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Me desperté de manera sobresaltada, respiraba agitadamente, no quería volver a acostarme, tenía miedo de soñar otra vez con eso, cheque la hora en su celular, cuatro de la madrugada con treinta minutos. Mire el techo de mi habitación, había calmado un poco mi respiración.

Me empezó a dar sueño, ya había pasado dos horas desde que me desperté de ese sueño de terror, decidí levantarme, me pregunte brevemente que podía hacer, era sábado, papa había salido desde hace dos noches y no había regresado, no me preocupaba, hace dos meses había estado de viaje de trabajo toda una semana.

Me levante, agarre la escobilla, y me dispuse a barrer, después se despertó mi hermana, Alisson, ya que había roto una taza por despistado, era pequeña, solo tenía doce años, pero, nuestro padre nos había educado bien, así que ella se puso a lavar los trastes, terminando de hacer el oficio, me concentre en hacer el desayuno para los dos, estaba agarrando el sartén, cuando alguien toco la puerta.

Fui a abrir.

-Hola, Desmon-era la señorita Derbie, una anciana de 85 años-. Eh visto que tú papa no ha llegado, ¿Quieren que les ayude con el desayuno?

La señorita Derbie, siempre había estado atenta, desde la muerte de mi madre, nos traía comida, panqueques, o cosas por el estilo, era la mejor amiga de nosotros dos. Sabía que decirle un No sería un gran error.

-¿No le molestara señorita Derbie?-dije con una sonrisa apenada.

-No, como crees muchacho, no tengo nada que hacer, y mañana vuelve Erilles de la universidad.

-Pase-dije, abriendo la puerta.

La señorita Derbie, nos hizo unos panqueques, después de hacer eso, me dijo que no hiciera café, ya que ella les tenía una sorpresa.

-¡Vaya señorita Derbie!, no pensé que traería nuestra malteada de chocolate favorita-dijo Alisson, con una sonrisa sincera. Estaba muy agradecida con la vecina.

Pero, para mí, me gusto su comida y todo, pero, vi que al hacer los panqueques utilizó demasiados trastes, así que mí tarde planeada en visitar a Korbie, se fue a la basura.

Eran las cinco la tarde, ya había terminado de lavar los trastes, decidí llamar a Korbie.

Al tercer tono contesto.

-¿Si?

-Ah, hola Korbie, soy Desmon.

-¡Desmon!, ¿Todo bien con Alisson?

-Ah, sí claro, solo me preguntaba si....

-Si.....-repitió.

-¿Si querías ir a La Pitonisa, la que está por la plaza central?-pregunte cruzando los dedos.

-Sí, claro, ¿A las siete?

Cheque mi reloj, eran las seis y media.

-Claro.

Colgó la llamada.

Me fui a cambiar, vi mi armario, no tenía gran cosa, me puse una chamarra de mezclilla y unos vaqueros negros.

Baje del segundo piso, y le avise a Alisson que hiba a salir con Korbie.

-Haces la tarea, para que mañana podamos ir a algún lugar, Ali.

-Mañana la puedo hacer en la noche.

-No, te dormirás tardes, de todos modos si acabas temprano y no eh vuelto, vete a acostar en mi cuarto, ¿si niña pecosa?-pregunte.

-Tú también tienes pecas, ¿A qué horas máximo me puedo ir a acostar?

-Diez de la noche, si no eh vuelto, después de esa hora llámame, ¿Si?

Vivir Por Ti.Where stories live. Discover now