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✣Punto cero✣



La iglesia de ventanales grandes con colores que ilustraban algunos santos y con lúgubres arcos apuntados y muros delgados, yacía en ese momento sumergida en un silencio sepulcral y decorada con manchas de sangre por todos lados y tripas esparcidas en su antes pulcro piso. Un escenario que haría vomitar a cualquiera, sin duda. Aunque yo ya estaba acostumbrada a ver escenarios tan tétricos y espeluznantes como este.

Sin miedo a pisar ningún órgano esparcido por el suelo, caminé por el lugar con cuidado. Tratando de recordar todo lo importante o por lo menos buscando una pista que me diera algún indicio de quién podría ser el que había causado todo este desastre.

— Menuda mierda — dijo mi compañero, que de un momento a otro, se encontraba a mi lado con sus manos guardadas en los bolsillos —.  La Cardenal Catherina nos va a matar cuando vea este desastre... lo sabes ¿Verdad?

La voz de mi amigo y compañero sonaba preocupada. No le culpaba, después de todo, ni él ni yo estábamos en una posición favorecida con el Departamento de Asuntos Internos del Vaticano. Teníamos la soga al cuello y un error más, sería fatal para ambos.
Aunque eso no era lo importante. Lo importante en ese momento era que si se habían arriesgado a tocar una de las iglesias más importantes para el Vaticano, era un sinónimo de guerra. La fracción radical estaba tomando posición ante la catástrofe, que cada vez parecía más inminente.

— No te preocupes, hablaré con la Duquesa y le explicaré la situación. Después de todo, no es nuestra culpa, Namjoon — respondí con despreocupación, removiendo algunos mechones de mi cabello —. Esto excede a nuestro escuadrón.

— Aun así me preocupa — Namjoon lucía aun más consternado —. Sabes que el Papa no esta conforme con nuestro escuadrón. Hasta he oído de Yoongi que piensan relevarte y poner a Jungkook, un novato.

"Jungkook" Umh ¿Por qué no me sorprendía oír su nombre?

— Lo sé — contesté con sinceridad —. Él es cercano a Abel. Y sabes que Abel por ser el principal benefactor del Vaticano tiene muchísima influencia en las decisiones que se toman, no me sorprende que lo pongan a él. Es más, oí que esta comprometido con Ether, su hija.

Namjoon enarcó una ceja y me observó curioso — ¿Pero Abel no es de la fracción conservadora? ¿Cómo puede tener decisiones en el Departamento Interno si la cardenal no pertenece a esa fracción? Además he oído que Jungkook es un vampiro.

— Son solo rumores lo de Abel, Nam — expliqué —. Y tú bien sabes que la iglesia no podría luchar contra el Imperio y la emperatriz sino tuviera a algunos vampiros de su lado. De todos modos, no tenemos poder de decisión en esto. Si quieren relevarme, no me quedará otra que ceder el puesto. De igual forma, quién este al mando no cambia la situación.

Namjoon me miró molesto pero no había otra cosa que pudiera decirle. No podía llenarlo de promesas que no sabía que no podía cumplir — No quiero que un vampiro me mande. Es gracias a ellos que la iglesia se ha convertido en una cueva de perdición.

Guardé mis manos en mis bolsillos y observé el cuerpo del sacerdote que estaba en el piso tirado, partido en dos. Todavía conservaba su expresión de horror; seguro que su asesino había disfrutado matándole — La iglesia siempre fue una cueva de perdición y de pecado, Namjoon.

Él no objetó nada, simplemente se dedicó a seguir mis pasos cuando me di la media vuelta. Estuve apunto de ir a hablar con uno de los pocos sacerdotes que había sobrevivido pero divise a lo lejos que alguien más ya lo estaba haciendo. 

Mierda ¿Cómo se había enterado tan rápido?

Cuando sus ojos conectaron con los míos, sonrió. De una forma lastrara y perversa. Parecía divertido con la situación y no dudaba que lo estuviera.
Terminó de hablar con el sacerdote y se dirigió a donde estábamos parados Namjoon y yo. No tuve que voltear demasiado para ver que mi compañero se había tensado por su sola mera presencia.

— La Duquesa no esta feliz con esto— Canturreó con satisfacción.

Aun así, no cambié mi expresión serena— ¿Qué haces aquí, Jungkook?

Él volvió a sonreír de forma asquerosa y se acercó a mi oído, quise retroceder pero no lo hice. Hacerlo significaría que le tenía miedo y yo no le temía en lo más mínimo. Solo era un sucio vampiro— Estoy haciendo el trabajo que tú deberías hacer.

Le miré de reojo al oírlo hablar, provocando que nuestros ojos se encontraran y nuestras respiraciones se chocaran — Estoy haciendo mi trabajo, no te preocupes. Y te sugiero que te vayas de mi territorio sino quieres que te saque tu jodido corazón y me lo coma para la cena ¿Entiendes?

Él, lejos de inmutarse por mi amenaza, me cogió de la nuca y me pegó más a su cara. Namjoon quiso interceder pero no dejé que lo hiciera— Eso, controla a tu perro sino deseas que lo termine descuartizado como todas las personas de aquí — Nam gruñó enojado al escuchar su evidente provocación. Acto que solo alimentaba aun más el sadismo de Jungkook —. Y tu, muñeca, lamento decirte que desde ahora tu territorio es el mío también. Tendrás que acostumbrarme a verme y... — se inclinó más a mi y lamió mi oreja. Provocando que se me erizará la piel del asco que sentía ante su solo tacto — Espero que podamos jugar como antes. Extraño oírte gemir bajo de mi, como solías hacer sin tapujo alguno, en los viejos tiempos.





— ××× —

Este fic va a ser de actualización lenta, por la trama. Y posiblemente este comienzo sea confuso pero con el tiempo van a ir entendiendo.

Va a tener muchas criticas ante la iglesia y la religión en general. No pretendo ofender a ningún creyente. Es por eso que si lo sos, este no es tu fic hija (?)

• Y por último y no menos importante: este fanfic es de contenido adulto. Va a ver sangre, sexo, relaciones de todo tipo y cosas no gratas de leer. Por eso dejo bajo su responsabilidad el leerlo o no.

Y quién este dispuesta a soportarlo, desde ya agradezco por leerlo ♡

Con amor, Aria.

peccātum « j. jungkook »Donde viven las historias. Descúbrelo ahora