Jueves

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"Si fuera más guapa y un poco más lista

Si fuera especial, si fuera de revista

Tendría el valor de cruzar el vagón

Y preguntarte quién eres"

Era un nuevo día en parís, el frio invierno poco a poco se extinguía para darle paso al ambiente cálido y agradable que traía la primavera, aunque la brisa invernal permanecía en el ambiente por lo que en esta jornada no estaba de más llevar una chaqueta algo gruesa y una bufanda, tal y como una azabache llevaba en aquel momento en el que, como todos los días, subía al tren de siempre para ir a estudiar a su universidad del otro lado de la ciudad.

Como todas las mañanas se sentó en el cuarto asiento a la izquierda del vagón tan solo para esperar que el cuarto asiento a la derecha sea ocupado por aquella persona que ya hace demasiado tiempo le había llamado la atención en cada viaje en que curiosamente coincidían en horario y estación.

"Te sientas en frente y ni te imaginas

Que llevo por ti mi falda más bonita

Y al verte lanzar un bostezo al cristal

Se inundan mis pupilas"

Como ella esperaba en la estación siguiente, entre toda la masa de gente que ingresaba al transporte, un joven de cabello rubio muy bien vestido luchaba en ingresar y sentarse en el cuarto asiento a la derecha del vagón. Al instante en que volteo a verlo se sintió nerviosa, y como si hubiera sido un reflejo empezó a acomodar aquella falda ni muy larga ni muy corta que había decidido ponerse, aunque el frio luego la hiciera sufrir un poco.

Aquel joven apoyó su cabeza sobre una de sus manos que a su vez se encontraba reposando en el borde de la ventana, su mirada esmeralda se encontraba perdida en el exterior del tren, y con la mano que en un inicio había colocado sobre una de sus piernas atrapa un bostezo que no quería que saliera, se movió algo incomodo en su lugar y volvió a su antigua posición esta vez con sus ojos más concentrados en no cerrarse que en observar el otro lado de la ventana. Estaba cansado.

"De pronto me miras, te miro y suspiras

Yo cierro los ojos, tú apartas la vista

Apenas respiro, me hago pequeñita

Y me pongo a temblar"

La joven de ojos cielo ya había perdido la noción del tiempo y durante esos segundos, minutos o lo que hayan sido; se mantuvo observando al ojiverde del otro lado del tren. Recobró la noción de donde se encontraba cuando él volteo a mirarla, se paralizó ante su mirada, pero unos pocos segundos después de forma inconsciente serró los ojos para evitar el contacto visual, mientras el rubio apartaba la mirada arrepentido de su acción, ella simplemente lo observaba sobre su hombro de forma cautelosa mientras se abrazaba a si misma para que su respiración y sus pulsaciones disminuyeran la velocidad que nunca notó que se había acelerado en un inicio.

"Y así pasan los días, de lunes a viernes

Como las golondrinas del poema de Bécquer

De estación a estación, enfrente tú y yo

Va y viene el silencio"

jueves (one-shot Adrinette) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora