Only Sex (Liam Payne)

Capítulo 1

El fino taconeo al caminar, el movimiento hipnótizante de sus caderas, las luces nítidas de las calles, el bullício de la ciudad, la húmedad de la noche, los coches pasando; cada noche para Rayan era igual y diferente en alguna manera. Una chica de día con mascara en las noches.

Un sueño roto. Eso era ella, un sueño roto y desgastado.

Pero estaba haciendo lo correcto ¿Cierto?. Ese era su consuelo, esa era la excusa que le contaba a su almohada las pocas horas que tenía libres, esa era la más pura realidad y mentira a la vez. Pero ¿Ella que podía hacer?.

Llegó a la puerta trasera del local, la empujó y entró a la sucia realidad. Ella sólo era una mesera, una mesera de un sucio local, una mesera a la que todos podian toquetear, una mesera que lloraba por ser quien era. Ella sólo era una mesera que tenía sueños rotos.

Caminó con paso quedante hasta el gran perchero de madera y colgó su largo saco marrón.

Se volvió al mostrador y le dijo a Kay- ¿Me podrías dar mi block de notas?- Kay era alto, tez blanquecina, cabello castaño, ojos del mismo color y tenía buen porte

-Claro, cariño-...Y era gay. Kay era el único amigo que tenía en aquel feo bar y lo quería como un hermano.

Él le había confesado su preferencia sexual un día que ella lloraba desconsolada en sus brazos, también le confesó de su relación con Max un chico homosexual. A Max lo conoció una semana después en el bar cuando fue a visitar a Kay. En realidad ambos eran tiernos y lindos juntos, pero tan llenos de inseguridades y miedos, miedo a lo que los demás dirían o harían. Así que ella se propuso apoyarlos siempre en todo. Después de que los padres de Kay se enteraran que era Gay lo echaron de casa, actualmente vive con Max y ambos aportan para el pequeño departamento acogedor, Kay entró a trabajar aquí un poco después que Rayan debido a que necesitaba el dinero. Ellos eran sus únicos amigos, la aceptaban como era, sabían cada detalle de su vida y la apoyaban incondicionalmente.

-Gracias, Kay- Le sonrió muy apenas

Kay suspiró- Ven, sientate aquí, linda, ¿Qué sucede?- Murmuró en tono maternal acariciando su cabello- ¿Estás cansada?- Rayan mordió su labio aguantando las lágrimas y asintió despacio. Kay la abrazó protectoramente y sucumbió, se echó a llorar en su pecho- Vamos, cariño. Tienes que seguír adelante por tu mamá- Susurró en su cabello

-L-Lo sé, pero es tan difícil- Hipeó

-¿Quién te mintió con que la vida era facil, para ir a cortarle los huevos?- Rayan rió un poco con lágrimas en las mejillas- Eso, no te pongas así toda triste- Animó

Se limpió con la camisa de Kay los ojos y mejillas y le sonrió un poco-Hey, no quería lavar hoy el uniforme- Rió

-Pues ahora lo tendrás que hacer, pequeño- Pequeño y pequeña eran los apodos que ellos mismos se pusieron y únicamente Max, ella y Kay podían llamarlos así, denotando su buena amistad y la confianza ciega que Max ponía en Rayan, después de todo, Kay no era feo.

-Hmp, tú lo lavarás, pequeña-

-Está bien, pero será en tu lavadora- Carajeó- Bien, me tengo que ir a trabajar, Kay. Gracias, en serio- Sonrió

-De nada, peque-

Le dedicó la última sonrisa a Kay, tomó su block de notas y caminó hasta el "Cuarto de maquillaje". Giró la perilla del cuarto y entró a el pequeño cuarto donde otras 5 mujeres más retocaban su maquillaje

-Ya casi toca tu turno Evan, preparate- Dijo Frida con un cigarrillo en la boca. Frida era un mujer de unos 37 años y era la encargada de supervisar a las demás. Vestía un muy revelador vestido rojo de lentejuelas, barato al simple ver. Medía 1.70, su cabello era corto hasta los hombros, lacio algo esponjado, rojo con las raices marrones, carmín rojo, mallas de red, tacones de charol color rojo pasión, pestañas con demasiada mascarilla, demasiado maquillaje y las uñas de manos pintadas del mismo rojo de la vestimenta.

Asintió y caminó frente a la barra donde tenían el maquillaje junto con un gran espejo, se puso simplemente el carmín rojo, un poco de polvo y ya. Su vestimenta la llevaba puesta desde que salió de casa sólamente cubriendose con el antigüo saco que ahora estaba colgado en el gran perchero así que estaba completamente lista. El vestuario de las meseras había cambiado ya dos veces así que ahora simplemente vestían un corto vestido rojo que parecia tutú un poco más largo, mallas de red, tacones del mismo color, cabello suelto y un pequeño delantal. La falda del vestido era algo incomoda ya que llegaba más arriba de medio muslo y debajo sólo llevaba un cortisimo short así que no podía agacharse si no quería que su trasero quedara a la vista de todos los borrachos pervertidos.

-Ya es tu turno, Evan. Fuera de aquí- Asintió de nuevo, tomó el block de notas y fue directo a la barra a ver si había alguien nuevo a quien atender.

-Acaba de llegar alguien a la mesa 7, peque- Murmuró Kay de espaldas a ella preparando una bebida

-Gracias, pequeño- Murmuró.

-.-.-.-

Había salido del gran edificio central de lacross, estaba realmente fastidiado de todo el parloteo que habían dado en la junta y lo único que le apetecía era un trago del primer bar que viera.

Aparcó en el estacionamiento de "Madies bar" y bajó de su coche Bugatti

"Bonito nombre" Pensó sarcásticamente

Caminó hasta la entrada y empujó las puertas del lugar. Rápidamente se coló por su naríz el olór a cigarrillo, cerveza y vino. Se sentó en una mesa alejada de las demás, era de madera, redona y para dos personas apenas.

Sacó su celular que sonaba sin parar y lo apagó. A la mierda la empresa.

- ¿Va a pedir algo?-

"Claro que no. Vine aquí a trabajar"  Pensó con una sonrisa de sorna sin levantar la cabeza de su celulár.

-Un...- Se calló abruptamente al ver la chica que lo atendía y su sonrisa desapareció

"Hermosa." Fue lo único que corrió por su mente

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OMG

Tanto tiempo que me tardé. Lo siento tanto, he estado DEMASIADO ocupada, pero ya les traje su precioso y LAAAARGO capítulo :)

Subiré capítulo cada Viernes! Yeii

Una razón más para amarlo.

En fin. Me largo.

Adiós