Atardecer del 20/Julio/1837
Paríslos caballos corrían con fuerza jalando al carruaje de la familia Montenegro y en su interior llevaban a la bella Evangeline, una joven de tan sólo diecinueve años de edad que fue forzada a abandonar al hombre que amaba.
-No llores niña. Dijo con la mirada en los húmedos ojos de Eva una señora con algunas canas en su pelo y abundantes ojeras; tenía inquietud aunque no dejaba notar, pensaba que todo esto era su culpa pues desde pequeña le hacía enseñado a Eva que si se amaba de verdad el amor sobreviviría a pesar de todo y todos.
Fuera del carruaje, corriendo tras de el, sin importar la lluvia un joven con el único deseo de no dejar huir a su amada.
-¡Eva! ¡No te vallas Eva! ¡Evangeline!
El carruaje cada vez fue más rápido hasta que terminó desapareciendo de la vista de Alexander. Entonces se quedó parado entre la lluvia que azotaba aquella noche mirando el camino vacío entre los grandes y viejos árboles.
"Viejo" sufrir por únicamente tres años de diferencia, es algo que nunca había imaginado, al igual que nunca hubiera imaginado que Eva aceptaría las normas y leyes de su padre.
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Amarte a la antigua
Romancedos almas pueden ser tan afines, que, aunque su amor no haya podido ser posible en su primera vida, en la segunda arán lo posible para lograr estar juntos... afrontando todos los problemas que llevan consigo puesto que uno de ellos está comprometido...