생일

89 16 31
                                    

La madre de Seokjin había invitado a los veinticinco compañeritos de su pequeño hijo para celebrar su cumpleaños número nueve.

El niño estaba muy feliz que todos sus compañeritos vinieran a la fiesta. Su madre, Haneul, estaba igual de emocionada que él. Colgó globos dentro y fuera de la casa, llevó el pastel al comedor, acomodó nuevamente los vasos y sonrió al ver que todo estaba perfecto. Ahora sólo tocaba esperar que los niños llegasen.

El día era nublado, no tardaría en hacerse presente la lluvia. Y eso preocupaba a Haneul de sobremanera, tenía un mal presentimiento, pero lo dejó pasar, cambió esa expresión de pánico a una suave sonrisa, de esas que le encantaba ver a su hijo.

─¿Mamá? ¿qué sucede?─ Haneul posó la vista en aquél pequeño galán frente a ella.

─¡Oh! ¡pero qué guapo es mi hijo!─ gritó la mujer mientras rodeaba con sus brazos el cuerpo de Seokjin.

─Lo sé, siempre lo dices.

Seokjin abrazó a su madre y repartió besos por su cabellera negra.

─Mami, ¿cuándo comienza la fiesta?

La mujer se separó de su hijo y miró el reloj que reposaba en la pared. La fiesta debería haber empezado hace ya treinta minutos y se suponía que los compañeros de Seokjin estuvieran allí.

La lluvia caía del cielo de forma violenta, el cielo se iluminó a causa de un rayo y Seokjin se asustó ocultándose detrás de su madre.

El niño temblaba y Haneul juró que vio una lágrima resbalar por su rostro.

─M-Mami... ¿y si no viene nadie?

─Todos vendrán, bebé... solo hay que tener paciencia.

─P-Pero...

─Solo confía en mí, ¿si, cariño?

Asintió con la cabeza, secó las lágrimas de su rostro con las manos y sonrió. Sonrió como siempre lo había hecho desde que descubrió que sonreír tranquilizaba a su madre.

( ❀ ✿ ❀ )

Pasaron las horas, la lluvia parecía interminable. Haneul acariciaba con delicadeza la cabellera castaña de su bebé mientras él dormía. El reloj marcó las seis de la tarde, el pastel estaba intacto, las sillas estaban vacías, todo lo que Haneul arregló estaba en orden.

Porque nadie se había presentado a la fiesta de cumpleaños del pequeño Seokjin. Y eso le dolía a Haneul. Sintió sus ojos picar, apretó el labio inferior entre sus dientes para así ahogar un sollozo.

Se dejó llevar por sus pensamientos, ¿qué había hecho mal? ¿por qué todos rechazaban a Seokjin? Se sintió culpable por un momento, pero no sabía de qué. Solo que ese sentimiento dominó su cuerpo y quería romper a llorar al recordar lo que le había dicho el padre de Seokjin antes de abandonarlos.

Pero no, ella tenía que resistir, no quería que Seokjin la viera mientras estuviera llorando, no quería, realmente no quería.

El sonido del timbre de la casa la sorprendió, no esperaba a nadie a estas horas, ya se había dado por vencida. Supuso que era mejor ignorar el timbre, pero este sonó, una y otra vez.

Haneul contó. Con ese ya serían nueve veces que tocaban el timbre.

Sacudió suavemente a Seokjin, el niño levantó el rostro de las piernas de su madre, frotando una de sus manitas en los ojos.

Haneul dejó a Seokjin de lado y se dirigió a la puerta, arregló sus cabellos y pintó una sonrisa en su rostro. Cuando llegó a la entrada del cálido hogar no esperaba encontrarse con un niño pequeño, con ceño fruncido, un puchero en sus labios y todo empapado. Haneul no podía creer que a pesar de ser tan bajito pudiese alcanzar el timbre de la casa.

Birthday + yoonjin osDonde viven las historias. Descúbrelo ahora