Toxico

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Narra Andra

-¡Lávate las mano Andra! – Quizás esas palabras jamás saldrán de mi cabeza, porque cuando cometes errores gigantes o hasta mortales por los demás, te arrepientes toda tu vida; ya pasaron casi diez años y todavía me arrepiento.

Cuando vives encerrado en una nube de tus propios pensamientos, te ahogas, te ahogas porque llueve y porque cada vez que caes de esa nube parece que cayeras en un océano profundo, que asfixia, hasta sacarte todas las ganas que tenias de empezar a cambiar.

Mi vida no había sido fácil, y quizás nunca lo sera, pero eso lo había empeorado todo, me había roto la vida, creyendo que lo que hacía estaba bien y que salvaba a la persona que mas amaba.

Me llamo Andra Smith y hace casi diez años, asesiné a una persona.

Esta historia no comienza como las demás. No comienza con el primer día de clases de la escuela, ni con una clase de ballet o con un encuentro accidental, esto es todo lo contrario, esta historia comienza con el fin de algo que dañaba a muchos, con un error gigante y con un secreto que solo sabíamos cuatro personas.
Lo que parecía ser perfecto, en realidad era como un lugar lleno de niebla, en donde solo ves lo que se encuentra cercano, no lo que es lejano, y por eso me lleve un golpe de realidad que lo cambiaría todo. Cosas que sabias que iban a pasar, pero que no querías aceptar.

Usar tacones, vestidos, maquillarse, tener el pelo perfecto... Éramos como muñecas con las que todos jugaban.

-Nos invitaron a una fiesta- Dijo Melania esa tarde.

Aquel día de otoño me lo había pasado en la casa de Melania. Cuando era sábado había dos opciones, su casa o mi casa, no podíamos pasar un sábado separadas.

-Lo sé, también me llego el mensaje- Dije rodando los ojos –¿Tenemos que ir?

Mantener el status social no era fácil, tener que lucir bien todo el tiempo solo para complacer a los demás era algo que realmente no me gustaba hacer. Esconderme detrás de esa mascara de "Todo está bien en mi vida" era una mierda.

-Sabes que hay que hacerlo- Dijo mi amiga aquella tarde –Además estarán las chicas y seguro que también ira Michael, será divertido- Dijo mi mejor amiga mientras me guiñaba un ojo.

Los gestos de Melania quizás sean cosas que jamás olvidare de ella.

Mi amistad con Melania comenzó hace más o menos diez años, cuando su padre era mi psicólogo. Ella solía venir después de las sesiones, y una vez mientras mi madre y su padre hablaban en el consultorio, ella y yo nos habíamos creado un mundo de fantasía en menos de quince minutos.
Pasó el tiempo y descubrieron que mi madre y su padre eran amantes, tuve que dejar de verla como por un año hasta que se cambio a mi instituto, y desde ahí somos inseparables. Nos contamos todo, compartimos todo y nos entendemos. ¿Que mas podríamos querer? Nuestras vidas eran una mierda y lo afrontábamos juntas.

-Está bien, iré, quizas sea divertido. Búscame a las nueve- Le dije y después de tomar mi bolso me fui.

El camino a casa siempre lo usaba para reflexionar sobre la mierda que había hecho ¿De verdad había aceptado ir a una de esas fiestas de mierda de nuevo? Quería comer plomo.
Caminar con la espalda derecha y con piernas demasiadas largas era bastante fácil, mi caminata en aquel entonces era digna de una modelo, yo era el ejemplo de aquellas niñas que me veían por las calle, era yo quien les llamaba la atención a todos, pero ahora aquí encerrada en un lugar asqueroso solo soy otra más del montón.

Aquel día llegue a casa y me prepare para la fiesta, me puse un vestido negro que habia comprado hace bastante tiempo y unos tacones bastante altos, pero había algo que jamás podía faltarme, mi labial rojo. Me recogí el cabello en una coleta y abandone mi habitación.
Recuerdo que pelee con mis padres, y siempre que peleaba con ellos me salia con la mia, quizás si les hubiese escuchado aunque sea solo un poco, no estaría en donde estoy.

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⏰ Última actualización: Mar 01, 2018 ⏰

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