A la siguiente mañana antes de entrar al colegio para recibir mis clases me dirigí a la tienda a comprar una chocolatina para ponerla en el escritorio de Carlos junto con una nota -"de quien te quiere 9°" -. Después de pasar las primeras horas en clase la campana sonó indicando el receso el cual nos permitía salir de los salones a comprar merienda o jugar en alguna de las canchas. Me dispuse a guardar mis cosas en mi maleta al terminar salí al pasillo y justo veo a Carlos que se encuentra bajando las escaleras y se dirige en dirección a donde me encuentro pero justo cuando está a unos paso de mí una de mis compañeras se para junto a él y le empieza a hablar por ende decido irme a comprar algo de comer. Cuando me encontraba en la cafetería y observe una caja de chocolatinas me acorde de lo que había puesto en el escritorio de Carlos al instante mi cuerpo se tensó, un sudor frio recorrió mi espalda y a su vez un calor invado mis mejillas de pensar en la reacción que pondría Carlos o más bien si él sabría de parte de quien sería la chocolatina. Compre una ensalada de frutas. Me dispuse a regresar al salón, cuando subía los escalones después de cruzar el patio para ir a el, que se encontraba en el segundo piso del edificio, me di cuenda que Carlos seguía charlando con mi compañera. Para mi suerte cuando pase justo al lado de ellos una amiga me tomo del brazo y me puso al lado de la compañera que se encontraba hablando con Carlos, comenzó a hablarme del viaje que tendríamos junto con mi maestra de castellano. Mientras hablábamos me puse de perfil a donde estaba Carlos para poder ver su rostro pero a parecer no había ninguna señal que me dijera que él había visto la chocolatina que deje en su escritorio. Así que como había terminado la charla con mi amiga se me ocurrió la peor de mis ideas:
- Al parecer hay mucha gente ciega- dije un poco fuerte para que Carlos me escuchara.
- Eso es lo que creen- dijo Carlos en un tono muy bajo cuando paso por mi lado, me miro de reojo y sonrió provocando que me pusiera como un tomate.
En todo el resto de día no lo volví a ver.
...
Al día siguiente me encontraba en el pasillo, frente a mi salón, recostada en la barda hundida en mis pensamientos cuando la voz del Profesor Carlos me saca de mis pensamientos- Laura me puedes hacer el favor de ir a el salón de once y traer mi libro de matemáticas- yo simplemente asiento- dentro de él hay algo para ti- dice en un tono muy bajo casi que ni audible, lo miro con los ojos abiertos como platos y él solo me da la señal para que haga lo que dice. Al llegar al salón noto que hay algunas personas así que antes de entrar toco la puerta- permiso- digo en un hilo de voz y me dirijo al escritorio y si justo como él lo indico se encontraba un libro, lo tomo y me dirijo a la salida, mientras camino me doy cuenta que hay un bulto en la mitad del libro al abrirlo me di cuenta que dentro se encuentra una chocolatina con una carita sonriente hecha con un marcador negro. Mis manos empezaron a temblar y una estúpida sonrisa se marcó en mi rostro, la tomo y la pingo en el bolsillo de mi falda.
ASÍ INICIA ESTA HISTORIA A PARTIR DE UN CHOCOLATE.
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LLORAR YA NO ES UNA OPCIÓN
RomanceEsta historia se encuentra basada hechos de la vida real. Su protagonista es una chica que tuvo la oportunidad de probar lo amargo que puede llegar hacer el amor. Pero aun si a logrado con seguir grandes victorias. Espero que disfrute esta histori...