No me abandones.

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   Lo había intentado numerosas veces, sin embargo, la respuesta siempre era la misma. "Reaper, por favor, déjame solo." Y por primera vez en días, quizás semanas, el Dios cumplió aquella petición hecha por el de bufanda roja. Se alejó de él.

   Al día siguiente Geno, quizás de forma inconsciente, esperaba con ansias la llegada de aquel que se había convertido en su compañero durante las últimas semanas. Le costaba demostrarlo, pero agradecía su compañía; agradecía que alguien se tomara el tiempo de venir a verle, y malgastarlo con él. Le hacía feliz. Sin embargo, Reaper no llegó.

   Geno se sujetó la bufanda con fuerza, temiéndose lo peor. Estaba hecho una bola en aquel espacio que era su universo. Sólo había pasado un día, quizás estaba ocupado, sí. Al fin y al cabo, era el Dios de la muerte, y dudaba que alguien con aquel cargo tuviese el lujo de emplear su tiempo vagueando debiendo mantener el orden entre vida y muerte.

   Al otro día Reaper tampoco se presentó. Geno dirigió la mirada al lugar en el que generalmente aparecía el portal con el que el de ropajes negros hacía acto de presencia, como si así fuese a aparecer. Pero no vino nadie.

    Habiendo pasado dos simples días, Geno estaba cada vez peor. Se sentía demasiado solo. Odiaba ser incapaz de crear portales, no sabía. Si simplemente tuviera el suficiente conocimiento para crear uno, podría ir a ReaperTale, a preguntarle al idiota de Reaper por qué no había ido a verle; o quizás, de visitar a sus hermanos. Pero no podía. Simplemente era incapaz.

   Al tercer día, el "muerto viviente" ya empezaba a perder la esperanza por completo. Pero, algo en su interior se lo impidió.

   — Él no sería tan idiota... —Se dijo a sí mismo en un intento de consolarse.

   Cuarto día: seguía igual. Nadie venía. Sabía que sus hermanos estaban ocupados, Error estaba ocupado y encima tenía una familia de la que ocuparse; y Fresh... andaba de fiesta en fiesta pero, ¿Qué le podía hacer? Así era su hermano, y así le quería.

   En el quinto día, Geno estuvo casi todo el tiempo dando vueltas, sin saber qué hacer. Realmente se aburría sin el Dios. Inhaló con profundidad, llevándose la mano al pecho y cerrando las cuencas, para después exhalar.

— Si él pudo mantener la esperanza durante semanas, yo también. —Una vez más, habló consigo mismo, en otro intento de animarse.

   Al final, de aquella manera pasó hasta una semana. Allí recibió la visita de Error, a quien le dedicó una débil sonrisa.

— Geno... ¿Quieres venir con nosotros? —Estaba preocupado, y se notaba tanto en su expresión como en el tono de voz empleado.

No hubo respuesta. Tan sólo un movimiento de cabeza a modo de negación.

— ¿Estás seguro? ... Paper quiere verte. —Insistió.

— No puedo... No quiero que venga y no estar...

   El esqueleto negro alzó una ceja, no comprendiendo a qué, o más bien, a quién se refería su hermano. Sin embargo, tras unos segundos de meditación, lo supo.

— ¿El idiota de Reaper te ha hecho algo? —Gruñó.

   Geno se encogió en el sitio, abrazando sus rodillas, volviendo a negar.

— ¿Entonces qué ha pasado?

— Puede... que se cansara de mí. —Y tras aquellas palabras, una leve risotada dejó escapar.

   Las cuencas de Error se abrieron con sorpresa, sin saber qué responder ante aquello.

— ... ¿Quieres verle? —Habló tras suspirar.

❝Don't leave me.❞ ┊ AfterDeath ━ OneShot.Where stories live. Discover now