Principio y ¿fin?

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Pues la verdad es que nunca te lo dije porque sentí que no era importante, pero al parecer si, al menos para mi. No se porque, pero solo me traes experiencias agridulces, no es que sea nada malo, es solo que me pone a reflexionar sobre las decisiones que tomo respecto a ti. Diría que empezó el día de la fiesta de nuestro amigo con aquel beso, pero en realidad no, empezó ese día en clase de inglés que te di mi número, y me querías sacar de clases de para hablar, como si te gustara o algo, te veías tan nervioso cuando salí, y me pareció muy dulce; ese día empezó a mirar algo en ti.
El día que salimos, o antes, me di cuenta de lo evidente, solo querías algo simple, lo cual no juzgo, la verdad es que nunca me fije en ti, ni cuando entre ni nada, siempre te vi fuera de mi radar, para nada alguien en quien me fijaría, pero mira como salieron las cosas. Como sea, el día en el cine, fue mi primera cita, literalmente la primera, todo muy bien y bla bla bla, pero después se arruinó, sé a qué íbamos, se que solo querías un simple agarrón, pero algo que no sabias, es que también ese era mi primer agarrón. Me fui, nerviosa, pero decidida, fui con la idea de que iba a una cita y que nos besaríamos en el cine y tal, pero no, fue todo lo contrario, vimos una película que ni quería ver, ni me agarraste de la mano ni me compraste un miserable chocolate ni me hiciste sentir bien dentro del cine... fue como ir a ver una película con un amigo, y no quería ver una película con un amigo, ni quería ver la película. Entiendo que te haya dado corte porque estábamos rodeados de extraños, pero eran eso, extraños a los cuales no les importaba para nada lo que hacíamos. Luego en el coche fue todo x, descubrí que no todos saben besarme el cuello y prenderme por ahí, whatever, pasó eso. La verdad, es que me quede esperando algo más, otra salida, otro mensaje o no se, se supone que íbamos a aprender el uno del otro y nada, no quería que estuvieras tras de mi, pero algún mensaje o algo no estaba demás, me sentí como que no vale la pena hablarme para mantenerme cerca, como si fuera un juguete de usar y tirar, parecía que simplemente me relacione con un extraño al que no volvería a ver, pero que veía cada día por 5 horas...
Es extraño sabes, porque no me importaba saber que estabas con alguien más, o lo que hacías con otros, solo me molestaba que no concurrías a mi con la misma frecuencia que concurres a las otras, como si yo fuera la que menos importa, la que buscas y estará ahí. Se que en parte es culpa mía, porque yo puse las barreras, fui yo que dije lo que no te atrevías, fui yo quien te dijo que esto no es nada más que físico y de ahí no pasará, pero también esperaba algo más de ti, aunque sea una estupidez.
Dejamos todo atrás y yo seguí con mi vida al igual que tú seguías con la tuya, encontré a alguien que me dio lo que siempre busco, pero cuando lo encuentro lo alejo porque me aterra lo que traiga consigo. Aleje a ese alguien de mi vida, y mi estúpido sentido adolescente de querer experimentar cosas que; según yo se experimentan en la preparatoria... volví a ti. Volvimos a hablar después de pasar meses sin saber el uno del otro, no te mentiré, no pensé en ti ni un segundo, siempre tuve claro que no me gustas, ni que entras en la categoría de las personas en las que me fijaría. A mí no me impresionan tus ojos verdes, ni tus facciones 'atractivas' a mi no me impresiona que todas las niñas te quieran, no me impresiona que juegues fútbol americano y que vivas en una gran casa con piscina. Diciéndolo así, me doy cuenta de que eres un cliché, y Dios sabe como me disgustan los clichés. A mí no me sorprende nada de eso porque no eres lo que busco en un hombre, y ahí reside la palabra de lo que busco un hombre, quiero a alguien que tenga dinero para llevarme a salir y comprarme mis chocolates que tanto amo, no quiero a alguien que le tenga que pedir a mami y a papi, quiero a alguien que sepa lo que quiere y piense con madures, no a un adolescente de mi edad que no sepa lo que quiere porque yo ya se que quiero, y lo que quiero no me lo darás tú. Tú solo me das experiencias agridulces, me das muchísimos momentos de risa, no te mentiré, gracias a ti sonrío muchas veces en el día, a veces es agradable hablar contigo... aunque no hablemos mucho de cosas serias. Pero también como me haces reír me haces enojar y sentirme frustrada, porque me frustra el saber que le hablas a todas menos a mi, que buscas a todas menos a mi, a menos que me necesites, y ese enojo me llega a confundir, a veces me hace pensar que me gustas, que siento algo por ti, pero después me doy cuenta de que lo que siento no es más que una linda amistad, y lo que me enoja es que no me das atención como a la que estoy acostumbrada.
Cuando volví, que nos volvimos a ver, retomamos el tema que hacía muchos meses atrás habíamos dejado, y nos citamos para sexo casual pero yo no planeaba dártelo todo a contrario a lo que creías.
Ese día también fue la primera vez que hacía algo como lo que hice esa noche, y desgraciadamente, me la pase de lo peor, no disfruté absolutamente nada, en ningún momento, mientras tú, disfrutaste aunque sea un poco. Te fuiste y nunca te dije nada, por miedo a hacerte sentir mal o inferior, creo que tampoco quería escuchar que tan mal lo hice, pero yo tengo a excusa de que fue la primera vez. Me lo guarde y me sentí tan decepcionada de todo, me pregunté mil veces que qué está mal conmigo, ¿por qué no disfrute nada? Me eche la culpa y te le eche mil veces, pero no tenía caso, al menos eso pensé. Me dije que no lo volvería a hacer, porque no tenía caso; la había pasado mal, también leí que le escribiste a tu amigo que no querías volver a tener nada conmigo y deje eso en el pasado, y no sólo esa noche, también deje enterrado el sentimiento de que soy un juguete el cual no se puede quejar porque pedí serlo... ¡pero no pedí ser el cleanex que usas! pedí ser el juguete con el que jugas unos pocos días, pero que no te ata emocionalmente, quería que me consideradas alguien con sentimientos, porque mis intenciones son ser tú amiga y tener la confianza de decirte lo que me gusta y lo que no, que me conozcas para que la próxima vez que nos veamos, sepas que hacer y que no... pero a ti no te importa eso, tu eres egoísta y solo piensas en lo que a ti te gusta.
Pasaron unos pocos meses y esta vez recurriste a mi, me hablaste, me dijiste a que ibas, pero esta vez fue todo diferente, me preguntaste que quería, aclaramos las cosas de la mejor manera, y cuando nos vimos, que por cierto; que chipeo, todo fue bien, o al menos mejor que la otra vez. Tal vez sea porque no me sé concentrar, o porque no me sienta atraída a ti emocionalmente, pero no me puedo entregar al 100%; te entrego mi cuerpo pero no mi mente. Ese día no fue una cita, pero si lo hubiera sido, te puedo asegurar que fue algo bien, fue algo que me gustó. Hubiera sido una buena cita.
Todo lo que te quiero decir con esto, es que no te pido que me ames o que te enamores de mi, tampoco te pido mensajes de buenos días o conversaciones diarias, solo te pido que si un día quieres verme para estar conmigo sexualmente , adelante, solo que empieza a hablarme unos días antes, te pido que me tengas respeto, porque te prometo que si te siente igual, trabajaré en esa parte yo también, también te pido que después que nos veamos, no me alejes y me trates como si tuviera lepra o que repetir conmigo sería un asco; porque si yo lo hice después que la pase mal contigo ¿por que tú no? De todas maneras es algo que nos conviene a los dos; aprendes a conocer el cuerpo femenino y yo aprendo a conocer el masculino.
A todo esto me haces cuestionarme, me pregunto yo si de verdad estoy haciendo bien experimentando contigo, eligiéndote a ti, un casi adulto inmaduro que solo busca volar de flor en flor como todos los adolescentes de 17 años. Me pregunto si debería experimentar o debería esperar a enamorarme y entregarle todas mis primeras veces, que ya por desgracia te entregue muchas a ti. No estoy segura de a donde la vida me quiera llevar contigo, porque nos unió de todas las maneras más extrañas, desde el principio quiso que yo terminara a tu lado de una manera u otra... no se si debería darte esa primera vez no tan importante para mi, mi virginidad, porque no se si la merezcas. Me digo a mi misma que es mejor dársela a alguien a quien no amo, alguien que no romperá mi corazón, alguien que me dará momentos agridulces a dársela que alguien que si amo, y que si romperá mi corazón... pero al final del día soy niña, y sí me quiero enamorar y sí quiero hacer estupideces por amor, pero no se si quiero hacer estupideces por experiencias agridulces que me das, para luego arrepentirme...
Ahora somos más amigos, y aún no me siento con la confianza de decirte todo esto, pero lo escribí, y créeme que lo diré... solo necesito encontrar el momento.

AgridulceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora