La tortura del hombre

Eddy

Sigues buscando las palabras más bellas para decirle a tu criatura más bella, aún cuando lo abandonaste al saber ella responsabilidad que esta constituía, he padre sin amor que viviste despreocupado de uno de tus hijos de quien no supiste nada en más de 18 años de su vida, no cumpliste ninguna de tus promesas que hiciste al inicio y sigo sin entender como aquella gran mujer quien es mi madre quedo perdidamente enamorada de un embustero, quien aún después de abandonar a su hijo lo único que le pudo decir son los agradecimientos a  quienes si permanecieron cercanos a mi y lucharon por ello, mientras que tú huiste de tus deberes al momento que te obligaron a pagar colegiaturas, te quedaste con todo lo que legítimamente me pertenecía y lo has despilfarrando excusándote con lo del accidente ninguna de tus historias cuadraba lo que te hace ver como un mentiroso, un Niño hubiese roto en llanto al ver a su padre llorar pero es que tú ni siquiera has figurado como padre para mi ya que faltaste a todo lo que yo desee tu presencia, seguí adelante sin ti la cual fue la mejor de las decisiones y cuando te conocí, también reconocí el odio que le tengo una parte de mi que si bien me ha servido tengo que aprender a usarla mejor pero la odio porque se que es la herencia que tú me has dado aparte de todos aquellos defectos físicos, me mentiste y no a los ojos, mentiste a la deriva buscando como conectar tus historias con un poco de realidad, el número de teléfono ha sido el mismo por mucho tiempo, al igual que la dirección pero nunca te atreviste a hacerte presente en mi vida y sin dolor ni remordimiento te digo que no hay nada de amor que pueda aprender de ti y te odio sin remordimiento alguno, has dejado de existir para mi.