SÓTANOS DE LA PP

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Durante el viaje de regreso a Kía, y después de comunicarse largo tiempo con nuestros amigos infiltrados en la Policía Política, Ami dijo que no había personal capaz de ayudarnos ahora porque, debido justamente a este caso, se habían activado las medidas de seguridad más extremas. Todos los agentes estaban muy ocupados y limitados en sus movimientos. -Tendremos que arreglárnoslas solos, Pedrito. -Vaya... Un par de niñitos contra uno de los organismos de seguridad más siniestros de Kía...-¡Pero lo lograremos!... ¿Verdad, Pedro? -Segu... ro... ¿Y qué plan tienes? -Voy a descender al interior de los sótanos del cuartel general para intentar raptar a Vinka y a sus tíos, mientras tú te quedas al mando de la nave. Me pareció que estaba delirando. -Perdón, Ami, pero estás loco de remate. De allí no puedes salir vivo, y menos trayendo de la mano a Vinka, a Goro y a Clorka...Él no dijo nada y se puso de lleno a enseñarme algunas cosas sensacionales, por ejemplo, poner la nave visible o invisible, avanzar y retroceder, subir y bajar, lanzar el rato amarillo, operar el monitor para tener a Ami siempre en una pantalla, utilizar el micrófono direccional y otras varias cosas. Por eso digo que los astronautas de la NASA, comparados conmigo... Bebés de biberón.... Ami se entusiasmó al ver lo rápido que aprendí lo que me había enseñado. -Ya está todo listo para que te quedes al mando de esta nave durante mi ausencia, Pedro; pero confío que no tengas que hacer nada, sino simplemente esperar, y activar el rayo amarillo en caso de necesidad. No tendrás que permanecer solo más de una hora, si todo sale como está planificado. Entonces se me cruzó una sombra horrenda por la mente: -¿Y si no regresas más, Ami?... ¿Cómo vuelvo a mi mundo?... -No te pre-ocupes, ja, ja. Eso no sucederá –dijo, tratando se mostrar una seguridad absoluta, pero no me convenció. Yo supe que esa horrible posibilidad existía, aunque recordé también que es mejor mantener el ánimo en alto, ser más optimista, y no quise insistir en panoramas negros. Llegamos al cuartel general de la PP. Nos mantuvimos invisibles sobre el edificio en el que se encontraban Vinka y sus tíos, aunque a varios pisos de profundidad y protegidos por paredes blindadas. -Blindadas con plomo, Pedro, y nuestras sondas vibratorias no pueden penetrar ese denso metal, por eso, tampoco podremos ver a nuestros amigos por los monitores, y menos, teletransportarlos. -Así que yo no podré ver lo que tú haces allá abajo. -Correcto, pero iré protegido con esto –dijo, levantando un teclado del tablero de comandos. Debajo apareció una gaveta que sólo contenía un objeto: un delgado cilindro o varita metálica que parecía una lapicera. La extrajo del compartimiento, la puso sobre su palma y tocó un punto con el pulgar, entonces la varita pareció encenderse con una luz dorada, transformándose en un luminoso objeto, encendido como un pequeño y refulgente sol. -¡Qué cosa más hermosa, Ami! ¿Qué es eso? -Esto es un arma, Pedrito. -¡¿Un arma?!... ¡Ustedes usan armas! Comenzó a reír traviesamente. -Claro, a veces tenemos que defendernos. No siempre contamos con el tiempo necesario para utilizar nuestros poderes hipnóticos, sobre todo cuando se te viene encima una turba de enardecidos incivilizados. -Que es justamente lo que te podría pasar por allá abajo con los terris de la PP...No dijo nada. Extendió el objeto hacia mí. De su extremo salió un fogonazo dorado que tocó mi pecho. Yo sentí una dulce corriente en todo el cuerpo y me puse feliz, apaciblemente feliz, encontrando además que la vida era algo muy hermoso, sin temores ni agresividades de ningún tipo. Miré a Ami y me pareció el ser más maravilloso del mundo. Comprendí, desde lo más alto de mi mente cotidiana, que me encontraba ante un alma de gran elevación interior, y valoré