ᴏɴᴇ sʜᴏᴛs「 뷔민 」

ೋ• cryѕтal ѕnow •ೋ

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La habitación era fría pero no tanto como la realidad, había pasado Navidad y Año nuevo pero aún no la había podido presenciar. El año apenas empezaba y sólo un deseo quería cumplir, ver esos hermosos copos caer en su cara y por fin sonreír.

No había pasado mucho tiempo desde que llegó. Escuchaba a sus padres pelear afuera, reprochaban uno al otro del porqué se desmayó. Sin embargo él tranquilo miró a la ventana, la ciudad se veía gris y como siempre, agitada.

Sus ojos grandes color café el dolor reflejaban y su corazón débil y herido apenas retumbaba.

Habían pasado 10 años desde que sabían, "su vida será corta y dolorosa" decían, pero él orgulloso de respirar los miraba y sonreía. Nunca entendió porqué sus padres lloraban todas las noches, los podía escuchar sollozar y lamentarse a bajas voces.

Se dio cuenta de todo algo tarde, pues no fue muy lindo toser y ver sangre. Era algo que el pequeño Jungkook ahora entendía, que la vida era frágil y un día, el día llegaría.

Sentado con lágrimas secas, esperaba a sus padres o alguna enfermera. Quería abrazar a alguien y que le dijeran que era mentira.

El sol se colaba por los cristales brillantes, pero ahora ni con luz podría ser como antes.

Sus amigos lo cuidaban y sus padres lo amaban, siempre estaría agradecido del cariño que le daban. "Gracias" quería decir, pero nadie le escuchaba.

Suspiró con pesadez saliendo de la cama, quería sentir sus pies contra el piso de cerámica. Se acercó a paso lento a la orilla de la ventana, asomándose con sigilo, sintió aire en la cara.

Cansado de esperar, anhelaba con todas sus fuerzas la nieve tocar, nunca la había visto en su vida y tenía esperanzas de un día poder sentirla.

Recargó su espalda en el muro y se sentó a escuchar al viento hablarle mudo, recorrió el cielo con la mirada perdida y se preguntó si sería capaz de volar después de toda aquella pesadilla.

Sintió su cuerpo temblar, la brisa invernal hacía su frío trabajo al soplar y las preocupaciones que hace poco tenía se pusieron en marcha y dedicaron a volar.

Estaba tranquilo ya, no había otra cosa que hacer mas que esperar.

Cerró sus ojos marchitos y se dedicó a tararear la tonada que su madre le cantaba y le hacía descansar.

Quería dormir pero tenía miedo de tocar la almohada y sus ojos no volver a abrir.

De repente el aire fuerte sopló, empujando su cuerpo y el gran camisón. Cabellos castaños sus ojos picaron pero él sorprendido ni se inmutó.

Jamás tanto frío había sentido en su vida, todos los días se encontraba en camillas. Giró su cabeza para ver mejor y al hacerlo sonrió con gran resplandor.

Estaba nevando y por fin los veía, copos danzaban y se deshacían. Tocaron sus dedos, nariz y barbilla haciéndole cosquillas en toda su carita.

Estaba pasando, por fin estaba nevando y por un instante sus males se habían curado.

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@UNICHANG