Prólogo

4 2 0
                                    

[Septiembre 18, 4 p.m]

Tapado de pies a cabeza, como si la oscuridad lo fuera todo, donde de vez en cuando sólo se sentía el ruido de mis quejidos al aguantarme las ganas de llorar y gritar. Aunque me era imposible evitarlo.

En cada exhalación sentía como si mi pecho se hundiera, como si toda mi carne se quisiera comer mi corazón. Un dolor que hacía peso en mi garganta.

Me pregunte tantas veces si era necesario estar tan mal, no me estaba muriendo. Solo sentía tristeza, endivia, soledad y angustia. Tal vez si fuera una enfermedad, pero ¿Habría una cura? ¿Cuál sería? Tampoco tenía tanto sentido hacerme preguntas sin respuestas específicas.


Mis ganas de levantarme de la cama, se hacian cada vez más pequeñas. Después de todo siempre es igual, las salidas de casa siempre son las mismas. Una rutina agobiante, siempre saludar a la misma gente en el mismo lugar, a la misma hora, todos los días. Seguro como todos nos cansamos de la rutina, pero no es la rutina que nos cansa en sí, si no las personas y los lugares que ya no nos agradan como antes. Cuando no hay nada nuevo, algo que nos haga sentir bien, donde podamos mostrarnos, nos sentimos mal con nosotros mismos. Y tenemos ese sentimiento de vacío, que algo nos falta, que no cierra. Que estamos solos, aunque nos digan que estan con nosotros. Pensar en los problemas todo el tiempo, que tu vida solo se vuelva un problema. Sentir que la solución está tan cerca, pero a la vez tan lejos. Eso amigos, se llama invierno. El invierno de la vida, donde nos sentimos tan mal sin saber por qué, si las cosas que ya pasaron, no tienen vuelta atrás. No podemos revivir personas, no podemos obligar a nadie estar a nuestro lado, ni mucho menos obligarnos a ser perfectos para todo el mundo. Todos en algún momento pasan por el invierno de la vida, duele y te consume hasta que te seas una persona infeliz. Tengas motivos o no de estar mal, te sentirás incompleto, como si el corazón fuera a explotar. Hay que aprender a vivir en el presente, pasando el invierno, hasta llegar a la primavera. No me preguntes cómo, recuerda que yo, estoy encerrado aquí. Aunque sepa lo que debo hacer, no tengo idea de como empezar, y que es lo que en realidad es mi primavera.

 Aunque sepa lo que debo hacer, no tengo idea de como empezar, y que es lo que en realidad es mi primavera

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 01, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Pasando el inviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora