¿Alfa o Beta?

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Por los pasillos de cierta escuela se escuchaban los gritos de algunas fans de un joven de cabellos como el oro y ojos carmesí.

Era algo normal, ya que el joven era bastante apuesto y era bueno tanto en notas como en deportes. Cualquiera que lo viese diría que era un alfa.

— Gilgamesh-san eres increíble.

— Ja, por supuesto... — se jactó el rubio ante los halagos de sus seguidoras.

— Realmente es un buen alfa.

— ¿? No soy un alfa.

— ¿¡No eres alfa!? Entonces ¡E..es un beta!

Empezaron a fangirlear más. Si era alfa era menos probable les hiciera caso, pero siendo beta había más posibilidades. Sin embargo, la realidad era otra. No era alfa, pero eso no implicaba que fuera necesariamente un beta. Claro que nadie lo sabía y prefería no decir lo que realmente era. Eso sería un gran golpe contra su orgullo. Y prefería pasar por beta que mentir diciendo ser alfa y luego se dieran cuenta de que no lo era debido a algún despiste o al no reaccionar ante los otros omegas.

Por otro lado, cerca de la entrada de la escuela había otros rumores, siendo totalmente opuestos a los del rubio. Sin embargo, esta vez no eran solo las mujeres quienes comentaban sobre ello, igual había hombres hablando del tema.

— Ese es Kiryo-sempai. Oí es un omega.

— ¿En serio? ¿Un omega? Con razón es tan lindo.

El nombrado pasó de largo. Que siempre hablasen de él no era mucho de su agrado. Preferiría pasar desapercibido, como cualquier otro. Por desgracia el hecho de no haber nacido como beta no le dejaba esa opción. Quisiese o no, llamaría la atención de una u otra forma.

— Parece muy pequeño.

— Sí, y es algo sombrío ¿no?

De acuerdo, prefería hablasen de que sea omega y lindo, al fin y al cabo no había nada de malo en ello y desde pequeño ya le decían sobre su atractivo, pero que le dijesen eso... ¿Desde cuándo se volvió sombrío? No lo era. O bueno ese no era el objetivo...

— *¿Quizá debería cortarme el pelo?*

Lo pensó unos momentos antes de descartar la idea, eso solo le causaría más problemas, si lo tenía del largo que lo llevaba podía ocultarse mejor... ¿Era entonces esa la razón que le calificaran con ese adjetivo? ¿O quizá era por como iba? ¿Las ropas anchas?

Debido a que andaba en su mundo pensando sobre lo que le habían dicho no se percató que algo más alejado habían igual unos chicos observándole y susurrando algo. Fue directo a clases omitiendo ese detalle.

Agradecía poder estar en última fila, así no importaba si dormía un poco. Mereció la pena madrugar para hacer trampas cuando sortearon los asientos. También agradecía tener a cierta persona pendiente de él ya que cuando le preguntaron algo mientras dormía se despertó porque le tiraron un papelito con lo que le habían preguntado y la respuesta.

Ya a la hora del receso pudo agradecerle.

— No te vuelvas a dormir en clase...

Su único amigo se había acercado primero, regañándole.

— No te preocupes por eso, tengo un ángel de la guarda... — le restó importancia.

— Y quién crees que es ese maldito ángel. No siempre voy a poder adelantarme a lo que diga el profesor.

— ... ¿Eras tú?

— ... — le mira con un tic — Quién creías que era...

— Un ángel de verdad... (suspira) Que decepción.

NekaltumasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora