Muertos Infieles

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Si hubieras estado allí,si solo hubieces podido verlo.  Apostaría lo que sea a que habrías hecho lo mismo.

Abrí la puerta,  estaba cansado,  agobiado pero feliz de haber llegado a mi hogar.

Dicen que la luz conduce a la verdad.  Que cierto es.

Encendí la luz y con desagrado contemplo como hay ropa espercida por las escaleras. Identifico la ropa interior de mri esposa pero no esa ropa de varón, el terror me inunda. En silencio pero a toda prisa subo las escaleras. Mi corazón late muy deprisa, teme lo peor.  Noto que la puerta de nuestra habitacion esta entre abierta. Cuando me disponía a abrirla. Escuche una voz familiar.

"Te juro...  Nila... que desde que te ví... siempre te quise abrir las piernas."decía mientras embestia a mi esposa y ella lo seducía con sus gemidos de placer.  "Hablame, dime algo. Mierda."

"Oh, Fabian,  no puedo casi respirar. ¡Me encanta! Me encanta que me hagas sentir tanto placer."

No lo podia creer. Esa realmente era mi esposa, mi Nila. Gozando con el miembro de otro y no solo cualquier otro.

"Tocate Nila, tocate para mí nena." decía aquel muchacho al cual le había confiado mi vida. "No pararé hasta que tengas otro orgasmo."dijo acelerando la intensidad.

Sentía como el corazón se me apretaba, como las entrañas se me retorcian.

"¡Dios Fabian! ¡Sigue no pares!" Gemía descontroladamente.  Era ensordecedor escucharla así.

¿Por que Nila?  ¿Por que con el?

"Nila... cuando acabe contigo.. ¿lo dejaras? "

"Fabián, ahora no."

"Seras su esposa...  pero tu eres mí mujer,  solo mía. " Maldito traidor.
"Nila...  ¡Ya no recisto mas!"

"Fabián oh Fabián."

En unos agudos gemidos ambos terminaron.  Fabian se recostó en mi lado de la cama y Nila se recostó en su regazo mientras era acariciada por el.
Por mi hermano.

"Nila, si no le dices pronto yo lo hare.  Ya no te quiero compartir con mi hermanito, te quiero solo para mi. ¿Oiste? Dejame amarte... dejame amarte como el no lo hace."

"Fabian...  si,  lo hare.  Mañana mismo nos hiremos juntos a donde tu quieras." Dicho esto se besaron.

Salí,  cegado por mí odio.  Todo se volvió oscuro en mí interior.  Baje a la Cosina y busque el cuchillo mas grande y afilado que había. Subí las escaleras, con cada escalon recordaba como el se introducía en ella,  como ella lo disfrutaba,  como el la tocaba,  como ella se tocaba, como se hablaban,  como ambos se consumían en pasión  y como el la abrazaba.

¡De entre los hombres tenía que ser mi hermano!

Llegue a la puerta y los ví apunto de repetir su traicionera lujuria.

Algo en mi interior se tuvo que haber quebrado. De otro modo en mi sano juicio no habria hecho lo que contare.

Entre a nuestra habitación
"¡Todo por un capricho! ¡Cobardes!" Grité con furia.  Ellos al verme supieron que era su fín.

¿Qué recuerdo?  Nada, solo los gritos y el rojo de la sangre.

Hey! Hola!
Gracias por leer el octavo capítulo de mí historia.

Esta pequeña historia esta levemente inspirada en una canción llamada Cell Bolck Tango de la película Chicago. Digo levemente por que la situación le pasa a una mujer y en un entorno distinto.

Quería escribir algo diferente espero haber logrado captar su atención.

 

En fín, espero que les halla gustado. 💞💞 Si les gusto voten 👍 y comenten ✍

Y recuerden esto es solo el comienzo. 💫💟

REDMERMAID LOVE'S YOU!

Efímeras PalabrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora