Dulce Conspiración

Reloj de la vida

Tic-tac

Tic-tac

Tic-tac

Al ir el reloj produciendo su característico sonido el cual indica los segundos, minutos y horas, este se volvía cada vez paulatino pareciendo que se alejaba de la realidad al cual pertenecía.

En cada milimétrico movimiento, en cada respiración gradual que se podía sentir en suaves susurros dentro de la habitación, en cada latir tardo de un corazón difunto que gritaba por una oportunidad...

Tic...tac...

...Tic...tac...

...Tic...

...

El cesar del sonido que contabiliza los segundos, minutos, horas, meses, años del limbo que existe entre la vida y la muerte, permitió que surgiera una melodía suave y sublime guiada por el sonar de una pequeña caja orquestal tocado por unas raquetas de madera la cual despertaba una armonía entre diversos instrumentos guiados por un firme sonido.

Tum, turututum, turututum, tum, tum

Turututum, turututum, tum, tum

La flauta dulce comienza a realizar su intromisión mientras poco a poco va siendo acompañado por diversos instrumentos de cuerda, madera, metales y percusión sin perder la caja orquestal quién guía el acorde del Bolero de Ravel el cual es una de las melodías que ha marcado un significativo momento de felicidad absoluta en la gran conspiración que ha tenido que hacerle frente, desde que nació.

Tum, turututum, turututum, tum, tum

Turututum, turututum, tum, tum

Tum, turututum, turututum, tum, tum

Turututum, turututum, tum, tum

La melodía sigue su curso pero esta vez en un gran salón, lleno de gente de alta alcurnia, políticos y uno que otro rostro conocido de la televisión italiana o de países cercanos. Mientras la orquesta sinfónica que se encontraba en el lugar, se mantenía tocando con total dedicación, entrega y pasión mientras quién llevaba la melodía con la caja orquestal, poseía una mirada perdida hacía el público pareciendo que se encontraba absorto en la percusión que ejecutaba.

En el instante que los individuos disfrutaban y bailaban al ritmo del bolero de ravel, por las calles de Roma en la tenue oscuridad de la noche una limusina se dirigía en dirección al recinto donde se lleva la festividad con el deseo de cumplir los caprichos del más joven de la familia Conti.

— ¿De verdad piensas ir a ese lugar? Estas mal de la cabeza, Ianto.

Comenta un joven de cabellos azabaches y ojos verdes musgo, con una piel morena parecido al tono de los granos del más amargo café.

Khalil Assad, un pianista prodigioso de origen árabe quien tuvo la oportunidad de crecer en Inglaterra al ser inmigrante. Viene de una familia acomodada con riquezas y lujos, los cuales fueron alcanzados gracias a que su padre es uno de los médicos más reconocidos de Inglaterra y su madre es psicóloga quien ha escrito libros de auto ayuda los cuales han dado resultados positivos para sus lectores.

El joven Khalil ha tenido la oportunidad de tocar con Ianto haciéndole compañía en diversos concursos como conciertos, por otro parte, Ianto le devuelve la mano acompañándolo cuando el realiza conciertos en países cercanos a Italia.