Día 1: Beso

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---Después de los grandes momentos quedan inolvidables recuerdos---

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Siempre, en cada uno existen las diferentes vivencias que junto a las personas en ellas hacen de los recuerdos únicos y de cierta forma efímeros... A veces, el cambio es de lo más aterrador ya que solemos estar encerrados en un solo espacio y no dejamos pauta libre a lo diferente, a los cambios y con ello distintas emociones, lo cual es un error que no notamos hasta que ya es tarde.

Para ellos fue así...

La familia Yaoyoruzo y la Todoroki llevaban al menos cuatro generaciones de conocidos, siendo que hacía un buen tiempo ambas familias habían coincidido en la misma cuadra luego de la reubicación consiguiente de un desastre natural que logra llevarse ciudades, pueblos e incluso vidas.

El tiempo pasó y la relación se afianzó así como el recuerdo de aquella catástrofe se desvaneció, dejando la calma reinar en el lugar por un tiempo indefinido.

La vida que llevaban era distante pero siempre había algo que terminaba uniendo a las dos familias, como en este caso la única hija de los Yaoyoruzo y el hijo menor de los Todoroki, donde ambos resultaron tener la misma edad con tan solo unos meses de diferencia; por lo tanto había sido demasiado el tiempo que solían pasar juntos, creciendo y entablando una amistad duradera.

Uno al otro se habían visto crecer, demasiadas eran las cosas que compartieron e infinitas las veces en que se habían apoyado el uno al otro con la crueldad qué tal vez les tocaba vivir... Podría decirse, ambos sabían que desde el momento en que se conocieron nunca estarían solos.

Momo no solía entender demasiado acerca de la vida de Shoto, tan solo sabía que él más que nunca necesitaba apoyo y ella se lo daría así como la compañía que él le brindo en su infancia cuando estaba sola, se lo debía pero tampoco lo consideraba una factura a pagar, ella quería hacerlo y no necesitaba una razón interesada.

Ahora, ambos tenían 15 años y como todo parecía que había llegado su final. Se encontraban en el parque de la ciudad, eran al menos las 5:00pm una hora en la que no hacia tanta oscuridad y el ambiente era más aligerado como para mantener una charla ocasional.
Pero esa vez era diferente, no terminaría siendo una charla ocasional.

—Desde que sacaron los juegos de niños ya casi no hay demasiado por acá...— Indicó Momo en cierto aire de nostalgia tomando lugar en una de las bancas, fijaba la vista en el punto donde se encontrarían los juegos de no ser por la futura construcción de un kiosko; de cierta forma existía un vacío al no escuchar las risas de los pequeños que solían estar ahí, aunque no pasaría mucho hasta que los mismos encontrarán otra manera de divertirse: terminarían adaptándose hasta a algo tan simple. Dio un suspiro antes de agregar. —Parece que el tiempo no tiene piedad... ¿No lo crees Shoto?.

–Supongo...– Respondió vacilante para después pensar algo más ameno.– Es decir, se como te sientes al respecto cuando recuerdas nuestra niñez, incluso yo suelo sentirme igual.

Ella no tardó en hablar. – Me parece interesante...– Comenzó a hablar, deteniéndose unos cuantos segundos.– A veces pienso, de no haberte conocido ¿Con quién estaría hablando ahora?–

–Probablemente Jirou... Pareces cercana a ella– Respondió sin vacilar haciendo mención a aquella joven del instituto, la mejor amiga de Yaoyoruzo. -Eso o estarías sola.

–Cruel– Ante la expresión confundida de su contrario decidió continuar. – Olvídalo.

Todoroki se encogió de hombros aún sin entender el porqué de la acusación; desvió la mirada en dirección a un punto incierto estaba un poco pensativo, mucho más que de costumbre.
Siempre había sido directo, al grado de parecer a veces inocente pero con ella dudaba demasiado, tenía que hablar, sabía que era su única oportunidad.

Sentimientos [TodoMomo Week]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora