Un Poco de tequila (One-short)

993 123 59
                                    

Un poco de tequila.

-Papa Héctor, ¡Ayúdame!-grito el joven Rivera de 18 años, estaba respirando agitadamente. Héctor abrió sus ojos de par en par al ver a su nieto con tal expresión en su cara, sus ojos abiertos como platos, la mueca de preocupación en sus labios (o más bien de susto) que dejava ver su hoyuelo y el sudor pegaba unos mechones de su pelo en su frente. Podría hasta jurar que se veía más agitado que la primera vez que llego a la tierra de los muertos cuando solo era un jovencito de 12 años, pero la pregunta era, ¿qué lo tenía tan alterado?

-¡Tranquilo Chamaco! ¿Que traes?-dijo el esqueleto doblando sus huesudos brazos a la altura de sus costillas.

-¡me estoy volviendo loco! ¡Voy a explotar! ¡creo que voy a morir!-dijo el rivera corriendo a su tátara abuelo, tomándolo de sus hombros comenzando agitarlo desesperadamente, provocando que varios de sus huesos se desprendieran de su cuerpo.

-oups...lo siento-se disculpó el rivera al ver como todas las partes del cuerpo de su abuelo quedaron desparramados por todo el suelo, quedando solo su cabeza en sus manos.

-¿oups?-dijo frunciendo el ceño viendo a su nieto, quien sonrió nervioso, después su mirada cambio a una de preocupación al escuchar como unos dientes mordían ciertos huesos.

-¡Dante!-llamo Miguel dejando la cabeza de su abuelo en la silla, para alejar los huesos de su fiel can. Que ahora, como estaban en el mundo de los muertos, poseía esos de colores que un alebrije podía poseer.

-¡Chamaco!, ¡chamaco! ¡Mi fémur! ¡Mi fémur, Miguel quítaselo!-gritaba desesperado el músico viendo a su nieto alterado, quien como podía, rescataba los huesos de Dante.

Después de una larga "pelea" contra su can, pudo recuperar todos los huesos de su tátara abuelo, y este finalmente estaba completo.

-Ahora si dime-dijo colocando su cabeza en su cuello, haciendo un "crack" en la unión de ambos huesos-¿porque tanto desmadre?

Miguel suspiro sentándose en una de las sillas recargando su peso en el codo que había colocado en la mesa.

-¿recuerdas sobre el chico que te hable?-dijo alzando un poco su vista sobándose la parte trasera de su cuello con la mano.

-¿el chino?-

-japonés-le corrigió el joven músico

-¡simón!-dijo el ancestro-¿cómo decías que se llamaba? ¿Hito? ¿Hilo? ¿sushi?-trataba de hacer memoria quitándose el cabello y rascándose el cráneo haciendo memoria

-Hiro, Papa Héctor-dijo dijo viéndolo con los ojos entrecerrados

-eso dije Hiro-dijo sonriendo de medio lado sentándose en la otra silla enfrente de su tátara nieto-¿qué pasa con él?

De repente la expresión de Miguel paso a una de enojo y frustración y se paró de golpe de la silla.

-¡Pasa que ese chico me está sacando canas verdes!-dijo viendo su abuelo con el ceño fruncido-¡no comprendo siquiera porque! ¡siempre estoy pensando en el! Y y y cada vez que lo veo yo...siento como si sintiera hormigueos en el estómago y del estómago sube hasta mi cabeza y y y ¡comienzo a actuar como un tonto enfrente de el!-decía el músico mientras hacia una especie de mímica graciosa con sus manos tratando de explicarse mejor, y su abuelo coloco su dedo en su barbilla sobando su barba escuchándolo atento.

-aja...y que más?-

-y y y mis manos comienzan a sudar, me pongo nervioso de verlo, pero a la vez me siento tan emocionado de verlo! Y y y quiero que solo me preste atención a mí!-seguía con su mímica extraña-yo, ¡yo no sé qué hacer abuelo!-dijo parándose colocando amabas manos en su cabeza haciéndose su cabello negro hacia atrás-luego...lo veo y...y solo quiero verlo...si lo veo triste...yo me siento triste y al verlo feliz...yo estoy feliz de que él lo este...-dijo dando un largo suspiro

Un poco de tequilaWhere stories live. Discover now