Parte 1: Érebo

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La noche estaba más oscura de lo usual, nubes en el cielo cubrían el brillo de las estrellas y la luna, las hojas de los árboles empeoraban la situación del conjunto de 5 amigos que estaban internados profundamente en un frondoso bosque, armados solamente con un par de linternas y sus teléfonos celulares

̶ ¡No me dejen atrás! ̶ Exclamó Erick Gaskarth en el suelo mientras miraba como se alejaban corriendo sus cuatro compañeros.

Uno de ellos, el más valiente, miró hacia atrás donde yacía su amigo por haber tropezado y dañado el tobillo, a pesar de los gritos de dolor de su camarada que iban silenciándose mientras más se alejaban, corrieron lo más rápido que podían, a causa de una criatura que los estaba cazando, con lo cual siguieron su camino hasta abandonar el hostil lugar.

̶ ¡Auxilio, viene por mí! ̶ Gritó de nueva cuenta mientras que algo se le acercaba raudamente por el bosque.

El grupo de muchachos que dejaron atrás a Erick salieron a la calle y sin descansar se apresuraron lo más que sus piernas permitían para buscar ayuda, ya que su amigo estaba a pocos minutos de encontrar su fatídico final.

Con las pocas fuerzas que le quedaron, Erick, después de unos momentos, logró levantarse a pesar de que su tobillo se había torcido de tal manera, que llegaba a sentir como si cientos de cuchillos entraban y salían de él; pero al momento de estar en pie aquel ente extraño estaba ahí, Erick no podía verlo ni tampoco escucharlo, pero sabía que esa criatura lo estaba mirando. El miedo que le infundía era tal que el joven quedó congelado e inmóvil al percatarse de la cruda realidad, aquel espectro o lo que sea fuere le haría daño apenas dejara de tener algo de luz, no podía quedarse en ese mismo lugar por siempre y lo único que tenía para iluminar un poco la zona era su móvil, los minutos pasaban, la ayuda no llegaba y, además, la batería de su teléfono estaba a punto de acabarse, el pobre chico no tenía opciones, los últimos segundos de vida de Erick fueron los más crudos imaginables, esa fue la explicación que dio el forense al día siguiente, cuando encontraron parte del cadáver del muchacho desollado.


La cabeza estaba pegada a un torso sin órganos en medio de un gran charco de sangre, donde habían ojos ahora solo eran cuencas vacías, los brazos y piernas se habían desprendido de cuajo, tenía el tórax abierto en dos y sin ningún tipo de órgano dentro de él. Los policías hicieron un estudio por toda la zona sin encontrar rastroalguno de los restos del cuerpo, lo único que hallaron fueron árbolessalpicados con la sangre oscura de Erick, un celular con la pantalla rota y sinbatería, además, unas huellas extrañas que desaparecían en la nada.

Los 4 amigos del difunto chico tuvieron que explicar aquel mismo día lo que aconteció la noche anterior, luego de haber encontrado parte del cuerpo sin vida de Erick.

Primero declaró Natasha Evans, chica de 19 años con ojos verdes y cabello castaño claro, su dura personalidad hizo que no se inmutara frente al inspector Tom Barkley quién iba entrando a la sala de interrogación con un café, una carpeta y una grabadora. El fiscal dejó sus pertenencias policiales sobre el mesón y activó el dictáfono para comenzar con el interrogatorio.

̶ ¿Cómo está señorita? ̶ Preguntó el inspector.

̶ Que pregunta de mierda es esa. ̶ Replicó murmurando ̶ ¿Cómo cree que estamos todos después de lo que pasó? ¡Podría haber muerto cualquiera de nosotros! ̶ Respondió mirando fijamente y con lágrimas en los ojos al interrogador.

Este último se levantó y respiró profundamente intentando no perder la compostura ante la situación, observó su carpeta que dejó sobre la mesa donde tenía las fotos tomadas y el informe escrito por el forense sobre los restos del chico, pero se negó a verlos en ese instante.

̶ Está bien. ̶ Dijo el inspector desconcertado y sin mirar a la chica ̶ Es difícil en este momento pero intente responderme algunas preguntas.

̶ ¿Qué les ocurrió en aquel lugar? ̶ Demandó seriamente el fiscal.

Natasha o Nat como le decían cariñosamente sus amistades quedó en silencio por unos instantes recordando a su amigo ya víctima de aquel ser, sin respuesta alguna, lo único que se animó decirle al presente hombre, lo dejó perplejo.

̶ Erick cada noche veía algo fuera de su ventana, en la calle, un ser extraño de mirada vacía que jamás se lograba reconocer. ̶ Respondía con voz temblorosa la muchacha ̶  Un tipo de entidad lo miraba desde las sombras, nos decía que era muy rápido y desaparecía de la nada antes del amanecer. Lo llamó Érebo.

̶ ¿Érebo? ̶ Cuestionó consternado el hombre.

̶ Así como escuchó, lo apodo así por el dios de las sombras. ̶ Contestó la joven adulta.

̶ ¿Les dijo como era "Érebo"?

̶ Era de altura considerable, a pesar de ello era muy rápido, cuando podía verlo mejor decía que en vez de ojos, solo tenía cavidades vacías pero que de alguna manera lo miraba, una sonrisa macabra que cruzaba de extremo a extremo en su rostro y podía tenerla así toda la noche, asechándolo de alguna manera hasta el amanecer para luego desaparecer por completo en el área arbolada que estaba detrás de su casa.

̶ ¿Y ustedes lo veían? -Preguntó el interrogador.

Nat lloró angustiada, miró sus brazos rasguñados profundamente, tanto, que aparentemente la carne estaba cortada hasta el hueso, el fiscal se percató de esto, pero antes de mencionar palabra alguna la chica dijo.

̶ Nosotros también lo percibíamos, los cuatro soñamos con él, pero antes que nos alcanzara despertábamos, un día no despabilé a tiempo y me cogió, abrí los ojos en ese momento, pero consiguió hacerme estas marcas que ve en mis brazos.

Tom decidió terminar el interrogatorio, consternado se despidió de la abatida joven, salieron de la sala y estaban sus otros 3 compañeros sentados en las sillas de la comisaría. Matt Stevenson, joven de 17 años de cabello desordenado, corpulento pero asustadizo. Saray Osbourne una adolescente de 15 años, de cabello negro y rizado con una nariz respingada, era la menor y la más baja, pero atlética y ágil. Bennet Green con 18 años fue el último de los muchachos que salieron del bosque y que vio por última vez a Erick, era el más lento de todos, pero valiente y escéptico hasta aquella noche.

Los envió a todos a casa, ya era tarde y comenzaba a oscurecer, aquella noche fue una de las peores que sus cortas vidas habrán vivido hasta ese momento.



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