Mataría por ti

1- Infancia

Era una noche fría y llena de relámpagos yo dormía profundamente en mi cama y un estruendo llenó de furia hizo un terrible eco en mi cuarto y me he despertado de golpe, lo primero que pude ver eran mis pies en las sabanas mojadas, no era muy común que me pasara esto, solo cuando mi temor era demasiado. Antes de llamar entre gritos a mis padres con unas pocas lágrimas en los ojos escuche unos ruidos extraños abajo en la cocina a esto no le he tomado importancia alguna porque a media noche era ya costumbre del gato de la casa "bubbles" se pusiera a jugar y a romper las cosas. Me alce de la cama con forma de un carro de carreras la cual está pintada de color rojo y azul y en medio una calcomanía con el número 5, prendí una de las lámparas de dinosaurios que mi madre a puesto al lado de mi cama, y todo mi cuarto se iluminó de repente dejando a la vista el papel tapiz amarillo de mi cuarto, retire las sabanas mojadas con dibujos del vaquero Woody y las arroje al suelo. De nuevo el sonido lleno de eco apareció pero algo extraño sucedió, por inercia voltee a la ventana intentando ver la luz cegadora que el rayo hace en el cielo oscuro de la noche pero este destello no llego, pero otro sonido aparto mi mirada de la ventana, era un grito espeluznante de mujer, no sabía si el grito venia de mi casa, al otro lado de la puerta marrón y de madera que estaba enfrente de mi o si éste provenía del otro lado de la ventana, me levanté del baúl de donde estaba sentado y apague la luz de mi recamara en la plena oscuridad escuchaba unos pasos de una persona pesada que hacía rechinar los azulejos de la casa y pude reconocer la voz de mi madre gritando palabras entre sollozos que no se podian entender y de repente un sonido muy parecido a un costal de patatas cayendo, se escuchaba como rasgaban el suelo de madera que mi casa tiene y de nuevo pude escuchar ese ruido horripilante, y la perilla de mi casa se abría poco a poco. No quise salir de inmediato porque tenía miedo de que la persona que hacía los pasos siguiera ahí, me he sentado enfrente de la puerta y no podía ver nada, solo sentía que tenía mi pijama mojada.

Pasaron dos horas según lo que marcaba mi reloj eran las cinco de la mañana y me llené de valentía y decidí abrir la puerta, el cuarto de mis padres estaba justamente enfrente del mío, ellos siempre habían dormido con la puerta cerrada y en esta ocasión su puerta marrón justamente igual que la de mi cuarto, pero aún más pesada estaba abierta, al momento de caminar hacia su cuarto pude ver algunas pequeñas manchas de sangre y unas rasgaduras en el suelo con una uña suelta encajada en esta. Al momento de estar en el marco de la puerta de mis padres percibí una imagen que no sabía que sería muy difícil de borrar, a mis padres les gustaba tener las camas en frente de las puertas y al momento de levantar la vista, vi una cama de un gran tamaño con unas sábanas blancas y a mi padre en él. -Papá- Se escuchó la voz de un niño de no más de 10 años - ¿Estas bien? -

Moví de lado a mi padre y vi a las perfectas sábanas con una mancha gigante de sangre, corrí, no podía creer lo que veía, bajé las escaleras -Mamá- gritaba con desesperación y no me daba cuenta de las rasgaduras del suelo. Mi madre estaba colgada del candelabro con un disparo en el pecho, me eche en llanto. Escuché un sonido que hacia vibrar las ventanas de mi habitación, abrí los ojos y estaba repleto de sudor y con el corazón a mil por hora -De nuevo ese sueño- se escuchó la voz de un joven de no más de 18 años.