La Ley Del Amor ~KiriAsu~

Capitulo 1

¡Atención!

Si no has leído el prólogo, te recomiendo leerlo para entender mejor la historia.

¡Disfruten la lectura!

~Kazuto~

Las gotas de lluvia caían rítmicamente encima de mi paraguas, creando una relajante melodía, a mi siempre me había gustado la lluvia, era demasiado relajante y tranquila, trayendo un cómodo clima fresco con ella cada vez que hacía aparición.

Caminaba lentamente en medio de la deshabitada acera cuando una chica, al otro lado de la calle, llamó mi atención. La chica parecía desesperada avanzando a toda prisa por la calle, cargando una aparatosa maleta detrás de ella, note que no traía un paraguas y parecía escurrir de agua.

Antes de que pudiese razonarlo, ya me encontraba caminando hacia ella.

La chica desconocida se detuvo bajo el abrigo de un edificio agachandose para buscar desesperadamente entre su maleta, pero cuando me encontraba cerca de ella dejó de buscar, sacando un enojado y desesperado grito—No puede ser ¡Lo que me faltaba!

Me apresure a llegar a ella, la chica claramente tenía problemas—¿Puedo ayudarte en algo?

-No, gracias. No quiero ser una molestia—por el tono de su voz, la chica parecía molesta ante la idea de que alguien intentará ayudarla, pero yo no iba a desistir; especialmente ahora que acabo de notar un temblor recorrer su cuerpo, la pobre claramente se estaba muriendo de frío.

-pero...¡Mírate! ¡Estas toda empapada y temblando como una hoja al viento!

Como si mis palabras le calaran hondo a la chica se quedó muy quieta en su posición para después girar su rostro hacia mi.

Claros ojos miel chocaron con mi mirada y me atravesaron.

-Dejame ayudarte—trate de ser muy incisivo, use el mismo tono que siempre he usado cuando tengo que regañar a mi hermana menor porque hizo algo malo, así que esperaba que la chica no se negara.

-No. Estoy bien, gracias...—antes de que terminara de rechazarme, una fuerte ventisca paso entre nosotros, haciendo que ella renovará el temblor de su cuerpo de forma notoria.

¿Como es posible que sea tan testaruda como para no querer admitir que necesita ayuda? Pues bien, yo soy más testarudo y ahora no me rendiré.

–Oye...–antes de que pudiera terminar mi frase, Vi como su cuerpo comenzaba a inclinarse y por inercia me encontré sujetándola y aferrandose a mi pecho antes de que cayera al piso.

Cuando la tuve en mis brazos noté con horror que está testaruda chica estaba ardiendo. Me retiré rápidamente el abrigo y lo coloque encima de ella; esperaba que, a pesar de lo mojada que se encontraba, le proporcionará cierto calor. Inmediatamente después la tome en mis brazos junto con su maleta y, me apresure hacia mi automóvil que estaba estacionado al final de la calle, esta chica necesitaba con urgencia ir a un hospital.

La bilis se me subió a la garganta ante la idea de pisar una de esas horrorosas instituciones de vuelta, recuerdos amargos de mi infancia lucharon por salir, pero los mantuve a raya, la salud de esta chica era mucho más importante–No te preocupes y solo descansa. Estarás bien.