Entre suspiros

Parte única

-Te amo- y el corazón le dio un vuelco al confesarlo.

Dos palabras. Cinco letras. Un inmenso significado para la dueña de los labios que lo dijeron.

La otra mujer se movió un poco entre las sábanas, presa de un profundo sueño que no quería abandonarla.

Era el momento.

Y es que no podía soportarlo. No aguantaba más. La incertidumbre de no saber lo que la mujer que dormía a su lado pensaba. Lo que quería.

Lo que sentía por ella.

Entonces, tuvo que comprobarlo, de una manera cobarde por el miedo que le suponía, esperó a que se quedara profundamente dormida para poder decírselo, y por fin, preguntárselo.

-¿Vos me...?- calló. Si quería una respuesta directa de la más alta debía hacer la pregunta de la misma manera, pero no le salían las palabras, para evitar malos entendidos... O al menos eso era lo que decía el artículo de esa investigación que alguna vez le había llamado la atención, pero que nunca se hubiera imaginado poner en práctica...

Flashback

Estaba en la casa de tigre, haciendo zapping en ese pequeño televisor que habían llevado en esa oportunidad, mientras Jazmín se daba una ducha.

Durante el sueño, se puede tener acceso a los confines del subconsciente con tal solo hacer una pregunta directa mientras la otra persona duerme, o al menos, es lo que sostiene el Doctor Jàcques Devoir.

Le llamó la atención lo que decía esa caja boba, así que optó por quedarse en ese canal.

Si bien están desarrollando un software especializado en el análisis del subconsciente del sueño, el Dr. Devoir sostiene que cualquiera de nosotros puede hacer la prueba sin tantos artilugios tecnológicos y sí con un par de herranientas psicológicas al alcance de todos.

-Entonces, ¿es posible adentrarnos en el subconsciente de una persona simplemente con preguntarle algo mientras ésta esté dormida?- Consultaba totalmente intrigado el presentador.

-No me atrevería a afirmar tal sentencia, mi estimado- respondía el doctor con un semblante profesional y calmo- El subconsciente es un enramado interminable de recuerdos, sueños, pasiones, y demás reflejos de nuestro ser que hoy por hoy nada ni nadie tiene total acceso...- suspiraba, tratando de encontrar las palabras correctas para explicarse- Lo que podemos hacer es acercarnos un poco a ella...

-¿Y cómo lo podemos hacer?- y con esta pregunta, la mujer subió el volumen, al tiempo que abría al máximo sus orbes avellana.

-Muy sencillo- Decía Devoir con una sonrisa- Sólo basta con esperar a que la persona de la que queremos una respuesta directa, sencilla y sincera, esté profundamente dormida...

***

Definitivamente, la primera condición estaba más que cumplida. Jazmín dormía plácidamente, con ese semblante sereno que la caracterizaba y que a ella le enternecía tanto.

Era ahora o nunca.

Quería estar segura. Quería estar tranquila. Quería deshacerse de todos los "fantasmas" (y no tan fantasmas) para volcarse de lleno a la relación, si es que se le podía llamar así.