el hecho, emocionándome por tener esa suerte. Pero Ami se estaba riendo de mí. Su sonrisa y alegría me parecieron agradables y contagiosas, y también sonreí, alegre como él, sin preguntarme nada de nada. Poco después me apuntó de nuevo con el objeto. Surgió un fogonazo que ahora no era dorado, sino de un verde muy claro, entonces volví a mi realidad habitual, a mi mente cotidiana, y desde allí me pareció ahora que aquel artefacto lo idiotizaba a uno. -Es al revés, Pedro, te conecta con tus partes interiores más elevadas, bloqueando tus zonas psicológicas más primitivas y terrenales. Pero claro, tanto desconecta de las realidades de los mundos no evolucionados, que deja incapacitado para llevar una vida normal en ellos. El efecto dura unas diez horas terrestres, a menos que se desactive, para eso se debe apuntar de nuevo hacia quien haya recibido la descarga luminosa, pero en su modalidad verde. -Me parece fantástico, Ami, sobre todo cuando los enemigos no son mundos; pero si te ataca una turba no vas a tener tiempo de ir tocándolos a todos, uno por uno...-Si me ataca un enjambre de terris hago esto: Apuntó hacia una pared de la nave, esta vez salió del objeto una luz azul intensa parecida a una llama de mechero a gas; cuando tocó la pared se escuchó un suave chasquido y saltaron miles de pequeñas estrellas doradas que se dirigieron a gran velocidad hacia todos los puntos de la nave. Algunas me alcanzaron y volví a encontrar que la vida era algo maravilloso...-Ja, ja, ja. ¿Ves? Eso es un "disparo de racimo", pero este racimo de luz no sólo no daña a quien lo recibe, además lo deja "iluminado". Nirvana sin esfuerzo... Y no afecta a quien tenga este objeto en la mano. Me disparó una "bala" verde y volví a la normalidad. -¡Eso sí que es bueno, Ami! -Es menos prehistórico que los horrorosos artefactos destructores que inventan los "genios" de tu planeta, y no te hace ganar nada espantoso a cambio, como a ellos, de acuerdo con la ley de causa y efecto. Bien, ahora debo prepararme para suplantar al mismísimo señor Tonk, el director general de la PP.-¿Al monstruo apestoso ése? ¡Pero tú eres un niño, y él es un gigante gordo! -Olvidas algo, Pedro: nosotros podemos modificar nuestra apariencia. -Cierto, igual que con Krato. ¡Pero no hasta el extremo de cambiar tu estatura! ¿O sí?.... -Claro que sí. -¿Con cirugías y prótesis? De nuevo se puso a reír. -No, Pedrito, simplemente con cambios vibratorios reestructurantes. -Ah, claro... qué tonto soy... ¿Y cómo vas a hacer para tener más peso, más kilos? -¿Más masa corporal? No es necesario, basta con que me vea más grande, y eso es muy fácil para nuestros instrumentos, que en menos de un segundo pueden hacer que una persona se vea como desee. Ya viste lo que sucedió con Krato, y el regreso al estado normal es igual de fácil. Aquí en este computador tengo el bioperfil energético del señor Tonk, y con eso basta. Ami operó unos comandos y apareció la imagen tridimensional del desaseado terri. -Cuando tú oprimas esta tecla, plop, yo me convertiré en una copia al carbón del jefe del a PP, aunque pesaré lo mismo que en este momento, pero no voy a oler igual que él. ¡Ja, ja, ja! -¡Fantástico! -Dentro de exactamente dos minutos, Tonk tendrá una reunión directiva que durará una media hora. Cuento con ese tiempo para suplantarlo, intentar llegar a nuestros amigos y regresar con ellos hasta el rayo transportador de esta nave, que tú activarás, y nosotros cuatro aparecemos aquí. -¡Ja!... qué fácil...-Todo saldrá maravillosamente bien, Pedro, ya vas a ver. Ahora, oprime la tecla, y no te asustes cuando vez mi nueva apariencia, seré yo mismo, aunque tenga otra voz inclusive. Vamos. Cuando lo hice, Ami se transformó ante mis ojos en el espantoso terri, quien dirigió su vista hacia mí. Su mirada no se parecía a la de Ami en lo más mínimo. Con una voz muy fuerte y cavernosa dijo: -¡TIENES MIEDO, PEDRO? -¡Uy! Esteee... ¿E-eres t-tú, Ami? -CLARO QUE SÍ. NO TEMAS. Y AHORA ME VOY HACIA LA LUZ AMARILLA QUE TÚ VAS A ENCENDER AHORA MISMO. Así lo hice, de acuerdo a sus instrucciones previas. El Ami-terri se dirigió hacia la luz diciendo: -DESCENDERÉ DE ESTA NAVE POR EL RAYO HASTA APARECER EN EL NIVEL MÁS PROFUNDO QUE ES CAPAZ DE SER PENETRADO, UNOS DOS PISOS POR SOBRE VINKA, DESPUÉS VERÉ CÓMO ME LAS ARREGLO. Yo sentí escalofríos ante la inevitable cercanía del peligro más espantoso para él y para mí...-¿Cómo sabes que no vas a ir a parar justo enfrente de un terri que te verá surgir de la nada? -TOMÉ ALGUNAS PRECAUCIONES. VOY A APARECER EN UNA SALA QUE EN ESTE MOMENTO ESTÁ VACÍA. DESÉAMOS SUERTE, Y APAGA EL RAYO CUANDO YO ESTÉ ABAJO. HASTA PRONTO. Miré por el monitor para ver si había llegado. Ahí estaba, adentro de una pequeña enfermería. No había nadie más en ese lugar. Apagué el rayo y escuché la voz cavernosa por un parlante del monitor: -Cuando pase a los niveles inferiores no podrás verme, entonces deberás tener paciencia, y fe...Aquellos fueron los momentos de mayor peligro en mi vida. Cualquier error de Ami, cualquier imprevisto, y adiós, a la deriva para siempre en un mundo inhóspito, en una nave que yo no sabía cómo hacer llegar de regreso a mi mundo. En el mejor de los casos terminaría junto a Trask en la solitaria cabaña de Krato, si es que era capaz de llegar hasta allá sin tener ninguna referencia. Pero sin Vinka a mi lado, sabiendo que le sucedió lo peor..."No, en ese caso prefiero morir de una vez", pensé.Escuché la risa del Ami-terri, quien, a pesar de a distancia y de su apariencia, no perdía su buen humor ni su capacidad de leer mis pensamientos: -Siempre tan optimista, Pedro...El niño de balnco, ahora convertido en falso jefe de la PP, salió de la enfermería en el preciso momento en que dos terris pasaban por allí, sorprendiéndose ante la inesperada presencia de su jefe máximo en aquellos sótanos. Primer imprevisto adverso...Se me hizo un nudo en el estómago. Las cosas comenzaron a salir mal desde el mismo comienzo de la operación...Ami se adelantó a las preguntas de ellos: -Ea, ustedes dos. ¿Para dónde van? -AL SECTOR AZUL, JEFE. -Dejen eso para después. Los necesito conmigo para que me ayuden. Vengan, por favor. Los hombres iban a hacerlo, pero algo les pareció raro. Se miraron un segundo y uno de ellos dijo: -¡BANDERAS DE GUERRA! -¿Para qué quieren banderas de guerra? –preguntó inocentemente Ami. Para mi horror, los hombres sacaron sus armas y encañonaron a mi querido amigo. Comprendí inmediatamente que aquello de "banderas de guerra" era una clave de seguridad, y que Ami desconocía la respuesta, la contraseña. Segundo imprevisto adverso...-¡MANOS ARRIBA, UN SOLO MOVIMIENTO Y QUEDAS ACRIBILLADO! Ami no tuvo tiempo de sacar su "arma" de bolsillo, el disparador de rayos de felicidad. Un terri lo tenía tomado desde atrás con un brazo encima del cuello y un arma apuntándole en la sien, mientras el otro le ponía por la espalda un par de esposas en las muñecas. Yo estaba aterrorizado, muerto de miedo. -No le mires a los ojos, este idiota es uno de ellos. Son capaces de hipnotizar con la vista. -¡Mantente mirando hacia la pared, gusano! Si te vuelves estás liquidado. Y tú entra a la enfermería a buscar cinta adhesiva para taparle los ojos y la boca. Después haremos sonar la alarma. El botón está al final del pasillo. Lo principal es que este invasor extrakiano no puedo mirarnos ni decir nada. Pero la cinta adhesiva no podría tapar la poderosa mente de Ami... Cuando el hombre se alejó pude ver que mi amigo se concentraba intensamente con los ojos cerrados. Entonces, el que lo apuntaba bajó los brazos, guardó su arma con movimientos de robot, metió la mano en el bolsillo de Ami-terri, tomó el disparador de rayos y apuntó hacia la puerta entreabierta de la enfermería. Se vio un fogonazo zul y un hermoso racimo de veloces puntos dorados se esparció por el pasillo y por el interior de la enfermería. De ella salió el otro terri mostrando una apacible sonrisa y una mirada llena de amor...-Oh... oh... Liberemos las manos de este maravilloso ser... -dijo, y procedió a soltar a mi amigo. El otro estaba petrificado. Su mente dependía de la voluntad de Ami, pero los rayos no lo habían afectado porque tenía el objeto en su mano. Ami le separó suavemente los dedos, tomó el cilindro y le dirigió un rayo. El rostro del terri se iluminó. -Oh... Qué ser de altísima evolución... -dijo arrobado mientras se deleitaba contemplando a Ami. El otro lo idolatraba con una sonrisa que me pareció idiota. -Es un santo... es un ángel... Qué suerte poder contemplar uno de ellos tan de cerca...Entonces recordé que en mi mundo muchos piensas que las cosas espirituales producen debilidad, por eso se alejan de ellas y optan por la fuerza bruta o el poder material como recurso de protección o predominio. Pero allí estaban dos de los hombres más feroces de Kía, quienes, a pesar de los innumerables entrenamientos en artes marciales y en uso de armas que tendrían, se encontraban completamente a merced de Ami, quien no había optado por el camino de la fuerza bruta en su vida, sino por el del desarrollo interior...-Díganme qué pasó con la clave –les ordenó. -Oh... Sí. Fue cambiada hace unos minutos. "Banderas de guerra" debe ser respondido por "Flameando orgullosas" –respondió el hombre de la PP, encantado de poder ayudar. -¿Qué fue lo que les hizo dudar de mi y decidir pedirme la contraseña? -Oh... Su voz suave y sus modales tan amables... Aquí nadie dice "por favor", lamentablemente...-Ah, claro, me cuesta ser tan bestia...-Además, Tonk tiene un olor muy feo...-Comprendo. Bien. Ahora, ayúdenme a liberar a mis amigos del caso "Cardumen". -No, no. El caso ya no es más "Cardumen", sino "Emblemas". También se cambió esa clave. -Ah, gracias. Vamos llévenme hacia ellos, y traten de comportarse militarmente. -Oh, sí, y que Dios nos ayuden en tan noble causa... Poder ayudar a un ser de tan alta evolución... ¿Qué estoy diciendo? Yo era completamente ateo...-Guarden las reflexiones, contemplaciones y alabanzas para un momento de menos riesgo que éste. -Oh... sí. -No, nada de "oh... sí". Digan ¡SÍ, JEFE! -¡SÍ, JEFE! -Y quítense esa sonrisa de la cara, recuerden que aquí no se sonríe. -Oh... sí...-SE DICE ¡SÍ, JEFE! -¡SÍ, JEFE! Comenzaron los tres a caminar por los pasillos. Yo miraba más nervioso que cucaracha en gallinero...-MÁS RÁPIDO. CAMINEN COMO SI ESTUVIESEN FURIOSOS, PORQUE POR AQUÍ HAY CÁMARAS, Y LOS VIGILANTES OBSERVAN SUS PANTALLAS. -Oh... sí... Digo... ¡SÍ, JEFE! Al traspasar una puerta, un par de guardias les pidieron la contraseña: -¡BANDERAS DE GUERRA! -¡FLAMEANDO ORGULLOSAS! –Respondió Ami, con una voz más agresiva ahora que la del mismísimo Tonk. Había aprendido la lección. -¡ADÓNDE SE DIRIGEN! -¡HACIA LOS PRISIONEROS DEL CASO EMBLEMAS! -¡ADELANTE! Yo suspiré aliviado, Ami había logrado poner a su favor las circunstancias adversas, pero... ¿Por cuánto tiempo? -Parece que "papito" se bañó por primera vez en su vida –comentó con malicia uno de los guardias que custodiaban la entrada por donde Ami y sus dos ayudantes acababan de pasar. El otro respondió: -Así parece. No dejó su perfumada estela... -y se pusieron a reír disimuladamente. Yo me alegré de que hubiesen tomado el asunto en forma tan liviana...Más adelante apareció un ascensor, ingresaron, la puerta se cerró, pero yo podía verlos. -¡BANDERAS DE GUERRA! –Dijo una voz por un parlante. -¡FLAMEANDO ORGULLOSAS! –Tronó Ami-terri. -¡AUTORIZADO! De algún modo supe que si la contraseña no hubiera sido la adecuada, ese ascensor los hubiera llevado directo hacia severos investigadores armados...Ami observó a los terris, quienes lo adoraban