Capítulo 2

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Me había llegado a encontrar una plaga de cucarachas por todo el baño de mi casa, mis padres cayeron en bancarrota cuando tenía once años, y a los quince empecé a trabajar como niñera para poder ayudar a mis padres con las deudas... Pero el sufrimiento que había sentido en todos esos sucesos, no se comparaba en nada a lo que estaba sintiendo en esos momentos. No tenía ningún problema con Choi Ho Rang, tampoco con Lee Min Ah, al contrario, eran dos de las pocas compañeras de mi clase que me caían bien. El problema estaba en el único chico que había sido asignado en mi grupo.

—Yo puedo hacer esta parte.—Dijo éste. Y por mala suerte, ese chico no era nadie más ni nadie menos que mi peor enemigo, también conocido como Kim Taehyung.

—Yo haré esta.—dije señalando el punto cuatro de la hoja que la profesora nos había entregado. Después de discutir si debíamos ir a la biblioteca o a una cafetería, Lee Minah ofreció su casa diciéndonos que allí estaríamos más tranquilos y podríamos hablar con calma. Minah volvió a la habitación con una bandeja con cuatro vasos llenos de té. Ho Rang y yo estábamos en el suelo, delante de la mesa, Taehyung estaba sentado en la cama—La haré en mi casa así que puedo irme, ¿no?—Añadí. Estaba lista para coger mi mochila y largarme de esa terrible incomodidad, pero mi plan no fue como esperaba.

—"Tenéis que saber trabajar en grupo, por lo tanto, no contaré el trabajo individual"—repitió Taehyung imitando la voz de la profesora, (la cual ni siquiera quería mencionar por el sufrimiento que me estaba haciendo pasar) hacía días atrás. Resoplé resignada. Minah me dejó el vaso de té delante y me miró con cierta calma. Era demasiado obvio el odio que sentía hacia Taehyung y creo que mis compañeras se habían percatado de ello—Eun Kyung, tenemos que hacer esto juntos.—Podía notar dureza en sus palabras y su rostro mostraba seriedad. Lo miré y él se bajó de la cama para sentarse a mi lado. Deseé haberme sentado haberme sentado al lado de Ho Rang.

—Si no os molesta, creo que debería haber un o una líder que diga más o menos lo que cada uno debería hacer...—Interfirió Minah después de entregar todos los tés y sentarse al lado de mi otra compañera. Sabía a donde llegaría esa petición pero tampoco me molestaba que ella ocupara ese lugar.

—Estoy de acuerdo.—Añadí apoyando su idea. La sonreí y ella me miró un poco desconcertada. Miró a los integrantes del grupo uno por uno.

—Propongo que Taehyung sea el líder.—Se me había olvidado el pequeño detalle de que Taehyung era el estudiante número uno, el único que había conseguido una beca espectacular y al cual todos querían en sus grupos de trabajo colectivo por sus fantásticos dotes estudiantiles. Pero a mí todo eso... No me molestaba. No me molestaba en lo más mínimo saber que había alguien más por encima de mí, alguien que no se había esforzado en conseguir esos títulos y mucho menos me molestaba saber que ese chico me había quitado todos los títulos de mejor estudiante desde la secundaria. Taehyung me miró, como si de alguna manera estuviera esperando mi aprobación.

—Seré el líder siempre y cuando todas estéis de acuerdo.—Miré a mis otras compañeras y dios mío... Lo idolatraban. Ellas asintieron enérgicamente con unas sonrisas amplias y brillantes. Él, sabiendo el efecto que causaba en las demás chicas, apoyó sus codos en la mesa y enmarcó su rostro en las manos y me miró pensando que su táctica también funcionaría conmigo.—Eso también te incluye a ti Eun Kyung.

Todas las miradas estaban encima de mí. Me sentía observada, en peligro. No me gustaba ser el centro de atención. Inconscientemente, tratando de buscar la seguridad que hacía instantes había perdido, me eché para atrás esperando encontrar la madera que sujetaba la cama, pero en cambio de eso sentí como dos manos me sujetaron por la espalda, evitando no caerme. Había calculado mal las distancias (las matemáticas no eran lo mío) y resultaba que la cama no estaba detrás mío, si no varios metros más detrás. Si no hubiera sido por esas dos manos que me sujetaron en ese momento, hubiera caído de lleno en el suelo. Abrí los ojos lentamente que a causa de la impresión había cerrado, y me encontré con su rostro. Sus ojos estaban clavados en los míos y sentía que en cualquier momento él podría tomar venganza contra mí por como le había tratado durante todo este tiempo y dejarme caer. Pero sucedió todo lo contrario. No paró de sujetarme ni un segundo, y sus manos estaban firmes, apenas temblaban por mi peso. Yo no sabía si levantarme, si decirle gracias o si seguir ahí como una estatua. Me sentía imbécil. En ese momento mi móvil empezó a vibrar en mi bolsillo dejando sonar una alarma. Salvada por la campana. Me levanté rápidamente, deseando que todos borraran esa imagen de sus cabezas y sonreí forzadamente. Apagué la alarma y cogí mi mochila.

Wings » TaehyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora