Unos excitantes efectos secundarios

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El despacho estaba en silencio. No se escuchaba ni un solo ruido. Se encontraban en shock debido a la imagen que se presentaba ante sus ojos.

Su jefe, el Décimo capo de la familia Vongola, Sawada Tsunayoshi, había acorralado a su guardián del rayo contra la pared y le estaba dando un apasionado beso. A esto había que añadir que este se encontraba solo con una camisa de manga larga que le llegaba a mitad de los muslos, sin nada más de ropa encima y en modo hiper.

Tsuna se aparto lentamente del pobre chico Bovino de quince años y le sonrió satisfecho. Lambo por su parte fue escurriéndose por la pared hasta quedar sentado en el suelo en un profundo estado de shock y empezó a rememorar lo que había ocurrido minutos antes.

FLAS BACK

Toda la base estaba en estado de alerta en busca del Décimo que había desaparecido tras ir a ver a Verde. Los seis guardianes y el ex tutor de Tsuna se encontraban reunidos en el despacho del Décimo.

—¿Quién fue el idiota que le dejo ir solo a ver a Verde?— preguntaba Gokudera alterado ya que su querido Décimo hacía horas que había desaparecido.

—Maa, maa. Cálmate Gokudera nadie sabía que Tsuna iría a ver a Verde— le respondió Yamamoto intentado tranquilizar a su alterado amigo.

—¡Maldito Dame-Tsuna! Le tengo dicho que avise cuando vaya a salir y que siempre lleve escolta— decía enfadado el hitman.

—Tsuna-nii no se iría así como así, algo debe haber ocurrid-...

Antes de que terminara de hablar se abrió la puerta de golpe y apareció un castaño de pelo largo hasta un poco más de mitad de la espalda y ojos dorados de piel clara pero ligeramente dorada con una gran llama del cielo en su cabeza. Ese chico era lo que todo el mundo llamaba “una belleza”.

Los guardianes se sorprendieron al ver a su jefe. Este solo se limitó a pasar la mirada por todos los ocupantes de la habitación y sonreír amablemente dejando a todos aturdidos por uno momento. Momento que aprovechó para acercarse a el más joven de los presentes, estrellarlo contra la pared y besarlo.

FIN DEL FLASH BACK

Los guardianes todavía no salían de su asombro cuando el castaño de alejó de Lambo para ir en dirección a Yamamoto.

—¿Tsu-Tsuna?— reaccionó el guardián de la lluvia al ver que su amigo ahora iba hacia él. —¿Te encuentras bien?— retrocedió un paso al ver la cercanía de su castaño amigo que ya se encontraba a un paso de él.

—Me encuentro genial— respondió Tsuna haciendo reaccionar a los demás guardianes y a Reborn. —¿Por qué lo preguntas? ¿A caso no parezco estar bien?— decía mientras se abrazaba a Yamamoto y miraba hacía arriba para mirarlo a los ojos y poner ojitos de cachorrito.

—E-Espe-...

Tsuna se acercaba peligrosamente a los labios de Yamamoto cuando volvieron a irrumpir en el despacho.

—¡Tsunayoshi-kun!— llamaba Verde algo alterado consiguiendo que el aludido le mirara.—¡Al fin te encuentro! ¡Te dije que no podías salir del laboratorio hasta que se pasasen los efectos del suero experimental!

—¿Qué suero?— preguntaba Hibari enfadado ante la posibilidad de que le hubiese dado algo extraño a su Tsunayoshi.

—...— se quedó unos segundos en silencio meditando su respuesta, de ello dependia su vida. —La verdad es que esta mañana llamé a Tsunayoshi-kun para informarle de que había creado un suero con el que se podría  duplicar e incluso triplicar la fuerza de las llamas. Le explique que aun estaba en fase experimental ya que aun no había tenido la oportunidad de probarla...Así que él…

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