con la vista, tratando de disimular su elevada emoción espiritual; indicó hacia el panel de botones como preguntando cuál oprimir. Uno de ellos lo hizo y el vehículo se puso en marcha hacia los sótanos más recónditos y blindados del cuartel general de la Policía Política, y entonces dejé de verlos. Mientras miraba la pantalla, yo rogaba que todo saliese bien, pero el tiempo pasaba y pasaba, y nada. De vez en cuando veía entrar o salir del ascensor a algún terri, pero nada más, hasta que de pronto sucedió lo peor: la alarma sonaba estridente por todo el cuartel...Inmediatamente, toda una tropa de hombres armados llegó hasta las puertas del ascensor, incluso el verdadero Tonk, que vociferaba indignado mientras esperaba la apertura de las puertas, cosa que no sucedía jamás.-¡ESTOS HIJOS DE PERRA BLOQUEARON EL ASCENSOR!... ¡QUE VAYA UN PELOTÓN POR LAS ESCALERAS! Al rato regresó uno de ellos: -¡EL ENEMIGO BLOQUEÓ TAMBIÉN LAS PUERTAS DE LAS ESCALERAS! -¡VUÉLENLAS ENTONCES! -SÍ, JEFE! Yo estaba desesperado, especialmente cuando comencé a sentir las explosiones, pero instantes después sucedió algo maravilloso: las puertas del ascensor se abrieron y de ellas surgió un fogonazo azul, y luego toda una brillante nube de puntos dorados se fue expandiendo por el pasillo, dejando iluminados de amor a unos cincuenta terris armados que estaban por allí, incluso al mismo Tonk, que quiso besar la mano de su doble cuando éste apareció seguido de Goro, Clorka y... ¡VINKA! Que sonreía feliz. Ellos también estaban bajo los efectos de los rayos espirituales. Entonces activé la luz amarilla para que mis amigos ingresaran a ella, cosa que hicieron de inmediato, mientras cincuenta peludos terris, mansos como corderos, los despedían con bendiciones y los ojos brillantes de emoción...-Oprime otra vez la tecla de transformación, Pedro –dijo Ami-terri desde la sala de recepción. Habían llegado los cuatro sanos y salvos. Oprimí la tecla y él volvió a su apariencia normal. Fui a abrazar a Vinka, que me miraba como si estuviese viendo a una especie de dios, mientras Goro y Clorka, con caras de arrobamiento idolatraban a Ami. Yo agradecía que todo hubiera salido bien. Ami les disparó tres fogonazos verdes y ellos recuperaron sus mentes habituales. Nos abrazamos fuertemente con Vinka. Ella se puso a sollozar de la emoción. Pero Goro pasó del misticismo más dulce a la rabia más intensa: -¡ESOS ESBIRROS, CANALLAS, ANIMALES, MAL NACIDOS, BESTIAS!... Comprendí que lo habían tratado muy mal. -Olvídalos –le aconsejó Ami tomándolo del brazo -, ya estás a salvo. -Me pusieron corriente en... en... Oh, ¡CÓMO QUISIERA MATARRRRLOS! -Y te salvaste a tiempo, porque siempre comienzan con los métodos "suaves"; después aplican los sistemas "duros"...-Por fortuna, no alcanzaron a torturar a Vinka ni a Clorka... No, yo no sabía la clase de bestias que...Clorka estaba llorando. -Yo tampoco, Goro, y ahora ¿qué vamos a hacer? Ya no podemos volver a casa...Ami les habló claramente: -Olviden eso. Tienes que dejar de lado para siempre el pasado, su casa, sus objetos, todo; imaginen que pasó un huracán y arrasó la casa, pero están vivos y a salvo. -Sí, pero ya no tenemos nada. -No digas eso, Goro, ustedes tienen algo muy valioso: amor, y eso es lo más precioso del Universo. Goro meditó un poco y luego abrazó a Clorka y a Vinka. -Tienes razón, pequeño, esto vale mucho. Pero por otro lado, ni siquiera tenemos ya el derecho de andar libres por la calle. Tal vez debamos pedir asilo político en otro país...-Ni lo pienses, Goro. Si fueses un político común y corriente, entonces sí; pero estás relacionado con el tema VEP, vida extraplanetaria, y ya sabes que hay mucha paranoia y ambición con respecto a esa temática. No estarías seguro en ningún lugar. -¡Y QUÉ PODEMOS HACER ENTONCES! –Gritó desesperada Clorka. -No se preocupen, los llevaré a la cabaña de Krato, en las montaña de Utna. Allá estarán a salvo y podrán descansar hasta que se decida qué hacer. Ami tomó el control de la nave e instantáneamente nos "situamos" en Utna. Allá estaba amaneciendo. Descendimos en la granja de Krato. Trask fue cariñoso con nosotros, aunque no demasiado con Goro...-¡Qué divino lugar de campo! –manifestó emocionada Clorka contemplando los matices del cielo en el horizonte, que iban del violeta al rojo anaranjado, a medida que el sol comenzaba a asomar tras los cerros. Goro comenzó a mostrar mucho interés por el lugar, aspiraba el aire de montaña mirando hacia todos los lados, prestando atención al maravilloso concierto que producían los cantos de una variedad enorme de aves en la madrugada. Para ellos era como haber pasado del infierno, la tortura y el calabozo de la PP, al paraíso en unos pocos minutos. -¡Qué hermosa huerta! Mira esos muflos, Goro, esas ambrokas, frindas y melenias; esas burisas, esos árboles de topa, de buro-buro, de jojó...-Y también hay kikis, guajos y zubayas, Clorka. Yo sólo los había visto en el supermecado. -Y yo también. Ésta es mi primera vez en una huerta campestre. Oh, aquí hay hierbas aromáticas, longuchas, tenkas y zumberras. ¡Y también hay flores, Goro! Mira esas pepiyas, esas lurindas tan enorme y coloridas. Los ojos se les salían de sus órbitas a amobs a medida que nos acercábamos hacia la cabaña. -¡Aquí hay licor de muflos! –exclamó Goro al ver la bodega del ermitaño-. Necesito un trago y una cama. -Y yo también –manifestó rendida Clorka. -Entonces pasen, pasen a la cabaña. Entramos y Vinka les abrió las ventanas. -¡Qué lugar tan folclórico, Goro! Es igual que en la serie de la tele "La Casita de Montaña"...-Debo reconocer que esto es muy hermoso, Clorka, pero después de dormir echaremos un vistazo. Me reviento de sueño. -Aquí tienen un jergón en el piso, allí podrán dormir tranquilos. -¡Qué cosa más típica! Esteee... ¿no hay rastreras por aquí? –preguntó Clorka con cierto temor. -No, Clorka. A estas alturas de las montañas no llegan las rastreras, y menos las venenosas –la tranquilizó Ami. -¿Y patapatas? -Tampoco, Clorka. -Pero en ese rincón cerca del techo yo estoy viendo una tela de patapata...-Ah, sí. Pero esas patapatitas no pican a la gente. Están ahí para comerse a los molestos chupetines y a las zumbozas que podrían llegar volando desde afuera. Aquí no hay nada que les pueda hacer daño. Goro procedió a tenderse sobre el jergón, que no le quedaba muy cómodo porque no era para un gigantesco terri. Ami se dirigió hacia él: -A Vinka la necesito en la nave hasta mañana. Está invitada a cenar en la casa de la abuela de Pedro. Ya la cena estará terminan, pero en unos minutos podemos estar allí y reactivar la fiesta, que ahora estará completa con la presencia de Vinka. Y después debo mostrarle algunas cosas importantes. ¿Le das permiso, Goro? Tú dijiste que ibas a hacerlo...El terri ya tenía los ojos cerrados. -¿Eh?... Ah, sí, pero que se porte... zzzzzzz...-Mañana estaremos de vuelta por aquí, y si tienen hambre, allá en la cocina debe haber una olla con un repugnante guiso de garábolo en salsa picante que Krato...Al escuchar eso, Goro despertó y se incorporó muy interesado. -¿Garábolo en salsa picante?... ¿Adónde?... Vinka le indicó a Clorka donde quedaba la cociona, y ella se puso a calentar la olla, feliz de encontrarse en un lugar tan rústico. -¡Qué maravilla!... ¡Una cocina a leña!... Goro sólo pensaba ahora en el guiso. -¡Garábolo! Mmm... Delicioso. ¡Mi manjar preferido! Son muy escasos debido a que no pueden criarse en cautiverio. ¿Dónde consigue garábolos Krato? -Por aquí mismo, tío, esto está lleno de garábolos silvestres. No los viste porque suelen levantarse temprano cuando el sol está un poco más alto. Krato tiene trampas para atraparlos. -¡Entonces esto es un paraíso! Quédense a cenar con nosotros, aprovechen. Goro se estaba entusiasmando y hasta trató de ser amable, lo cual me sorprendió. -No, gracias, Goro. Primero me toca contemplar una sinistra bacanal de un animalito de la tierra descuartizado; ahora es un revoltijo de mutilaciones de garábolo lo que me espera si me quedo aquí. Agradecido, pero no. ¿Por qué no pueden comer sanas y frescas frutas y verduras? Goro no se sintió disminuído por el comentario de Ami. -Deberías probar lo sustancioso que es un guiso de garábolo, en lugar de criticar. -Prefiero no contaminar mi organismo con sustancias de bajísima calidad vibratoria. Muchas gracias por la amable y generosa invitación, pero paso. Mientras la comida se calentaba en el fogón nos depedimos, Goro estaba tan entusiasmado con el lugar campestre y con la perspectiva de un garábolo en salsa picante, que se le pasó la mano con el jugo de muflos y pareció haber olvidado sus preocupaciones con respecto a Vinka y a la PP. Ahora estaba en otro mundo, un mundo más benigno, con paisajes esplendorosos, una huerta prolífica, gordos garábolos al alcance de la mano y mucho jugo fermentado...Pronto íbamos de nuevo con rumbo a la Tierra. -Ya es muy tarde allá –señalé-, mi abuela y Krato deben haberse ido a acostar. -Te equivocas, Pedro. Acabo de echar un vistazo y todavía están en la charla de sobremesa. Tienen mucho que conversar...-¡Entonces todavía podemos llegar a tiempo! -¡Claro! Tenía razón tu abuela. No te haría mal escuchar sus consejos de vez en cuando. Vinka quiso enterarse acerca de ese asunto y le explicamos que ella acertó al pensar que llegaríamos esa misma noche. -Es muy intuitiva...-No, no es eso, sino que tiene una muy poderosa fe –le explicó Ami. -Siento que me va a gustar tu abuelita, Pedro. -Claro, Vinka, y tú también a ella. Después pregunté: -Ami, ¿Qué hiciste al salir del ascensor en el sector blindado? -Nada, me fui lanzando "racimos" por esos pasillos, y los embelesados terris se desvivían por ayudarme. Me condujeron hasta nuestros amigos y me ayudaron a liberarlos, inclusive los mismísimos torturadores de Goro se pusieron cariñosos y dulces conmigo. Pero los guardias que vigilaban por los monitores hicieron sonar la alarma cuando vieron que Tonk estaba en la pantalla y ante ellos al mismo tiempo... Entonces les dije a mis numerosos ayudantes que bloqueasen las puertas y mantuviesen el ascensor detenido. Eso hicieron. Así llegamos hasta el alcance del rayo que tú encendiste y que nos trajo a esta nave. Sencillo. Sí, sencillo, pero para él...Después, Vinka retomó el punto central de nuestros afanes: -Ojalá tío Goro me autorice para vivir en la Tierra... Creo que todo lo que ha tenido que pasar en estos días podría haberle ablandado el corazón. -No es por ser aguafiestas, Vinka, pero no se entusiasmen demasiado. Yo pensé lo mismo al principio, pero ahora sospecho que Goro está programado para impedir siempre la alegría de los demás. Él sí que es un aguafiestas por vocación. -Es que tuvo una crianza demasiado rígida y severa el pobre-explicó Vinka-, la alegría es algo prohibido para él. -Pero todos los sufrimientos por los que ha pasado últimamente podrían hacerle cambiar... -dije. -El sufrimiento es un maestro –manifestó el niño de las estrellas... pero sus enseñanzas son muy caras, dejan feas heridas en el alma. Y tiene algo de adictivo también. A veces la gente se acostumbra tanto a sufrir que ya no puede optar por otro tipo de vida. Si le falta el sufrimiento es como si le faltara el aire... Y existen todavía otros que piensan que a Dios le encanta ver sufrir a un hijo suyo, y se buscan vidas espantosas... Por eso, el mejor Maestro que existe se llama Amor, y el verdadero Amor es el resultado de un buen equilibrio entre bondad e inteligencia. Pero, lamentablemente, por ahora Goro no está a la altura necesaria.

Ami 3. Civilizacones InternasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora