•Prologo•

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El miedo me recorría las venas y mi corazón latía con fuerza en mi pecho, mis piernas me suplicaban que pare pero no podía permitirme descansar.

–¡Atrápenla!–gritó uno de los cazadores que me perseguían.

Intenté ocultarme en la oscuridad pero el rastro que tenía era muy difícil de ocultar.

Seguí corriendo hasta que llegué a la orilla del río pero accidentalmente tropecé con las raíces que sobresalían del suelo, un grito se escapó involuntariamente de mis labios cuando caí encima de las filosas piedras.

–¡La encontré!–gritó una Cazadora mientras llegaba velozmente a mi lado para levantarme bruscamente del suelo agarrándome violentamente de mi cabello para que no escape.

Los demás se acercaron con sus armas y sables listos para ser usados.

Era mi fin.

–Lo preguntaré una sola vez–dijo el líder–¿Donde está la niña?

–Nunca te lo diré–escupí mientras las gruesas lagrimas recorrían mi mejilla–moriré con el secreto.

Él se rio seco.

–¿¡Donde está?!–gritó lanzándome fuertemente hacia el suelo.

–Nunca lo sabrás–repetí con un nudo en la garganta sintiendo un insoportable dolor en mi espalda.

–Te mataré como a tu esposo y tu estupida hermana–dijo– recuerdo como me suplicaron hasta el último segundo de sus vidas.

La ira me hervía en la sangre y me destruía por dentro.

–Ella los destruirá a todos ustedes, a todos los cazadores y a cada uno de los obscuros, está en su destino, es inevitable y moriran sabiendo la mierda que son.

–No si la matamos primero–dijo con furia mientras clavaba su sable en mi pecho hasta atravesarlo por completo.

Caí al suelo con el palpitante dolor en cada parte de mi cuerpo y como lentamente me desangraba en suelo mientras de a poco quedaba inconsciente, pensé en mi querida hija, en cuanto lo sentía, sabía que ella podría lograrlo y después todo se puso negro.

Destino Inevitablemente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora