El infierno de Ternuh

El extraño hoyo oscuro(Primera parte)

En un pueblo  llamado Ternuh alejado de la ciudad, ocurrió una tormenta que para ese tiempo , fue demasiado  fuerte, y, aunque no dejó muchos daños que lamentar,  algo dejó aterrados a los pobladores, mientras una patrullero manejaba por las afueras del pueblo entre el gran bosque que rodeaba la carretera avistó a lo lejos un hoyo oscuro de entre los árboles, el oficial se bajó del coche y pasó por la vegetación, pisando varias hojas secas y ramas que estaban en el camino, se sentía nervioso y por ello puso su mano sobre el estuche de su pistola.

De pronto vio que que del hoyo salía un líquido oscuro y a su vez burbujeaba, se quedó helado por un momento, observando como aquella cosa se expandía poco a poco, se sentía aterrado no sabía que hacer, luego escuchó que un auto pasó y reaccionó , corrió hacia el auto y se regresó asustado al pueblo.

El oficial pidió que todos se fueran del pueblo, sin embargo nadie le hacía caso, estuvo dos horas rogando a sus colegas quienes lo empezaron a tratar como algún loco, hasta que vieron que a lo lejos un ciclón oscuro se levantaba hacia el cielo, el oficial gritó : ¡es eso, es lo que vi¡, rápidamente varias personas le pidieron al hombre que le dijeran que había visto en aquel lugar, les explico sobre el agujero, sobre aquel líquido oscuro, al poco rato la tierra empezó a temblar, haciendo que varios pobladores corrieran despavoridos, la policía intentaba sosegarles, pero era imposible, la tierra temblaba y la gente no paraba de gritar. 

Luego de que el movimiento cesara el alcalde del pueblo llegó, en un auto negro moderno.

  —Señor alcalde— Lo saludo el oficial algo nervioso,— quisiéramos  que nos de el permiso para poder...

  — No es necesario que, me lo pida, este lugar ha sido pacífico desde siempre y lo seguirá siendo, pero el problema es....

— Señor cual es el problema.

El alcalde se puso a pensar un momento y dirigió  la mirada hacia aquel tumulto que se levantaba hacia el cielo.

 —Que hacer con esa cosa. No sabemos como detenerlo.

Llamaron a varias estaciones de policía y junto con carros militares se pusieron en marcha .

Al llegar al lugar boscoso, se abrieron paso entre los  arbusto y los árboles, ya todos dentro  los militares se ubicaron en lugares estratégicos, mientras el ciclón seguía subiendo.

  — Denos ordenes señor— hablo uno de los militares.

El general miro al alcalde quien hizo un gesto afirmativo y luego hizo un gesto con la mano hacia los militares, un grupo se fue hacia atrás y trajeron junto con ellos un equipo de explosivos, los pusieron con cuidado al rededor del hoyo y se alejaron.

A lo lejos, en el pueblo casi vacío, se escucho un estruendo proveniente del bosque. Una niña salió de su casa, junto con su muñeca, corrió por las calles y se paro un momento a ver que era lo que sucedía, un fuerte viento sacudió su vestido azul, y ella se tapó los ojos intentando que no le cayera polvo. Luego vio que aquella cosa poco a poco desaparecía esfumándose por completo, su madre corría despavorida llamándola y la cargó  de regreso a su casa.

El polvo levantado, hacía un poco complicado la vista de todos en el bosque , poco a poco el lugar empezó a esclarecerse. Un cráter quedo en el lugar donde se había formado aquel ciclón.

El alcalde se incorporo, y vio que no quedó nada mas que un cráter, se acercó seguido con algunos militares apuntando hacia el hoyo con sus armas. Miró dentro y sorprendido gritó:— llamen una ambulancia.

Lo que encontraron fue una niña, llevaba un vestido blanco, su piel era realmente pálida, y tenia varias heridas y rasguños que parecían estar recién hechos, debajo de sus ojos habían unas manchas que eran de color rojo, abrió por un momento los ojos, y vio que eran de un color oscuro, sin rastros alguna de esclerótica, todo el contenido era oscuro, sin embargo fue interrumpido por la ambulancia que había llegado, pero aquello le había dejado frío, temeroso, sabía que era una niña, pero no era humana, de eso estaba seguro. La pusieron en una camilla y se la llevaron. Tenía que hacer algo, antes de que sea demasiado tarde.