo soy Hizashi Yamada – Dijo el hombre extravagante – Y seré vuestro tutor durante la preparación para el concurso de baile a parejas.

Bakugou, que estaba entre una pechugona de cabello negro y un tipo con cara de idiota, frunció las cejas al escuchar aquello. Que su madre había dicho algo de que aquellas clases incluían una competencia, pero Katsuki no se lo había tomado realmente enserio, digo ¿Qué tan difícil podía ser bailar? Más sin embargo no se sentía nada a gusto con la idea de tener que ponerse "cooperativo" con ninguno de los enclenques presentes.

– Yo soy Yu Takeyama, seré la asistente del señor Yamada. Un placer conocerlos a todos.

Algunos, como la pechugona, dijeron que el placer era suyo mientras Katsuki se preguntaba cuáles eran las probabilidades de morir dolorosamente si se lanzaba por la ventana, en esos momentos cerrada, que iluminaba toda la habitación gracias a su enorme longitud.

– Como no sé qué tan informados estáis sobre el concurso se les hará entrega de unos folletos que contienen todo lo necesario para que no terminéis incumpliendo alguna norma – En ese punto su voz sonaba más seria – Los jueces de este año incluyen a tipos muy rígidos que no dudaran en mandarlos derechito a su casa por cualquier falta.

Incluso en la parte de delante de aquel tumulto Katsuki pudo escuchar los murmullos de Izuku sobre algún tipo de apellido "Aizawa" que era especialmente duro con los competidores ¿Por qué aquel maldito nerd no podía atragantarse con su propia saliva y morir de una puta vez? Eso de ser tan stalker de celebridades no podía ser legal.

– También debemos tener en cuenta que algunos de los presentes apenas están incursionando en este mundo y que muchos no os conoceréis de nada – El tono de Yu estaba tan lleno de compañerismo que Bakugou se sintió de nuevo en el jardín de niños – Así que para evitar problemas a la hora de emparejaros hemos decidido una manera muy didáctica para decidir equipos.

Las quejas no se hicieron esperar, muchos empezaron a dar sus respectivas opiniones sobre lo injusto que era no tener libertad de escoger a quien pisarle los pies durante las prácticas. Yu trato callarlos en vano con amabilidad pues fue Hizashi al final quien impuso orden alzando su voz de locutor de radio con mucha potencia.

– Algún día estaréis en un trabajo en el que no podrán decidir quiénes serán sus compañeros y estarán obligados a cooperar con esos extraños que de seguro ni bien les llegaran a caer. Esto no es la escuela donde os juntáis con vuestros mejores amigos, no – Ni siquiera su ridículo peinado podía quitarle seriedad al tono de voz que usaba – Esto es una competencia donde lo importante no es simplemente participar – Yu parecía no estar de acuerdo con aquello, más no opino nada – Lo importante es sacar provecho. Hay un montón de personas importantes capaces de empujar vuestras carreras al estrellato si sois lo suficientemente profesionales para demostrarles que vale la pena echarles una mano.

– Por eso esperamos su completa colaboración con quien quiera que les toque como pareja de baile – Takeyama parecía un poco desubicada luego de aquel pedazo de discurso que su superior se había tirado casi inconscientemente – Antes, claro, pueden hacer una pequeña presentación junto a una demostración de sus conocimientos básicos.

En ese momento de verdad que Bakugou deseo desaparecer totalmente sin dejar rastro alguno ¿Demostración? ¿Conocimientos? ¿Básicos? ¡Él no sabía bailar un carajo!

No habían empezado y ya había valido todas lasvergas que se pueden valer en esta vida    

(Yu Takeyama es Mount Lady)

More than dancingWhere stories live. Discover now