Mi Gran Recuerdo 2

Fantasmas Y Recuerdos

Llegamos a un bar que le gusta a Yuri, entramos, hay mucha gente y la música está a todo volumen. No me gusta este lugar.

- A mi tampoco.- Me dice Carlos.

- ¿Qué?.- Le pregunto asombrada.

- ¡Qué no me gusta este lugar!- Me grita Carlos creyendo que no lo escuché por el sonido de la música.

- Pero...¿Cómo?.

Yuri se acerca con tres tragos, se sienta y nos pasa la bebida.

- Bueno, ¡Hasta el fondo!- Grita Yuri haciendo una mueca después de beber.

Tomo mi trago y miro a Carlos para ver si me sigue. Él voltea a mirar a otro lugar y no toma el trago.

- Carlos, ¿Qué pasa?.

- Iré por más.- Nos dice Yuri y se va.

Carlos me mira fijamente.

- Luci no puedo hacer esto.- Carlos se levanta y sale del bar.

Voy tras Carlos, y llego a la entrada del bar, lo veo cruzar en la esquina y voy rápido tras él.

- ¡Carlos!, Dime qué pasa.- Le exijo.

Carlos para y me mira.

- Nunca podré hacer esto, irme de fiesta, beber, bailar, comer, soñar... Vivir.- Me dice Carlos con dolor.

- Pero estás aquí, junto a mi.

- Porque tú me lo has pedido.- Me dice Carlos tomando mi rostro.- No soy real.

- Lo eres, ¿Cómo es que te puedo ver, sentir, tocar?.- Le besó la frente.- ¿Cómo me explicas eso?.

- Yo puedo hacerlo.- Responde una voz extraña y vieja.

Los dos miramos en dirección a la voz desconocida, es una anciana, con ropa de gitana.

- ¿Quién eres?- Le pregunto.

- Soy lo que tú quieras que sea.- Me dice la anciana.- Ahora vengan conmigo.- La anciana abre la puerta de una casa y nos hace una señar para que la sigamos.

- ¿Entramos?- Le pregunto a Carlos.

Miro a Carlos para ver su opinión y él sigue a aquella anciana.

- Nunca te harán daño si estoy contigo.- Dice antes de entrar.

Y como siempre voy tras él, al entrar veo el típico consultorio de bruja, con las cortinas oscuras y la mesa en el centro con la bola de cristal.

- Siéntate niña.- Me dice la anciana en cuanto me ve entrar.

¿Me ha dicho niña? No creo que me vea como una. Pero aún así me siento junto a Carlos.

- Lamento tú pérdida.- Dice la mujer.

- ¿Cómo lo sabes?- Le pregunto.

Pareciera que mi vida fuera una telenovela y la única que no se entera de las cosas soy yo.

- Sentí tú desgracia desde que entraste al bar.- La anciana me mira.- Sabía que ibas a venir.

- Bueno, entonces supongo que eres una adivina.

- Si me quieres llamar así, hazlo.- La anciana sonríe.- Pero no soy solo eso.

- ¿Qué es lo que nos tienes que decir?.- Le pregunto para llegar al grano.

- Lo que tú quieras saber.- Responde la anciana.

- ¿Él es real?.- Le pregunto señalando a Carlos con el pulgar.

- Tan real como tú lo quieras.- La anciana mira a Carlos.- Y al parecer es tan real como tú o como yo.

- ¿Entonces qué es?.- Pregunto con curiosidad.

La anciana se pone de pie.

- Puedo averiguarlo.- La anciana camina hasta llegar a Carlos.- ¿Por qué estás aquí?- Le pregunta a Carlos.

- No lo sé exactamente.- Carlos pone sus manos en su rostro.- Tan solo desperté y ví mi cuerpo.- Carlos mira a la anciana.- ahora puedo hacer cosas inimaginables.

- Lo sé pero... Nunca había visto uno como tú.- La anciana toca los hombros de Carlos.- Has hecho un gran trabajo.- Me dice y pone su mano en mi hombro.

- Hay dos posibilidades, que sea un fantasma, lo cuál lo dudo.- La anciana se toca el mentón.- No siento que los problemas sean tuyos, son de ella ¿verdad?.- Me mira y toma mi mano.- Lo has traído tú niña.

- ¿Pero cómo lo he hecho?.- Pregunto asombrada.

- Aún no lo sé, pero lo has hecho bastante real.

- Entonces si no es un fantasma ¿Qué es?.

- Es un recuerdo.- Mira de nuevo a Carlos.- Podrá estar en este mundo mientras tú logres controlarlo.

- ¿Cómo hago eso?.

- Fácil niña, no puedes recordar su muerte.

- Pero... Ya recordé el día.- Miro a Carlos- Por eso es la herida ¿Verdad?.

- Si.- Me dice Carlos.

- Entonces haz lo posible por no recordar más.

- Eso intento.