Adios a la triste infancia

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Con humo en el pecho, tumbado en mi cama un día más, mirando el cielo, veo pasar aviones, y podrá ser utopía de locura, pero no veía en mi infancia sobre los aviones de papel que volaba, en ningún caso, que mis sueños pudieran acabar descansando nunca, sobre este incomodo pasto.
Tal vez se me pueden perder las explicaciones, pero, aun estando incomodo en gran parte de las posiciones que coloco mi cuerpo, sigo amando esto, no tengo fe, y crucifico mi ateísmo 12 veces al año, no creo en nada, y tal vez, eso es lo que me hace inconformista en esta tierra que desespera. Sigo perdido, y aun pasando un día sin apenas tocar ninguna palabra, no se me olvida que es el motivo de mis largas noches de insomnio, decepciones con amor, peleas y disputas, como no de mis alegrías y como olvidar mis preciosas caídas. Si, es cierto, yo alimente estar así, y en tono de un suicida sarcástico, te digo, por ti doy mi vida, tu no te lo creiste, y al final viste deslizarse mi cuerpo ante el vacío. Mi corazón es la coraza en la que comparten alquiler la pareja del miedo y la cabecilla (líder) con sus hijos, la seguridad y el pequeño tímido, no he de ocultar que tengo muchos secretos públicos, por confiar tanto, llamemos incrédulo, por quien confió en quien dijo confía en mi, por quien lloro, por no poder soportar ver llorar, por emocionarse en un abrazó y pasarse al bando contrario por una sonrisa.
Esta claro, no soy mejor que todos, pero ni de lejos soy el peor en este mundo, lucho y me desvivo por quienes quiero y desde el septimo cielo se conocen  los mejores infiernos, es obvio las cosas no son lo que parecen, y lloro no lo evito, no lo oculto, cada noche cuando muero desangrado, porque hay dias que apenas duermo y la escuxa de la siesta es solo eso, un pequeño parón para pensar en quiénes olvidan, para quienes no son nadie, para quienes nunca disfrutaron de lo que veo con muchos, un triste rencuentro, por que el tiempo es mercenario, y lo siento, pero nosotros somos sus esclavos.

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