Capitulo 1

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Atlanta, Georgia, 10:15 PM.

Estaba parado frente la puerta de mi departamento, rebusque en los bolsillos de mi pantalón las llaves.

—Joder — mascullé. No estaban.

Seguramente el estúpido de mi las olvido en el auto de Sarah, mierda, tendré que cambiar hasta la perilla de la puerta mañana mismo, no quiero tener a Sarah en mi habitación la próxima vez que entre.

Busqué de nuevo en mis bolsillos y saqué el pequeño control que abre el garaje, entré por ahí.

Mi pequeño departamento se encuentra en una zona cómoda y privada. Lo adquirí hace año y medio cuando cumplí mis 18 años y exigí libertad.
Recuerdo el infierno en mi casa, los escándalos de mamá y los elogios a si mismo de mi hermano Liam. Nunca fui responsable ni el hijo excelente, ese es el idiota de Liam que tomó el lugar de “padre, amo de casa” cuando el nuestro se largó.

Me tiene un exceso de envidia, no me soporta ni yo a él. Así que me aprovechaba por molestarlo hasta que hace unos ocho meses se fue de viaje a Liverpool en Inglaterra para terminar su carrera con la beca que le dieron.

Saludé a mi perro Luke, y le serví un poco más de comida, luego fui a mi habitación con Luke y me tiré en mi cama, cansado, agotado del poco sentido que tiene mi vida.

Estaba quedándome dormido cuando mi IPhone sonó, me sobresalté y abrí los ojos de golpe.

—Hola — contesté desganado.

—¡Emanuel! — era mi mamá —Esta noche regresa Liam de Liverpool, Inglaterra.

No contesté, no me hace emoción su regreso así que mamá continuó.

—Opté por hacer una pequeña cena para él, dijo que nos tenía una sorpresa ¿puedo contar contigo Menny?

Suspiré frustrado y acepté, en treinta minutos llega, me alisté y llegué a casa, mi vieja casa, me abrió Kellie, la señora que ayuda en el aseo.

—¡Kellie! — sonreí y la abracé ella me devolvió el abrazo con cariño; era una señora de unos cincuenta años y creo la única que siempre me entendió, le tengo un gran cariño.

—Mi dulce niño pásale.

Mi mamá me abrazó y esperamos unos minutos cuando sonó el timbre, era Liam. Mamá fue a recibirlo.

—¡Hijito! Te extrañe tanto corazón — le dijo consintiéndolo, típico, el sonreía agradecido.

Me recargué en la pared, Liam era más alto que yo, dos años mayor, cabello castaño oscuro y ojos café oscuro. Era el jovencito perfecto para la sociedad: niño bueno aplicado que nunca ocasiona problemas, con un instinto de promover la paz mundial ah y su súper poder de ir de chismoso cada que yo hacía algo que no le parecía.


—Hermanito ¿me extrañaste? — me dijo cínicamente mientras extendía sus brazos.

Me separé de la pared y solté una carcajada.

—No sabes el favor que me hiciste — contesté con mi sonrisa burlona.

—Menny por favor — dijo mi mamá con su tono de “deja al pobrecito de tu buen hermano mayor”

—Tranquila mamá, así nos llevamos — me dio Liam un pequeño abrazo —Bueno mi sorpresa es…

Detrás de Liam apareció una chica hermosa, sexy, cabello color negro y ojos negros con las pestañas tremendamente largas. Me recordó a una gitana, esperen… Mierda, ella es…

—¿¡Emanuel!? — dijo sorprendida al verme.

—¿___? — respondí un millón de veces más sorprendido. Imposible.

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