Min SUGA. [namgi]

민슈가

(+18)

Aclaraciones: KNJ top / MYG bottom

Otro típico día nublado para Namjoon, siendo que hace poco el año había entrado en invierno, pero él ya podía sentir perfectamente el frío de sus pies molestarle. El moreno se encontraba caminando por las calles de la ciudad con destino a su instituto de inglés, estaba ancioso, era ya su último año y quería rendir con las mejores calificaciones tanto como en exámen oral y escrito como solía hacer desde que ingresó a aquel instituto por insentivación de su madre. Aprender idiomas le encantaba.
Mientras caminaba iba memorizando algunos conceptos que había aprendido en su casa minutos antes de salir, así su caminata se hizo más rápida y en unos minutos ya se encontraba sentado en su lugar de aquel salón.
La clase transcurrió normal y lo que más le gusto a Namjoon fue que tuvieron un listening, eso hacía mucho mejor la clase para criterio del moreno, por lo que las dos horas de clase pasaron volando. Siendo las 6:15 p.m, decidió ir a comprarse una botella de agua y comprar una rosa envuelta por un plástico decorativo a un vendedor ambulante.
A paso lento con su botella de agua en mano se dirigió a una plazoleta que se encontraba cerca de su instituto; la rosa estaba muy bien guardada en la ordenada mochila del moreno. En su caminata observó mucho a la gente que transcurría por las calles, en sus autos, motos, y entre otros; Namjoon era muy observador.

Cuándo por fin llego a su destino, a lo lejos pudo ver a la persona que era la causante de que él estuviera allí y no en la comodidad de su casa en esa fría tarde de invierno.
Frenó sus pasos a una distancia prudente, y dió una vista panorámica del lugar para luego irse a sentar a unas de las bancas de aquella plazoleta, obviamente, la que tuviera mejor vista hacia aquel chico que rapeaba por algo de dinero que la gente le pudiera dar.
Namjoon esperó a que dieran las 7:15 p.m; el lugar ya se encontraba algo oscuro por lo que el rapero se apresuró en guardar sus cosas antes de que la noche llegara por completo y el frío se haga menos soportable. El moreno soltó un suspiro y se levantó de la banca, con pasos seguros se encaminó hacia el pálido chico quien ya casi terminaba de ordenar sus pertenencias. El más bajo de estatura al darse vuelta y encontrarse con la figura de aquel muchacho, pudo sentir que su estómago se calentaba, al igual que sus mejillas.

-Hoy no te esperaba -Dijo el mayor de ambos.

-Sabes que siempre vendré a corroborar que estés aquí, me gusta venir a verte rapear y luego acompañarte a tu hogar -hizo una pequeña pausa- ten, de seguro estás exhausto -le dió la botella que había comprado.

-Gracias -recibió la botella para luego destaparla y dar un gran trago, mientras que Namjoon le observaba.

-Antes me habrías tirado la botella por el medio de la frente, Min Suga -soltó una pequeña risilla, viendo como el chico que estaba frente suyo formulaba una sonrisa.

-Eres un pesado, y ya te dije que me llames Yoongi solamente -Tapó la botella, y se dió vuelta para alzar las cosas que tenía en el suelo con rapidez, pero nada de eso le hizo reaccionar de la misma forma con la que miraba aquella rosa que estaba en frente de su rostro al volver a darse vuelta. La rosa roja no era competencia con las rojas mejillas del más palido.

-Para tí -El moreno le dedicó su característica sonrisa mostrando sus hoyuelos -Buen trabajo, estas avanzando. Namjoon sabía que Yoongi soñaba con ser una rapero reconocído, pero para aquello había que trabajar duro, y el más alto notaba las mejoras en las letras que Yoongi componía.

Suga no sabía que decir, mas bien, el estaba acostumbrado a que Namjoon le regalara cosas así pero antes, todo regalo que él recibía de parte del moreno iba a parar al cesto de la basura de aquella plazoleta. No fueron más que dos años para que Yoongi se resignara y se diera una oportunidad de conocer al menor, y como resultado de ello, el mayor se enamoró.
Bien sabía que Namjoon estaba enamorado de él también pero se negaba a aceptar esos sentimientos, quería aplastarlos y hacerlos desaparecer por el solo hecho de que el contrario era un hombre. Pero no había marcha atrás, solo debía aceptar que su ser y el destino lo decidieron así.