Say NO to this... · SP Oneshot

Quédate...

Dos años había cumplido siendo el novio del pequeño Leopold Stotch, para él y el pequeño era una eternidad que apenas comenzaba en sus cortas vidas, ambos sentían que el amor que se tenían era tan grande y perfecto, no necesitaban de nada ni de nadie para entrar en un clima amoroso y cálido, íntimo y único, algo que solo ellos dos podían crear entre miradas, besos y mimos.

Sus corazones latían a una velocidad impresionante cada vez que sus ojos se conectaban, una pequeña descarga eléctrica que se producía cada vez que sus manos se tomaban, un romance inocente que había nacido un día de primavera en la que ninguno de los dos esperaba encontrar el amor.

¿Pero qué sucedió esta noche?

"Kenny, mis padres quieren viajar y debo acompañarlos, por favor, se bueno mientras no estoy, sé que es duro, pero solo serán unos días."

Tal como decía el mensaje en su teléfono, Butters no estaría y le dejaría allí, solo junto a las estrellas y la nieve, junto a sus suspiros y soledad. Sentía melancolía al escuchar la voz de su amado al leer sus palabras, era como si estuviera a su lado y todas aquellas palabras salieran de sus tiernos labios con su cálida y suave voz.

Kenny guardó su teléfono en su bolsillo luego de leer aquel mensaje de hace tan sólo 2 días, el matrimonio Stotch habían aceptado a regañadientes su relación con su primogénito, por lo que creía que no le habían dejado despedirse de su novio amenazándolo con castigarlo. A Kenny no le molestaba, después de todo él sabía más que nadie que eran unos exagerados y gustaban de controlar a su hijo con escusas baratas.

Suspiró y tomó rumbo a la cafetería más famosa de todo South Park para pasar la pena junto a una taza de café y un sándwich, a pesar de la hora que era (22:43 PM) sabía que estaría abierto por la época de invierno, no había nada mejor para la familia Tweak que ciudadanos congelados buscando refugio una gélida noche de insomnio.

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Cuando llegó a la cafetería fue como se lo esperaba, lleno de gente, pero la mayoría solo estaba en el mesón pidiendo para llevar, tomó asiento junto a la ventana y se dispuso a esperar al mesero, el cual conocía desde su infancia como a la mayoría de los jóvenes del pueblo. No pudo evitar pensar en su vida, cómo ésta cambio demasiado desde que había empezado a salir con el pequeño Leo, sus tardes de quesear pasaron a ser tardes de películas o simples caminatas por la ciudad; desgraciadamente no poseía el dinero necesario para brindarle regalos o salidas a comer a su novio, por lo que ambos disfrutaban de lo más básico, de lo más simple e íntimo como una charla o simplemente admirar el paisaje.

—¿No has dormido bien? —

Una voz cálida le sacó de sus pensamientos, al dirigir su mirada al chico rubio frente a él no pudo evitar reír levemente. ¿Qué él no había dormido bien? Seguramente no se veía a sí mismo, Tweek poseía unas grandes ojeras que destacaban de sobremanera sobre su blanca piel. Todo el mundo sabía que el pobre no dormia por los ataques de pánico que le ocurrían de la nada, además de consumir en exceso cafeína.

—Parece que el Fucker tampoco te deja dormir, solo mírate—

El nervioso chico frente a él solo desvío su azulada mirada a otro lado por su pequeña broma que lanzó al aire inocentemente, se podía apreciar una leve mueca de tristeza en su rostro. Kenny se había dado cuenta de inmediato, mas no quiso preguntar, solo pidió su orden y el camarero anotó en su libreta para luego dirigirse al mesón principal a preparar los pedidos.

Por alguna extraña razón aquel manojo de nervios le recordaba a su pequeño Butters, poseía el cabello rubio, alborotado y radiante, sus estaturas eran parecidas, Tweek ganaba por centímetros obviamente, pero no dejaban de ser unos azucarados ambos, a tal grado que él y Tucker terminarían con diabetes como Scott Malkinson.