Empezar a recordar

768 41 10
                                    


Lisa se encontraba sentada mirando fijamente a su ordenador. El tiempo había transcurrido y ella apenas y tenía noción de ello. Su cansancio no le impedía seguir buscando algo, una pista, quizás un simple susurro; algo que pudiera delatar quienes habían sido aquellos malditos que actuaron contra su hermano.

— Maldición, Lisa Loud…— se decía en voz baja para no despertar a su hermana Lily.

¿Esto era su culpa? En parte si, o eso al menos era lo que la pequeña genio creía. Debió tomarse realmente en serio las advertencias que no había querido escuchar, ¿Sobre confianza? La verdad es que sí. Se mantuvo escéptica ante lo que Lynn temía, lo que tanto ella misma también se decía. ¿Por qué? Aun le era desconocido.

La novena hermana Loud se maldecía en silencio por no haber instalado cámaras de seguridad en toda la avenida que pasaba por su hogar, quizás así podría ver un panorama más amplio. Aunque tenía que reconocer, que el hecho de ser un automóvil viejo, de esos que puedes conseguir a un precio ridículo, haber tenido oscuro los vidrios, sumado a que todos los sujetos portaban máscaras y habían quitado las placas del auto… era simplemente astuto. Parecía que lo habían planeado todo de forma “correcta”.

— Malditos criminales— dijo Lisa en la oscuridad, mientras la madrugada seguía su curso.


------------------------------------------------------------------------------------------


Era de mañana, parecía que había estado atrapado en un largo sueño del que no podía despertar. Al principio su cuerpo parecía no responderle, parecía no sentirlo, juró que estaba en una situación normal de cuando recién te levantas de la cama pero…

— ¿Hmm? — se quejó el peliblanco.

De repente empezó a sentir como un dolor leve avanzaba por todo su cuerpo. Al comienzo no era más que una pequeña molestia pero cada segundo que pasaba hacía que se acrecentara aquel dolor. Habrá pasado medio minuto cuando ya era totalmente intenso.

— ¡Ouh! — gritó el albino de dolor.

Si bien no había despertado antes, ahora estaba más despierto que si le hubieran aventado un balde de agua helada. Volvió a quejarse, esta vez con un grito mucho más fuerte.

Quizás había sido el dolor lo que le había impedido notar que claramente no se encontraba en su habitación. El lugar era clara sala de hospital, se encontraba metido entre unas sábanas blancas y podía distinguir con cierto dolor al mover su cuello, que el vestía una bata de ese lugar.

El ya mencionado dolor no le permitía pensar con claridad, así que decidió evitar moverse a toda costa, ¿De verdad se encontraba en esa situación? ¿Qué había pasado? ¿Y sus hermanas? ¿Y sus papás? ¿Y… Lynn…?

Un agresivo relámpago choco en la mente del joven Loud. Lynn… claro, ahora recordaba lo que había sucedido:

------------------------------------------------------------------------------


Desde que Ronnie Anne se había mudado, había recibido un trato más afectivo de parte de todas sus hermanas. Pero especialmente de su querida hermana deportista, Lynn.
Ella sabía lo que Ronnie significaba para su hermano. Aunque tal vez nunca había tratado mucho con ella como hubiera gustado, Lynn dedujo que la falta de presencia de la morena sería algo duro para Lincoln. O por lo menos eso era lo que en las reuniones organizadas por todas las Loud (sin la presencia del único hermano varón) habían estado de acuerdo.

Lincoln por su parte si sentía nostalgia al recordar a su “amiga”, en verdad la extrañaba pero no era para tanto, no era al extremo de caer en depresión o algo por el estilo. Claramente veía que sus hermanas habían exagerado.

Pero lejos de molestarle, la presencia y afecto (un poco más notoria que antes) por parte de todas excepto Lisa, pero sobre todo de Lynn le había dado mucho entusiasmo. Se sentía alegre y, a modo de recompensación por todos los buenos momentos que sus hermanas le hacían pasar, él retribuía con dedicación y actitud al ayudarlas en sus respectivas actividades.

En verdad parecía una mejor unión por parte de todos, ahora sus hermanas también compartían (en turnos) los gustos de Lincoln. Por ejemplo: Luna y Luan sabían un poco más acerca de comics, Leni se disfrazaba en ocasiones con su hermano a diferentes súper héroes donde resaltaba Ace Savvy. Lori en ocasiones acompañaba con gusto a su hermano a sus comprar y de regreso. Leni había desarrollado un poco más de gusto por los videojuegos, etc.
Lynn por su parte, había hecho eso y mucho más, se había acercado y formado una relación tan fuerte con el albino, que muchos desconocidos pensaban que se trataba efectivamente de una pareja.

Todo esto claro (sobre todo el fuerte vínculo Lynncoln) no había surgido de la noche a la mañana. Las hermanas Loud tardaron alrededor de cuatro meses para adaptarse a las actividades que realizaba su hermano. Realmente si se ponían a pensar en ello, era justo, pues recordaban como Lincoln desde siempre y todavía en el ahora cedía a ellas. Ahora ambas partes (ellas y el) hacían un armonioso equilibrio dentro de las paredes de aquella casa ruidosa.

Después de esos primeros cuatros meses, los siguientes tres ya era rutina para todos ellos, pero una rutina que era digna de disfrutarse. En verdad, para los hermanos Loud no había antes un mejor momento.

Tal vez es a eso a lo que popularmente se le llama “la calma antes de la tormenta”… hasta aquella mañana…

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 25, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Mi deporte es amarte (Lynncoln)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora