Capítulo 039

180K 10.7K 8.5K
                                    


Abrí los ojos con dificultad y me sentí desorientado por unos instantes, hasta que recordé todo lo sucedido

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Abrí los ojos con dificultad y me sentí desorientado por unos instantes, hasta que recordé todo lo sucedido. Me levanté sobre mis brazos sigilosamente y miré intranquilo a un lado, buscándolo.

Suspiré de felicidad viendo que Kilian continuaba recostado a mi izquierda, como antes, con la tranquila y apacible expresión que tiene cuando duerme profundamente.

Por un momento creí que despertaría solo en la habitación y me habría dejado.

Me acurruqué en su pecho con cuidado e intenté dormir, plot twist: no pude pegar un ojo.

Un fuerte golpe de emociones se apoderó de mí: confusión, felicidad, tristeza, incertidumbre y muchas más por todo lo que había sucedido.

En mi ensimismamiento apreté los párpados cuando Kilian se estiró sobre la cama, entreabrí los ojos y fingí continuar dormido.

Estuvo a punto de acariciar mi rostro, pero cerró su mano y la alejó lentamente.

En ese momento pesadas lágrimas rodaron desde mis enrojecidos ojos y cayeron en su piel, una tras otra.

—¿Hunter? ¿Qué ocurre? —preguntó, levantándome por los hombros y visiblemente preocupado.

Desvié la vista y mordí mi labio inferior, intentando detener mi llanto.

—Oye... —Giró mi rostro hacia él.

Aun así, no hablé, deseaba hacerlo, el nudo en mi garganta no me lo permitía.

Hizo una larga pause, suspiró pesadamente y se levantó conmigo aún sobre él.

Me apartó un poco de él, cruzó sus piernas, todavía cubierto por la sábana se apoyó contra la pared detrás suyo y extendió ambos brazos hacia mí.

Fui hacia él con nerviosismo y me refugié allí. Percibí su calor cuando me rodeó gentilmente y apoyó su barbilla en mi cabeza.

«Me siento tan seguro cuando él me abraza, no quiero perderlo»

Al estar apoyado en su pecho podía sentir el latido de su corazón y extrañamente era irregular.

Nunca se acelera su pulso por nerviosismo, temor o cosas de ese estilo, cosas de humanos normales como yo que lloran viendo Toy Story 3. De hecho, jamás lo vi sonrojado o perdiendo el control de sí mismo.

Entonces ¿Por qué? ¿Se sentirá mal? ¿Enojado?

Puse mi mano en su pecho, me separé un poco de su calor y lo miré a los ojos.

—¿Estás... Estás bien?

Soltó una pequeña risa seca y acarició mi mejilla, humedeciendo sus dedos a su paso.

—El que esta llorando eres tú —respondió con un tono bajo y tranquilizador—. Qué raro preocupándote por los demás antes que por ti mismo —ironizó con esa misma suavidad.

KILIAN || Libro 1 • ℜ18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora