Leyendo Harry Potter y la Piedra Filosofal

Paquetes extraños y agradables sorpresas:

Aquel sin duda era un banquete demasiado extraño, probablemente el banquete más raro que se había celebrado en Hogwarts hasta ese entonces. Todos los alumnos se encontraban con los pijamas puestos algo despeinados pero comiendo y hablando alegremente, felices de que todo hubiera vuelto a la normalidad o bueno la normalidad con la que uno se podía encontrar en Hogwarts.
Harry, Ron y Hermione estaban demasiado contentos de poder estar otra vez juntos y que sus planes hayan salido inesperadamente bien. Harry se encontraba exhausto al igual que Ron y Ginny, pero claro si hacía menos de tres horas que se habían encontrado en la Cámara Secreta para rescatar a Ginny y detener los espantosos ataques que estaban sucediendo en el colegio y había resultado todo más que bien, el profesor Lockhart había perdido la memoria y no sería profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras en el próximo curso, Ron había sobrevivido milagrosamente a un derrumbe de una pared, Ginny había sido poseída por el mismísimo recuerdo de Lord Voldemort y había sido salvada por Harry quien había luchado no solo con el recuerdo del diario sino también con el monstruo de Slytherin que resultaba ser nada más y nada menos que un basilisco gigante que mataba con la mirada, gracias a Merlin había sobrevivido y matado al recuerdo y al basilisco sin contar que todos los petrificados habían vuelto con ellos, Harry y Ron estaban muy felices no solo de haber salido vivos de esta sino también por haber recuperado a Hermione y a Ginny.
Harry se estaba sirviendo unas patatas fritas cuando un estallido se produjo en el comedor, todo había quedado de golpe en silencio y un paquete bastante pesado había caído en las piernas de Harry, quien se había quedado tan sorprendido como todos, en seguida se produjo otro estruendo y calló una carta sobre el paquete. Harry miró a Ron y Hermione que estaban tan sorprendidos como él, Harry miró al profesor Dumbledore quien le hizo una seña para que abra ambas cosas. Con dedos temblorosos Harry abrió primero el sobre y empezó a leer para si mismo.

-Señor Potter, por favor lea la carta en voz alta-dijo Dumbledore, al parecer no le tenía tanta confianza cuando estaban ante todo el colegio

-Claro-dijo Harry y comenzó a leer-

¡Hola personas del pasado! Somos tres personas que les están hablando o mejor dicho escribiendo del futuro, un futuro en el que Voldemort ha sido derrotado, sí para ser sinceros va a regresar en su tiempo y más pronto de lo que parece por eso les mandamos este paquete que acaba de aparecer en el comedor contiene siete libros que les ayudarán a derrotar a Voldemort y que hará que se salven muchas vidas, así que además de estos libros aparecerán unas personas que merecen oír la historia completa, ésta es la lista de las personas que aparecerán cuando se termine de leer ésta carta:
-Molly Weasley
-Arthur Weasley
-Alastor Ojoloco Moody
-Kingsley Shacklebot
-Nymphadora Tonks
-Remus Lupin
-Sirius Black
-Bill Weasley
-Charlie Weasley
_Cornelius Fudge
Se prohíbe juzgar de cualquier manera a alguna de las personas que están o estarán presente, nadie puede ser atacado, hechizado, maldecido, etc por alguna acción, frase, palabra, sonido o algo por el estilo que aparezca en los libros. Nadie puede salir de Hogwarts hasta terminar todos los libros. Nadie puede sumar o restar puntos a ninguna casa bajo ninguna circunstancia. Nadie puede hablar de lo que pasa en los libros porque nadie más tiene el derecho de saber que pasará en el futuro. Entre los presentes aparecerá una persona a la que culpan por algo que NO HA HECHO y por nada del mundo pueden hechizarlo, maldecirlo, insultarlo, pegarle, atacarle  o arrestarle. Se tiene que cumplir todos estos requisitos para leer estos libros.
¡Buena suerte!, besos del "Trío de Oro".

El efecto fue súbito, ni bien Harry terminó de leer la carta se oyó otro estallido cerca de la puerta y aparecieron unas cuantas figuras en la entrada. Todo el comedor quedó estupefacto, no solamente por lo que la carta había dicho sino porque ante todos ellos habían aparecido unas cuantas personas. El que estaba más alejado de la entrada llevaba el cabello castaño oscuro por debajo de los hombros, tenía una poblada barba y bigote del mismo color del cabello todo sucio y enmarañado, tenía el rostro pálido y demarcado sin contar las horribles ojeras que tenía además de tener la ropa completamente sucia, desgastada y rota, aquel sujeto no podía ser ni más ni menos que el horrible asesino Sirius Black, aquel que supuestamente había delatado a los Potter y que por culpa de él el pequeño Harry Potter había quedado huérfano y que aquel primero de noviembre de 1981 lo habían acusado de matar a 13 personas a plena luz del día y que había terminado de cometer aquella atrocidad riéndose como maniático y así había acabado en Azkaban. Todo se hallaba en silencio, la mayor parte de las personas estaban sumidos en un temor horrible, ante ellos estaba el loco asesino Sirius Black, nadie se atrevía siquiera a mover un dedo, nadie excepto un pequeño niño de cabellos negro azabache, un cabello indomable que se podía reconocer a distancia, tenía ojos de un hermoso verde esmeralda encerrados por unos anteojos redondos, era flaco y bajito para su edad y poseía aquella extraña cicatriz en forma de rayo y que lo había marcado de por vida, aquella cicatriz que convertía a Harry Potter en un niño extraño y maravilloso hasta en el mundo mágico, aquella cicatriz que le había causado tantos problemas y que seguramente le seguiría causando unos cuantos más, aquella cicatriz que era testimonio de un crimen horrible, un asesinato doble y horrible, aquel asesinato que había destrozado a una familia, aquella cicatriz que había convertido a Harry en el igual a Voldemort, el único que podría derrotarlo y ahora aquel niño se acercaba sin miedo a la persona que había sido acusada por algo que en realidad no había hecho.