Un día cualquiera (narrando Alicia)

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Que mal esa alarma ha vuelto a sonar es lo que siempre pienso después de que mi dulce siesta es interrumpida y mi rutina vuelve a comenzar.
Ya que estoy algo despierta trato de salir de mi zona de confort (osea mi mar de almohadas y cobijas) me pongo mi ropa y mi uniforme. Bajo a desayunar al comedor un cereal o frutas con granola, me arreglo el cabello y voy a la habitación de mi mamá, aun sabiendo que mi mamá no me escucha me siento a  lado de ella le acaricio la frente y le digo :ya me voy mama cuídate te quiero ya me voy a construir tu vida.

Salgo en seguida a tomar el camión y me dirijo al trabajo, en el camino me gusta escuchar música y saludar por la ventana a gente que ni siquiera conozco.
Llego al trabajo y saludo a todos saludo a Alejandra, a Mateo y a Grace (la dueña del restaurante).
Sólo abrimos y ordenamos el lugar Alejandra y yo para la clientela y en 10 minutos la gente comienza a llegar le damos la nota a Mateo y comenzamos a repartir la comida, al avanzar la mañana vemos todo tipo de personas y sin querer oímos que la hora de comer significa muchas cosas para unos es una hora sagrada, para otros es un grandísimo descanso mientras que para otros es la hora de platicar.
Bueno ya que el restaurante queda en el centro de la ciudad está muy lleno la mayoría del tiempo, pero al acabar mi turno salgo corriendo a mis clases y saludo a la maestra Mónica y como no le hablo a nadie me concentró demasiado en la clase.

Al acabar mis clases regreso a mi casa con ganas de comer, llegó y ahí se encuentra mi mama en la sala viendo alguna comedia esperando a que llegue y así no comer sola ni ella ni yo. 
Le comento como fue mi día en el trabajo diciéndole alguna cosa buena o mala que le pasa a la clientela como hoy que un muchacho que le pidió matrimonio a una muchacha y le dijo que si o como me fue en clases y aunque no hace mucho mi mama también me dice de su día, ambas cansadas nos vamos a dormir primero la llevo a su recamara y me voy hasta que cierra sus ojos, con un tremendo cansancio su no a mi habitación casi arrastandome me tumbo en mi cama y me digo a mi misma genial ya es hora de dormir.

Las últimas vacaciones de mi vida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora